Capítulo 15 "Tierra... ábrete y trágame"

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Esto es realmente incómodo. Como esos momentos en los que te encuentras con alguien que apenas conoces y ambos permanecéis en silencio, con la sensación de que sería bueno decir algo. Pero simplemente no sabes el qué.

Bien, pues es todavía peor.

Clare, Harry y yo sentados en una de las mesas redondas de la cafetería, mirándonos sin decir nada. He de admitir que, cuando Clare me llamó diciendo que necesitábamos hablar cara a cara, Harry no entraba en mis planes.

Imaginaros la cara que se me quedó tras salir corriendo del piso de Anne hacia la cafetería para mi turno de mañanas, al cual ya llegaba tarde, y encontrarme a los dos observando mi brusca interrupción al local. Sin contar las venenosas y cortantes miradas que mi tía me lanza cada vez que nuestros ojos se encuentran.

-Vale, ya me he cansado. Te recuerdo Clare -Hago énfasis en su nombre, intentando que así se dé cuenta de que alguien sobra, de que la conversación se suponía que era privada para las dos-, que tú eres la que me has llamado esta mañana como loca diciendo que debíamos quedar para hablar. Es tu momento, dime qué quieres.

Suelta un pequeño suspiro y retuerce sus delicados dedos. Esta nerviosa. Eso no es bueno.

-Bueno...el viernes, antes de llegar a la fiesta sorpresa, tenía un compromiso -Mira a Harry con complicidad-. Resulta que el señor Travis ve conveniente exponer mis cuadros en sus galerías.

Calla y me mira, esperando una reacción por mi parte; seguramente de sorpresa y tremenda felicidad por ella.

Pero permanezco en silencio.

No me pilla desprevenida, ya lo sabía. Sabía que ese tal Travis estaba interesado en el arte de Clare, Harry me lo contó, dando por supuesto que yo sería la primera en saberlo. Qué razón tenía y a la vez que equivocado estaba. Clare es mi mejor amiga, pero contra todo pronóstico ella ni lo mencionó.

-Vamos May -continúa-, son Velvet, las grandiosas y famosas galerías Velvet. Allí se expone de todo, es la madre del arte. Y el señor Travis me ha prometido costear el tema de la inauguración, va a invitar a personas muy influyentes. Además dejará la exposición durante todo un año. ¡Un año May!

Tengo ganas de gritar, de patalear. Sí, exagero, pero es verdad que sobretodo tengo ganas de explotar, metafóricamente, y soltar todo lo que pienso, todo lo que guardo: que estos días se está comportando como una pésima amiga, que me duele que no haya sido yo la primera en enterarme de la noticia. Es demasiado importante como para que no cuente conmigo desde el principio.

Pero luego están el otro lado de la balanza, lo que equilibra mi mente. No quiero arruinarle el momento. Lleva una vida esperando por una oportunidad, y que mejor que esta para darse a conocer. Ella es muy buena artista, se lo merece, ya era hora. Puede que ella me haya traicionado levemente pero no olvidemos que yo también lo hago, mi traición es silenciosa, pero arrolladora y, lo más importante, imperdonable. Yo estoy enamorada de su novio.

Nada más que añadir.

-Clare eso es...fantástico. Me alegro un montón por ti -Desearía poder abofetearme por la fragilidad y pena que mi voz transmite.

-Claro, pero parece que se te ha muerto el gato.

Carraspeo y cambio el semblante.

-¡No! Pobre Spike. Ni lo menciones, mi bebe vivirá para siempre.

-Sí, sí. Mientras tú lo pienses... -Harry interviene. Está claro que su comentario superficial es para hacernos ver que él está aquí y que se ha cansado de ser solo un espectador.

-Y lo importante: La inauguración será en una semana, a principios de Junio. Casi no hay tiempo. Necesitamos un bonito vestido, elegante y largo. Será por la noche.

Para ser sinceros nunca he ido a una inauguración del Velvet, pero todo el mundo en Newside sabe que son exclusivas y que la gente que va tiene varias casas de campo y su propia pista de tenis. Lo que significa que hay dinero, y por lo tanto vestidos costosos y exuberantes

-Y tú -Clare me señala con un dedo-, además de vestido también necesitas un acompañante.

-Por supuesto. Solo déjame echar un vistazo a mi extensa lista de pretendientes y llamaré a alguno de ellos. Menudo privilegio le otorgaréal afortunado elegido -Cada una de mis palabras rezuma sarcasmo.

-Muy graciosa May, pero lo digo enserio. O eso o ir como un precioso trío del cual dos de los componentes no se despegarán en toda la noche.

-¿Lo has oído Harry? Estarás un poco marginado -bromeo y él me dedica una amplia sonrisa.

-May -Me llama, exasperada-, te conozco y sé que te sentirás como toda una sujetavelas.

Puede ser retorcida si se lo propone.

-Déjame decir que no parece que pienses lo mismo de nuestros Martes de pelis. No es fácil enterarse de la trama con vuestras lenguas chocando.

Un pequeño retorcijón se produce en mi estómago. Solo de decirlo ya me duele. Debe parar, pero yo no controlo estas estúpidas reacciones.

-Esto es diferente. Esas tardes son de amigos...

-Pues vaya amigos más cariñosos.

-...y esta ocasión merece el esfuerzo.

-Cielo, me encantaría poder llevar a alguien pero lo de antes era sarcasmo, por si no lo has notado, y no tengo a nadie interesado en mí.

Se produce un breve silencio, hasta que Clare vuelve a hablar, con sus ojos iluminados de esa manera en que lo hacen cuando tiene una idea. Un gritito lo acompaña.

-¡Ya sé! -Planta dos besos en sus palmas y las aplasta en cada mejilla, auto felicitándose-. Soy genial, me amarás tras esto.

-Suéltalo ya -digo con desgana.

-Recuerdas cuando el mes pasado me mencionaste a alguien muy especial que habías conocido.

-¿Qué estás hablando? Ya conoces mi vida amorosa. Estos últimos años no ha habido nadie...

-Sí, tienes que acordarte. Era ese chico que conociste al tirarle un café en sus vaqueros. Que patosa llegas a ser, pero que bonito a la vez. Amor a primera vista, ese es el mejor -dio un saltito en su silla, ilusionada.

Oh no. Alguien ahí arriba debe tenerme mucha manía.

Primero noto como la sangre abandona mi cara, palideciendo. Para después subir de golpe a mis mejillas y enrojecer violentamente hasta las orejas. Miro inconscientemente a Harry. Mierda. Una mueca divertida se dibuja en su rostro y sus ojos brillan divertidos. Se deja caer en la silla, acomodándose, y cruza los brazos sobre su pecho. Se prepara para el espectáculo que se avecina.

-¡No me enamoré!

-Vamos May, tu cara estaba radiante cuando hablabas de él. Y tarareabas además de suspirar continuamente. Incluso ahora parece que vas a prenderte como una cerilla en cualquier momento, estás rojísima.

Acorralada. Mi legua se traba y por unos segundos no sale nada coherente. ¿Qué le digo ahora? Ese chico está sentado justo frente a mí, y él lo sabe bien.

Dulce May (DTHE#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora