Capítulo 10 "¿Qué haces?¿Qué hago?"

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Son las cinco de la tarde, y la bolera está vacía.

-Siguiente parada, una partida de bolos. Esta vez invitas tú, me he quedado sin dinero.

-¿Es en serio? -Lo fulmino en su asiento.

-No te queda otra opción -Levanta los brazos en gesto pacífico, con una inocente sonrisa.

Resoplo resignada.

-Eres todo un caballero -Digo con sarcasmo. Sí, puede parecer que lo es porque me abre la puerta del coche, justo como ahora, y todo lo demás. Pero mi teoría es que lo hace por dar buena primera impresión.

-Tú eras la que no quería que te invitase a nada, aunque la pizza la he pagado yo. Mujeres y sus contradicciones...

Su gesto burlón hace que me den ganas de borrarle la sonrisilla de la cara, lo que no tengo muy claro es si a guantazos o a besos.

<<Fuera. Fuera. ¡Fuera pensamiento impropio!>>

Me precipito hacia la puerta principal, pero no completo mi recorrido. Antes de alcanzarla me agarran por la muñeca y al girarme me encuentro con un avergonzado Harry, que se rasca la nuca nerviosamente.

-Oye, siento lo de antes...

-Ni una palabra -Le corto antes de que vuelva a sonrojarme y sea aún peor.

-Pero...

-¡Sshh!

-No, escúchame. Hacía tiempo que no me sentía tan...a gusto. Me he dejado llevar. Por un segundo pensé que te conocía de toda la vida y no de apenas unas semanas -Una tonta sonrisa se planta en mi cara-. No quería incomodarte.

-Está olvidado, de hecho, ¿de qué hablábamos? Yo no me acuerdo ¿Y tú? -ríe- Y ahora venga, tengo que patearte el culo ahí dentro.

Desde luego que le patee el culo, un par de veces hasta que en la última me ganó él. Hemos jugado tanto que me habría gastado todos mis ahorros de no ser porque, al final, resultó que sí tenía dinero. Maldito mentiroso.

-Te he dejado ganar en todas, pero comprende que si no te ganaba alguna se iba a notar.

-Claro, claro, seguro que es eso.

Reímos a carcajadas, incluso la barriga empieza a dolerme. Volvemos a subir a su coche.

-¡Madre mía! -Alarmada miro la hora- Harry, son las nueve.

-Sí que se pasa el tiempo rápido...

-¡No hemos comprado nada! Habíamos quedado para eso y...

-Tranquila -Me interrumpe-. Mañana volvemos a quedar, pero esta vez hay que ir directos, sin rodeos. ¿Te viene bien no?

-Por supuesto.

¿Otra tarde más con él? Suena maravilloso, es increíble estar con él. Es un buen amigo. Y sólo eso, tengo que mentalizarlo de una vez por todas. Hoy mismo, o lo que queda de día, empezaré a desintoxicarme de Harry. Pero no puedo dejar de pasar tiempo con él, eso sí que no... No después de lo bien que me siento con él.

Decidido. Seguiré estando con Harry como dos buenos amigos, de la misma manera en la que estoy con Clare. Cueste lo que cueste.

Miro mi móvil. Qué demonios... Diez llamadas perdidas.

Una preocupada Clare abre la puerta y nos abraza a ambos.

-¿Dónde estabais? ¿Por qué no cogíais el teléfono? Llevo llamándoos como una hora y ninguno me contestáis. ¿Estabais juntos?

-No -Digo inocentemente.

-Sí -Dice Harry a mi vez.

¡¿Qué hace?! Clare no puede enterarse de lo de la fiesta, y decirle que hemos estado juntos sin ninguna razón queda raro. Intento disimular.

-Sí -Afirmo esta vez.

-No -Repite él.

Madre mía. En serio, ¿qué estamos haciendo? Clare no puede mostrarse más confundida de lo que ya está. Su cara es un poema.

-La verdad es que mentiría sí te negase que no hemos estado juntos afirmando que lo hemos estado, cuando es verdad. -Apuesto a que ni siquiera él sabe lo que acaba de decir.

-¿Qué? -Sí, sí que puede estar más confundida aún. Clare está oficialmente perdida.

Parece que me toca a mí arreglarlo, Harry puede ser muy imbécil si se lo propone.

-No estábamos juntos, pero acabamos de encontrarnos en la puerta. Así que teóricamente estábamos...juntos.

Mejor que lo corte ahí, porque me acabaré liando como lo ha hecho él.

-Está bien -Sigue sin estar muy confiada.

-Lo sentimos si te hemos preocupado -Me giro a mirarlo, los ojos de Harry muestran puro arrepentimiento.

-Bueno, sigo estándolo. Aún no me habéis respondido a lo del teléfono. ¿Por qué no lo cogíais? Era como si estuvieseis incomunicados.

Ya empezamos otra vez. Si seguimos así mi sistema se va a sobrecalentar y acabaré explotando. Antes de que vuelva a abrrir la boca para soltarle otra excusa, Harry habla.

-Basta de mentiras. Te diré la verdad.

Está demente, insanamente loco. Harry, cállate, lo vas a estropear todo. Y aunque deseo con todas mis fuerzas que no hable, que no se cargue la sorpresa, ya no hay vuelta atrás, ella espera esa verdad.

-Estábamos juntos -continúa.

¿Por qué suena como una infidelidad? Qué dramático.

Él me mira, dejándome claras sus intenciones con esa irada. No pretende que le digamos la verdad, sólo quiere hacer creer a Clare que es ahora cuando vamos a confesarlo todo, aunque no sea así. Un auténtico lío. ¿Lo mejor? Me deja la peor parte. Capullo.

Mis neuronas trabajan a toda velocidad, buscando esa supuesta "verdad". Pasa un segundo hasta que la encuentro. Es perfecta

-Sí, hemos ido a comprar tu regalo de cumpleaños. Al final te has enterado.

Una verdad a medias. De la fiesta no se enterará y se quedará tranquila.

Y comprobamos que funciona al ver la, finalmente, cara convencida de Clare, con una enorme sonrisa en ella. Se tapa la boca, emocionada. Suspiramos aliviados.

-¡Lo siento mucho! Soy un desastre. No tenía que a ver indagado tanto -Trata de sonar arrepentida, pero la sonrisa no la abandona.

-No te preocupes, amor -Harry se acerca a ella y la agarra por la cintura. Se me retuerce el estómago. Bien, lo mejor está por llegar, nótese el sarcasmo.

Cuándo sus labios están por chocar, carraspeo.

-¡Parad! Me siento como una auténtica sujeta velas. Además me muero de hambre.

Ríen suavemente, pero sé que a Clare no le ha hecho mucha gracia que los haya interrumpido. Que no me culpe. Me guste o no Harry, no está bien que se morreen delante de mí, es una falta de respeto.

<<Una falta de respeto... ¿Así es como lo llaman ahora o qué?>>

-Toma el teléfono y pide unas pizzas.

Clare me tiende el aparato y me pide con la mirada que me largue, van a continuar con lo que yo daba por terminado. Me rindo y me voy a la cocina, cerrando la puerta tras de mí. Marco el número de la pizzería.

Una pequeña lágrima se resbala por mi mejilla.

La limpio bruscamente.

Dulce May (DTHE#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora