Oscura felicidad [Harry Styles]

Capítulo 19

Cher/Punto de vista/

La puerta fue golpeada bruscamente, me apoyé sobre mis codos y me giré hacia ella. Podía ver una silueta frente a la misma, había alguien ahí. Bostecé, ¿A quién se le ocurría venir a las cuatro de la mañana?

-¡Abre la maldita puerta! – escuché decir detrás de la misma. Próximamente, sobrevinieron más golpes bruscos contra la misma.

Quité las sabanas de mi cuerpo y me adelanté hacia la puerta. La mirilla me mostraba un enfadado Harry. Quité el seguro y abrí para preguntarle la razón de tan inesperada visita.

-Harry, ¿Tienes idea de la h…?

Se vino sobre mí y me besó. Me obligó a entrar a mi apartamento y cerró la puerta en cuanto lo consiguió. Rápidamente, sus manos se entrometieron entre la holgada camiseta que traía para dormir. Lo empujé para apartarle, mas no lo hizo. Aumentó la intensidad de su apriete para mantenerse sujeto a mi cuerpo y que pudiese alejarlo. Entonces me tomé un momento para sentirle el aliento y percatarme que el mismo se sentía claramente con sabor a alcohol.

-Te he extrañado mucho… - dijo en voz baja.

Y dejé que sus labios se apartaran de los míos para bajar a mi cuello, y en cuanto se despistó, le propiné un golpe en el estómago que lo dejó sin aire. Lo empujé lejos de mi cuerpo, provocando que cayera sobre mi cama. Gimió en dolor y se mantuvo abrazado a su estómago. Lamentaba hacer eso, pero era la única manera de controlar a un hombre ebrio. Me mantuve a distancia prudente y atenta a cualquier movimiento que estuviera dispuesto a hacer.

-¿Qué ha pasado contigo? – le pregunté. - ¡No pasa ni un día antes de que te metas en otro problema! Eres increíble, Harry. No entiendo cómo le haces.

Y de repente lo oí sollozar. Se sentó en la cama y rompió en llanto desconsolado. Se cubrió el rostro con las manos y se sorbió la nariz varias veces. Me quedé inmóvil en mi lugar, sólo observándolo. Me acerqué lentamente, hasta que pude sentarme a su lado. Harry se mantuvo callado por un largo tiempo, mirando a la nada, mientras las lágrimas le seguían cayendo.

-¿Qué está mal conmigo? – dijo con un nudo en la garganta. –Es como si… el mundo quisiera que yo muriera y dejara de llenarlo de mierda. No tengo nada. Ni familia, ni amigos, ni siquiera tengo una vida de la que sentirme orgulloso. Yo… yo quiero morir. Después de todo, ¿Quién lloraría por alguien como yo? ¿Quién se molestaría en visitar mi tumba y llevarme flores? ¿Quién se sentiría en desgracia por mi pérdida? No soy nadie, Cher. Nadie…

-Harry, estás ebrio. Deberías dormir un poco y descansar…

-¡No! – Exclamó enojado- Yo necesito que alguien me escuche.

-Harry… - me puse de pie y lo tomé por su camisa. Recargó su cuerpo sobre el mío y retornó al llanto. – Estás extraño, Harry. ¿Qué es lo que está pasando contigo? Tú no eres así.

-Me siento solo. Me lo han arrebatado todo Cher, yo no quiero seguir perdiendo mi vida en ese lugar. Ellos son personas frías, me siento fuera de lugar con ellos.

-¿Ellos quiénes?

-No puedo decírtelo. No quiero que te hagan daño

-¿De qué estás hablando?

-¡No voy a decírtelo, maldición! No voy a arriesgarte. No quiero tener la preocupación de que puedan encontrarte en cuanto yo no esté contigo. No permitiré que ellos me arrebaten la última pizca de felicidad que me mantiene vivo.

-Entonces si quieres que te escuche dame una razón. Este no eres tú Harry, estás diferente. No puedo ayudarte si no me dices lo que te sucede. Voy a ayudarte… prometo que sí, voy a estar contigo. No te dejaré solo, pero, al menos, dime una razón para que lo haga. No te abandonaré…