CAPITULO 19
Retrocedí unos pasos agitando la mano con la que golpeé al ladrón de esposas. Suspiré furioso, mientras veía a _______ acariciar el rostro de Neil, al mismo tiempo que me gritaba groserías.
Las personas formaron un círculo alrededor del 'herido' y se dedicaron a dirigirme miradas despectivas y susurros bastante dolorosos.
Había ignorado por completo la verdadera razón por la cual hice aquello. ¿Por qué?, a quien le miento, estaba celoso.
Me rehusaba a verla con alguien más, a verla besar a alguien más, dormir con alguien más y cocinarle a alguien más que no fuese yo, o yo.
Me repugnaba la idea de que alguien más la abrazara. Que alguien más comiera su comida. Y que ese tipo no fuera yo.
- ¡¿Qué demonios te pasa?! -gritó nuevamente, seguido de una variedad de maltratos verbales.
Sentí una mano pesada y fría halar de mi brazo, pero no me rehusé a dejarme llevar. Veía como ______ gritaba y gritaba, los demás preguntaban si había algún doctor cerca y luego ya me encontraba sentado en una banca, a la mitad de la calle, con un tipo.
- ¿Qué hiciste, idiota? -preguntó. Bufé, porque ______ dijo las mismas palabras y esa voz no me parecía nada femenina.
-Eso no te importa -dije monótono.
-Aún no me has visto -dijo y yo arqueé una ceja confundido -. Soy Louis, estúpido -me dijo. Giré la mirada con rapidez y en una milésima de segundo ya estaba sobre él, ignorando todo lo ocurrido, abrazándolo a casi ahogarlo con mi fuerza de macho -. Vas a ahogarme -susurró entrecortando sus líneas.
-Lo siento, amigo -me alejé de él y le di una de las más sinceras sonrisas de mi repertorio.
- ¿Estás bien? -preguntó.
-No lo sé -dije. Junté mis manos sobre mi estómago y me incliné hacia atrás.
-Sin ofender, pero no pareces estar muy bien que digamos -dijo.
-No quiero hablar de eso ahora -desvié la mirada, y no evité pensar en _______ -. Ya mucho sobre mí, ¿Cómo estás tú?, ¿Cómo me encontraste?, ¿Qué haces aquí? -preguntaba y el reía.
-Cállate -interrumpió y yo obedecí -. Supe de esta gran reunión, y era obvio que estarías aquí. Así que llamé a tu casa, me contestó una chica, me asusté -reí -, y aquí estoy...
-Inspirador -dije entre risas, y él me imitó.
Mi amigo Louis.
Amigo de la infancia, hijo de un muy buen cliente de mi padre, por ende, éramos amigos. Pero dejamos de vernos cuando cumplí dieciocho y mi vida se desgració más.
- ¿Cómo has estado? -preguntó serio. Verlo de esa manera era una en un millón.
-Creí que ya habías preguntado eso -respondí -. Lo preguntas dos veces...
-No confías en la respuesta -completó. Nuestros padres solían decir eso.
-No he estado tan bien -admití -. ¿Tanto se nota?.
-Para que yo -se señaló el pecho -, Louis Tomlinson lo haya notado... sí -respondió -. ¿Qué te ha pasado?.
-Demasiado para hablar de ello contigo.
- ¡Hey! -golpeó mi brazo levemente y yo permanecí inmóvil -. No te he llamado, porque Marie pidió que no molestara.
- ¿Hace cuánto?.
-Unos meses -relativamente la misma cantidad de tiempo desde que supe de mi enfermedad.
Ella no quería que me alterara.