Capítulo 32

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Cher/Punto de vista/

La noche debería estar latiendo ahora sobre la ciudad, suponía. En mis tantas horas ahí dentro, lo único que había consumido había sido un trozo de pizza, especialmente traído por Louis. El estómago me rugió nuevamente, mientras intentaba combatir el frío del cuarto con la escasa ropa de cama. Suspiré un par de veces, atrayendo mis piernas contra mi estómago.

Cerré los ojos, intentado dormir, al menos, un par de horas. De pronto, el abrumador sonido del metal removerse, me carcomió los oídos. Me cubrí hasta la cabeza con las finas sabanas y fijé mi mirada en las manchas de la pared. Y aunque intentara ignorarlo todo, las sabanas fueron quitadas con violencia de mi cuerpo y una fuerte mano sujetó mi cabello, me encontré con un par de ojos verdosos, aquellos insulsos ojos verdosos que me provocaban estremecer de miedo; Louis. Mis manos se movieron hasta las suyas, mientras intentaban quitarlas de mi cabello.

-¿Me has extrañado?

-Me lastimas…

-A las zorras como tú se las tiene que tratar como lo merecen, ¿No?

Me dejó libre y se rió como si hubiese oído una buena broma. Me dediqué a sobarme en donde había tirado, aún me dolía. Lo vi caminar hasta la puerta otra vez, mas no salió, sino que ajustó el seguro para que quedara completamente sellada; algo que me causó temor. Luego, se posicionó frente a mí, con una pequeña mueca en su rostro, como si estuviese disfrutando de algo que yo no sabía. Escondió sus manos detrás de su espalda, sólo por un momento, e inmediatamente, un trozo de tela oscura reapareció sobre ellas.

-Póntelo – dijo.

-¿Qué?

-¿Eres sorda o crees que eso te ayudará a librarte de esto? ¡Que te pongas la maldita venda!

-No… - susurré.

-¿No?

-He dicho que no.

-Bien… 

Una de sus manos voló hacia mi cuello y lo apretujó hasta que imploré por aire. Mi cabeza descansó sobre la pared ligeramente mohosa, mientras mis ojos se clavaron en los de Louis.

-Dije que harás todo lo que yo diga, zorra. Soy tu dueño por ahora, tú mi mascota. Te pondrás esto, y, de ahora en más… acatarás mis órdenes. ¿Me has entendido?

Una lágrima se escapó de mis ojos antes de asentir. Me liberó, y por supuesto que inspiré aire puro para recuperarme de aquel ataque. Tomé la venda y, sin ejercer más resistencia, la coloqué en mis ojos. Aguardé sentada, mientras la oscuridad me tomaba cautiva, bajo la gruesa tela.

Pronto, podía sentir a cercanía de Louis, sin embargo, no me moví. Sus manos se dedicaron a desprender los botones de mi camisa azul, uno por uno, lentamente. Mis manos lucharon por irse contra las suyas y detenerlo, pero el miedo me obligó a guardar silencio y dejarlo continuar. Después de todo, ¿Qué más podía hacer en una situación así?

La camisa se abrió completamente, la deslizó hacia atrás, Louis controlaba mis brazos para poder despojarme de la misma con mayor facilidad. Mi torso desnudo, excepto mi sostén.

-Levántate. – exigió fríamente y tiró de mí para poder lograrlo. – Eso es… Ahora, quítate el pantalón.

-Por favor… no… - musité entre lágrimas, ahogadas por el temor.

-No te lo estoy preguntando…

Sus manos hicieron contacto con las mías, llevándolas hacia el cierre de mi pantalón, luego bajándolo con ansiedad. Las manos de Louis tiraron de mi jean en cuanto éste se vio totalmente desajustado.

Oscura felicidad [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora