Capítulo 17 "Tar-tartamudeando"

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Trago sonoramente y ,tras secar el sudor de mis manos en los pantalones abanico ligeramente mi cara. Estoy demasiado nerviosa. No es la gran cosa, tan solo tengo que pedirle que me acompañe, como amigos. O mejor dicho, como un trato, él me lo debe. Bueno, eso creo... ¡Estuvo a punto de pegarme ese día!

Maldito capullo.

-Viéndote creo que no será nada bueno -Su mirada transmite desconfianza y observa atentamente cada uno de mis nerviosos y acelerados gestos-. Dilo ya, por favor.

-¿Querrías ser mi pareja? -Lo suelto rápidamente y lucho por que la lengua no se trabe.

Ahora me mira perplejo y eleva una ceja.

-Me refiero a que... en Junio hay... Y Clare quiere que vaya...Te necesito por eso... -Intento solucionar el doble sentido de la anterior pregunta. Sólo lo quiero como pareja para la inauguración, pero mi forma de formularla da lugar a segundas ideas.

-May, tranquilízate. Coge aire y vuelve a pedirlo, pero esta vez explícamelo bien.

Como él dice, lleno mis pulmones del cálido aire de verano que pasea por Main Street.

-Jesse, sucede que mi mejor amiga, Clare, va a exponer sus cuadros en las Galerías Velvet. Es muy importante para ella y necesito un acompañante...

-¿Por qué?

-Oh -Porque no quiero ser una sujetavelas y estar toda la noche viendo como Harry y ella se manosean, es muy simple-. Porque... ¡Porque lo necesito! ¿Para qué quieres saber las razones?

-Principalmente porque parece que voy a ser una parte importante en esa propuesta.

Ahí tiene razón. Punto para Jesse. Como no le rebato, ni siquiera me da tiempo, sigue hablando, evitando así que tenga rebuscar una respuesta lo menos vergonzosa posible a su pregunta.

-Lo haría encantado, preciosa, pero tengo novia -Y tras eso sonríe.

Enmudezco, mi mandíbula se descuelga ligeramente. ¿¡Qué!? ¿Es acaso esto posible...? ¡Tiene novia! ¿Dónde encuentro a otro chico que esté dispuesto a venir conmigo en menos de una semana?

La incomodidad crece entre nosotros como un muro de hormigón.

Lo miro directamente y me sonrojo, esto ha sido demasiado vergonzoso. Justo cuando voy a desviar la mirada vuelvo a centrarme en él. Su boca tiembla, una de sus comisuras subiendo y bajando arrítmicamente. Está...

-¡Oh, vamos! Esto no tiene gracia, te has pasado -Cruzo mis brazos, bajando la cabeza.

Y hace lo que antes intentaba reprimir inútilmente: Rompe a reír.

-Tenías que haberte visto la cara -dice entre sonoras carcajadas.

Mi cara sigue roja, pero esta vez de rabia. Me levanto arrastrando bruscamente la silla hacia atrás y, apoyando mis manos en la mesa, acerco mi cara a la suya. Su asquerosa expresión de burla frente a mis narices.

-¿Cómo iba a saberlo? ¿Quién soy yo para cuestionar que tengas o no novia? -Rujo-. Además, seguro que te llueven las propuestas por tu cara de niño bonito -Vuelvo a sentarme, calmándome interiormente-. Aunque sólo si mantienes tu boca arrogante cerrada.

-Así que... ¿Insinúas que soy guapo?

Profiero un grito irritado. Cómo no, él solo se queda con la parte que lo favorece, el resto lo ignora.

Y justo como hace unos segundos, arrastro mi silla, y esta vez para irme.

-¿A dónde vas?

-¡Lejos de ti! -Acelero mi paso para frenar cuando de su boca sale justo lo que quería oír.

-¡Está bien! Iré contigo. Acepto la invitación.

Una sonrisa de suficiencia crece en mi cara. Que empiece el juego.

-Genial, te informaré de la fecha. Por cierto -Me giro, con una expresión seria de nuevo-. Paga el café.

Y ahora sí me voy, alejándome entre protestas por parte de Jesse. "Eres una caradura" "Bien que te lo has bebido para que ahora no quieras pagarlo" "Al menos espero que tu tía me haga una rebaja"

A ese último se me escapa una tonta risita, pero la sostengo rápidamente entre mis manos. No puedo romper ahora mi salida triunfal.

-Spike, eres probablemente el gato más glotón que he conocido. Y el único.

Acaricio sus orejas, el lugar que nunca falla si quiero oír sus ronroneos, y cojo el recipiente vacío donde minutos atrás rebosaba de comida.

-Espera un segundo, ya vuelvo.

Trabajosamente abandono mi cómoda postura en el suelo y me encamino a la cocina. No completo mi camino.

Algo me agarra duramente por el brazo y de la impresión el bol resbala de mi mano. Todo lo que se oye es el ruido metálico al chocar contra el suelo inundando el pasillo.

-Que sea la última vez que lo haces -La amenaza resuena en mi cabeza-. No quiero que vuelvas a liar el espectáculo que has montado hoy en la cafetería.

El miedo me invade al oír sus siseantes palabras, y dura un par de segundos para dejar paso al valor. Apretando mis puños la enfrento.

-Uno más y te echaré -sigue.

-¿En serio? ¿Y después me echarás de aquí? -Señalo a nuestro alrededor, refiriéndome al pequeño piso- ¿Y también de tu vida? ¿Incluso de tu corazón? -Al igual que antes vuelvo a señalar, pero ahora señalo con el índice sobre su pecho. En el lado izquierdo.

Su expresión pierde dureza, y se vuelve triste.

-Estoy cansada. Estos encontronazos ya los hemos tenido más veces -Mi tono cambia a un tono más suave, pero igual de mortífero-. Ahora tú me dejarás ver tras tu máscara, para después volver a reponerte y arreglar las grietas de tu muro personal. Luego te marcharás, dejándome sola.

He dado en el blanco, justo donde quería y más de lo que esperaba. Una solitaria lágrima se pasea por su pálida mejilla. Afloja su agarre y me mira directamente, abriendo levemente la boca con la intención de hablar. Pero como siempre no lo hace, permanece callada. Se limpia la lágrima velozmente, me suelta finalmente el brazo y tras colocarse la máscara me abandona en medio del pasillo.

También preveía esto.

Dulce May (DTHE#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora