Capítulo 24 (Julio) "La decisión está tomada"

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Me miro en el espejo, las marcas de las sábanas plasmadas en mis mejillas. Hacía tiempo que no dormía así de bien. No pesadillas, no desvelamientos a altas horas de la madrugada; han sido mis mejores doce horas de sueño.

Un mes de esa tarde y, aunque no la borro de mi cabeza, casi la he superado. Sigo viendo a Clare, pero cuando lo hago no hay ni rastro de Harry, no he vuelto a saber nada de él desde aquel encuentro en la cafetería lo que hace que mis sentimientos se estabilicen un poco. La culpabilidad me abandonó el mes pasado y este mes presiento que será mejor.

Por otro lado mi relación con Jesse se ha vuelto más cálida y la de mi tía más fría, si eso es posible.

Que más...¡Ah, sí! Spike ha engordado varios kilos, ya casi no puede subir a mi regazo. Es demasiado glotón y ahora se ha vuelto obeso.

Suelto una carcajada a este último pensamiento.

Realmente me encuentro recuperada, sana e incluso un poco feliz. Pero solo un poco.

Sábado, sábado, sábado. ¿Qué puedo hacer hoy? Hace un día precioso. Esas típicas mañanas idílicas de novelas edulcoradas: Cielo brillante, brisa fresca que compensa el calor haciendo que la temperatura sea perfecta, pajaritos cantando y los niños del barrios jugando y riendo en la acera de enfrente. Desde luego el día invita pasear.

Paseo la mirada por la habitación. Menudo desorden, parece una leonera.

Pienso en salir con Jesse por ahí cuando mi mirada tropieza con la carátula de la película "Noviembre Dulce". Es de Clare, y me trae recuerdos de la buena tarde que pasamos juntas ayer viéndola. Justo la perfecta dosis de amor ficticio que toda mujer necesita de vez en cuando.

Lo siguiente que se me ocurre es ir a devolvérsela y de paso hacerle una visita.

Sólo espero que no esté Harry, y si está...da igual, si está no me importa. Lo miraré como si nada hubiese pasado.

-¡May! ¡Pasa! -Me recibe eufórica, feliz de verme.

-Vengo a devolverte "Noviembre Dulce", te la dejaste ayer.

-Siempre tan atenta... Ve al salón y ponte cómoda. Ya es la hora de comer, quédate y después ¿Qué tal otra peli?

-Lo veo genial -Le dedico una amplia sonrisa. Otra tarde con mi querida Clare, suena bien.

Me encamino a la luminosa habitación y me tumbo a todo lo largo en uno de los mullidos sofás. Su salón es muy espacioso, con unos amplios ventanales y una gigantesca televisión de plasma. Sé que es una exageración, pero casi podría decirse que es de grande como el piso entero de Anne.

Me parece mal estar aquí vagueando mientras ella hace todo el trabajo, así que todo lo que se me ocurre es ayudar a poner la mesa. Primero el impoluto mantel blanco, dos platos y los cubiertos.

-¿Te gustan los espaguetis? -Me grita desde la cocina.

-¡Sí!

-Bien, porque no hay otra cosa -dice mientras entra al comedor con una humeante olla de estos.

La comida la pasamos entre risas y algunos espaguetis volando de una a otra. Y tras dejarlo todo colocado nos tiramos en el sofá, dispuestas a ver otra película. Esta vez elige ella. Hoy toca comedia.

Permanecemos toda la película en silencio, pero justo cuando el protagonista está a punto de volcar la barca del estúpido rubio al que odia, Clare habla:

-May -susurra-, se me olvidaba decirte de que me tengo que ir. Son casi las seis y está a punto de llegar...

No le da tiempo a terminar, suena el timbre.

-¡Ya está aquí! -El cuenco de palomitas vuela por los aires cuando Clare salta fuera del sofá.

Tras la puerta se encuentra Harry. Un temblor amenaza con derrumbarme y el sudor frío acude a mi nuca, contra todo pronóstico esperaba que él apareciese. Pero no estoy preparada para verlo.

Clare le recibe con un beso en la mejilla y tras invitarlo a pasar corre hacía el pasillo.

-¡Voy a por el bolso y vuelvo!

Cuando ella desaparece, Harry entra al salón y se sienta en uno de los sillones cercanos al sofá en el que me encuentro yo. No me saluda, mucho menos me da conversación, ni se digna a mirarme.

Intento convencerme mentalmente de que no tiene importancia, pero no es así...

-¿Nos vamos?

-Claro -murmura él.

Pero antes de salir finalmente posa su mirada en mí y agarrando a Clare por la cintura le planta un beso en los labios. Uno largo, profundo y de los que corta la respiración.

Ella cierra los ojos pero los suyos, eso verdes que hacen que me pierda, no abandonan los míos.

Tras un "Acaba la película y quédate lo que te apetezca" por parte de Clare y un portazo me quedo sola, sin saber qué hacer. Ya no miro la película..

Y después de unos minutos embobada, y con la mente en blanco, reacciono.

¿Qué hacía? Besaba a Clare y no le estaba haciendo ni caso. ¿Cómo puedes hacerle ese tipo de caricia tan íntima a una persona y no tenerla en cuenta? La ignoraba y me miraba a mí.

¿A qué juega?

La rabia se apodera de mí.

-¡Imbécil! -grito, y entierro la cara en un cojín ahogando un chillido, casi un rugido.

Yo le quiero, muy a mi pesar, pero más quiero a Clare. Harry le hace daño sin que ella se dé cuenta y Clare merece mucho más, merece a alguien que sólo bese y mime exclusivamente a ella. No a un chico que va a dos bandas.

Trago mi rabia, dolor, confusión, tristeza y egoísmo, tomando una decisión de la que espero no arrepentirme, de la que no debo arrepentirme.

Voy a su habitación y tras agarrar un taco de folios y un bolígrafo vuelvo al salón. Me siento en la mesita supletoria que se encuentra cerca de uno de los ventanales. Inspiro y expiro hasta que me relajo lo suficiente para que mi tembloroso pulso se relaje, permitiéndome hacer mi cometido.

Querido Har...

Intento escribir su nombre pero mi mano no me lo permite. No soy capaz de escribir "Harry", no soy capaz de empezar la carta. Esto no ayuda.

Hago una bola con el papel y la guardo en mi bolsillo. Prefiero no dejar ninguna prueba de esto que estoy por hacer.

Querido Ha...

¡No puedo! Tiro de mi pelo, como toda una loca, y apoyo mi cabeza encima del folio prácticamente en blanco excepto por esa palabra y media.

<<May, tienes que hacerlo. Has tomado la mejor decisión, y no hay vuelta atrás.>> << Piensa en Clare, en lo bueno que le harás con esto.>>

<<No seas una maldita egoísta. Ten valor por una vez en tú vida.>>

Y con estas palabras de auto ánimo paso por alto el mal comienzo, arrugo el segundo folio y después de coger uno nuevo escribo.

Querido H:

Dulce May (DTHE#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora