Cierro la puerta después de dejar las llaves dentro y me encamino al taxi que me espera en la acera, arrastrando la monstruosa maleta detrás de mí. Voy demasiado cargada, pero esto es lo que ocupan los objetos acumulados toda una vida.
Me ha costado convencer a mí tía y al final, tras una acalorada charla y decirle que así no me vería en bastante tiempo, accedió a pagarme el curso de fotografía y el alquiler de un pequeño apartamento durante todo un año.
Recuerdo sus últimas palabras…
—Tienes razón, lo mejor es que te vayas. Además de dejarme tranquila, no te cargarás la relación y el corazón de Clare —De nuevo su mirada de desprecio.
—Adiós, Anne.
Siguiente parada: Nueva York.
Me ayudará cambiar de aire. Newside es grande, pero ni de lejos como la Gran Manzana. Tan solo unas horas en tren me separan del fin a mi tortura mental.
La estación de tren está llena, pero es grande, y eso hace que el bullicio no sea agobiante.
Clare y Jesse ya están allí, los dos corren hacía mí. Sí, la típica imagen en la que lo hacemos a cámara lenta y después nos damos un gran y apretujado abrazo.
—May, promete que me llamarás cada día. No me puedo creer que te vayas… —Solloza y eso me retuerce el corazón. Pero no hay otra opción, tengo que irme.
—Clare, necesito cambiar de aires y hacer ese curso. No tengo metas en mi vida y necesito empezar a moverme y experimentar cosas nuevas. Ya te lo he explicado.
A todo eso añadirle que tengo que alejarme de mis sentimientos prohibidos.
—Lo sé, es sólo que…Te quiero demasiado —Y aprieta su abrazo contra mí—. Será mejor que os deje a solas, Jesse necesita despedirse —Me mira divertida y desaparece en dirección a los baños.
Él también vuelve a abrazarme.
—Te echaré demasiado de menos. Eres muy importante para mí.
—Tú también lo eres.
En cualquier momento me echaré a llorar y será peor.
—Sólo te pido un favor.
—Lo que quieras.
—No te enrolles con nadie, reserva tu virginidad para mí.
Mis ojos se abren como platos, pero no me dan ganas de pegarle o gritarle, por el contrario lo abrazo más fuerte y río a carcajadas. Me doy cuenta de que extrañaré sus bromas…
Cuando Clare vuelve y tras varios abrazos y besos después me dirijo a las puertas del tren. Me vuelvo a saludarlos y mi vista se va más allá. Intento evitarlo, pero no puedo. Busco a Harry con la mirada, busco sus ojos verdes. Pero no están ahora y no lo estarán después.
Imagino que ya habrá recibido mi carta.
Las puertas se cierran y en ese momento sé que mis sentimientos por él deben quedarse de esas puertas hacia fuera. Es hora de madurar, de dejar el pasado atrás, hacer borrón y cuenta nueva en mi corazón.
Una oportunidad crece ante mí.
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Dulce May (DTHE#1)
Literatura FemininaNunca unos ojos verdes han acarreado tantos problemas. Nunca un par de miradas tantas mentiras. Y mucho menos un accidente de café tanto dolor. Pero cuando May encuentra a Harry todo cambia. La vida le ha dado la espalda tantas veces... Ya no hay e...