Oscura felicidad [Harry Styles]

Capítulo 11

La muer me observó como esperando respuesta. 

-Lo siento, yo vengo a... a ver a mi novio. Harry Styles, está en la habitación 8, bajo cuidados médicos. 

-No puedes verlo, ¿Cierto? 

-De hecho no. Yo me he entrometido aquí, disculpe. 

Miró en todas las direcciones posibles y luego me tomó por el brazo. 

-Te ayudaré, pero debes prometer que no se lo dirás a nadie. Podría perder mi empleo por esto. 

-Por supuesto. Gracias. 

Me ayudó a pasar a la siguiente área, gracias a una llave que abría todas las puertas que allí se encontraban. La placa que decoraba la puerta que tenía enfrente tenía el número 8 inscripto en letras doradas. La mujer abrió la puerta y advirtió que no subiera la voz, puesto que había pacientes descansando en el mismo piso. Volví a agradecerle su apoyo y la mujer se marchó. 

Harry parecía dormido, y a pesar de los golpes, seguía viéndose encantador. Su brazo lastimado ahora se encontraba envuelto en vendas humedas en alcohol y varias de sus marcas habían sido cubiertas con algodones. No quería imaginar su malestar en aquel momento, pero al menos agradecía que estuviera sedado. 

-Espero que esto haga que me sienta mejor contigo. ¿Eh? - le hablé a su cuerpo sedado. - Es irónico, viniendo de ti... es como si para mí fuéses fuerte. A pesar de que tienes debilidades típicas de los mundanos, pero... sigues siendo resistente. A veces pienso que nadie puede hacerte daño. 

Me paseé por la habitación, mientras admiraba la maquinaria que se encargaba de rehabilitarlo. En un momento me detuve a observar sus manos, las cuales habían sido perfectamente acomodadas sobre su estómago. Acerqué las mías hasta ellas e hice que se distanciaran, una a cada lado de su cuerpo. Sin embargo, me fue imposible dejar su mano izquierda libre, y no porque no quería hacerlo, sino porque Harry me lo estaba impidiendo. Un leve tirón en mis dedos me hizo sobresaltar, una seca tos removió su cuerpo. Luego apretó aún más mi mano y entreabrió los ojos. Le sonreí modestamente, puesto que no estaba segura si podía verme con claridad.

-Cher.... - liberó entre susurros secos. Asentí para que supiera que lo había oído. - Cher... - dijo, esta vez un poco más claro. 

-Estoy aquí. 

-No te vayas... no me dejes solo. 

-No voy a dejarte, Harry. Me quedaré aquí, sólo que no en esta habitación. ¿Vale? 

-No...

-Pero estaré cerca, prometo que vendré si algo necesitas. 

-Quiero que estés aquí. Conmigo. Te irás y me dejarás solo, - tenía los ojos rojizos, y cristalizados. Ese era el efecto de los sedantes que habían sido inyectados en su cuerpo. Su mano apretujó la mía con fuerza. - todos lo hacen.... 

-Yo no lo haré. Lo prometo. Voy a quedarme aquí junto a ti, no te abandonaré. 

-Duerme conmigo.... 

Se acomodó en una esquina de la cama. Le dediqué un reto por hacerlo, de seguro eso haría que su cuerpo doliera más. Pero Harry no me escuchó y siguió moviéndose. Luego palmeó el extremo vacío de la cama y me invitó a acostarme ahí.

-No, Harry. Voy a lastimarte y...

-Quiero que duermas aquí. 

Me subí cuidadosamente a la cama hospitalaria, y como tal, el espacio no era una virtud. Recosté la cabeza sobre la almohadilla, y el cuerpo de Harry se estremeció a mi lado. Podía sentir la piel de su torso contra la de mi brazo, estaba cálida a pesar de todo. Su brazo bueno me rodeó y me obligó a acercarme más a él. Acomodé mi cabeza, lentamente, sobre su pecho. El corazón de Harry me llenaba lo oídos, su ritmo era calmo y lento.... tranquilizador. Cerré los ojos y sentí sus labios sobre mi frente.