—En cuanto lleguemos a quirófano necesitare un residente para que me asista. Abriré su pecho y en cuanto se estabilice pueden entrar.—Afirme segura mientras el ascensor seguía en movimiento.—¿Qué, es broma?—preguntó con desagrado en el rostro esperando que estuviese bromeando ya que parecía no estar de acuerdo con mi plan de acción.—¡No! Hablo muy en serio, ¿por quién me tomas?—pregunté mirándolo con molestia por su comentario poco profesional.—¡Es mi paciente! Y NO SE VA A HACER LO QUE TÚ QUIERAS NOVATA—Comenzó a gritarme con ira por lo que él consideraba insolencia. Pero no permitiria que me gritara y que además matara a mi paciente.—Doctor Karev, le recuerdo que es paciente de ambos así como también le recuerdo que las lesiones de corazón y pulmones son prioritarias. ¿Puede dejar de gritar y recordar su internado en cirugía?—Pregunté calmada e imponente cuestionando sus métodos de procedimiento.
A pesar de que no quería problemas el primer día tenía que decir algo para que no pensaran que podían simplemente gritarme y se saldrían con la suya.—Grey, dile a la NOVATA cómo hacemos las cosas por aquí. ¿Quieres?— Pidió volteando a ver a Grey como si fuera mamá y estuviéramos discutiendo por quien se come la última galleta.-¡Oh, por favor! No seas infantil.— Afirme sin poder creer lo que escuchaban mis oídos.—Entramos al mismo tiempo, no es lo recomendable pero lo haremos si tanto te molesta que lo haga primero—conteste molesta pero encontrando una solución. Ni cinco minutos trabajando con él y ya era un dolor en el trasero.
Las puertas del elevador se abrieron, salimos corriendo y entramos a lavarnos. En cuanto termine, entre al quirófano.—Guantes y lámpara por favor—ordené. Rápidamente la enfermera me puso los guantes y la lámpara.-¡Hora de salvar una vida equipo! Bisturí 10—ordené para poder comenzar en seguida a operar. Pasaron tres horas sin ningún inconveniente, Karev era bueno en lo que hacía, a pesar de ser un idiota de gran tamaño.
—Bien ¿Doctora?— Pregunté haciendo una pausa y mirando a la residente que estaba asistiendo.—¡Edwards!—Exclamó contestando la joven morena frente a mí.—¿Qué es lo que ve aquí doctora Edwards?—Pregunté intentando averiguar qué tan inútil era.—El pericardio está completamente destrozado—Contestó segura de lo que decía y con toda la razón.—Efectivamente. ¿Recomendaciones?—Pregunté con esperanza ya que hasta ahora no me resultaba tan inútil. Si lograba darme una solución hábil puede que trabaje bien con ella.—Mi recomendación: un parche pericárdico con suturas en diagonal—Afirmó segura en cuestión de segundos. "Increíble esta niña sabía lo que hacía", pensé complacida por mi residente.
—Bien, enfermera. Escuchó a la doctora, parche pericárdico y prolene tres cero—ordené con una sonrisa debajo del cubrebocas. Estaba apunto de tomar el parche cuando sonaron los monitores.—¿Qué hiciste Karev?—Pregunté atónita ya que sabía que no era por mi culpa. El paciente comenzaba a desangrarse y Karev parecía no hacer nada por detener la hemorragia.—Hay una ruptura en la vena renal, tengo que pararla.—Afirmó moviéndose rápidamente. Continue con mi trabajo esperando que Karev pudiese hacer el suyo. Pasaron cinco minutos y lo inevitable llegó a mis manos, el paciente estaba en crisis.—¡KAREV!— le grité ya que era cuestión de segundos para que entrara en paro.—¿Qué es lo que haces, por que no lo has arreglado?—Pregunté con desesperación ya que estaba apunto de quedarme sin opciones—No puedo arreglarlo, hay mucha sangre, ¡no veo nada!—Exclamó desesperado intentando arreglar la fuga de sangre.—Su corazón fibrila, tengo que despejar, ¡carguen a 20!—Exclamé ordenando a la enfermera mientras esperaba por el carro resucitador, en cuanto tuve las paletas no lo dude.—¡Despejen!—Exclamé tres veces, pero su corazón ya no resistía más. Se había quedado sin más sangre que bombear. ¿Cómo no? Si toda se encontraba en el piso del quirófano. Todo gracias a que Karev no pudo sellar la ruptura.—Hora de la muerte dieciséis treinta—Sentencié. Todo el quirófano estaba en silencio. Molesta dejé caer el bisturí en la bandeja.
Alex's POV
No pude salvarlo, era un niño y no pude salvarlo. Ella lo acababa de declarar muerto, salí de ahí, no podía quedarme ni un segundo más. Ella me siguió. "¿Qué era lo que quería de mí, por qué no me dejaba en paz?" Me pregunté agobiado por la situación.—¡Doctor Karev!—Exclamó demandando mi atención. Me detuve al escuchar mi nombre retumbar por las paredes.—¿Qué es lo que quieres?—Pregunté fastidiado ya que ahora no importaba nada. Ella era un dolor en el trasero que no me dejaba en paz.—Daré aviso a los padres del niño. ¿Sabe en dónde están?—preguntó de lo más normal posible. Acababa de perder a un niño y no tenía ningún tipo de sentimientos. "¿Pero qué clase de bruja sin emociones era?" Me pregunté horrorizado de su reacción.—Están de camino, vienen desde Portland—Afirme para después salir de ahí lo más rápido que pude. Necesitaba comer y desahogarme con alguien, así que partí rumbo a la cafetería
Tome una bandeja, me serví comida. Sentandome junto a Meredith y Jackson.—¿Qué pasó con tu paciente empalado?—preguntó Meredith con curiosidad ya que tuvo que salir antes de que la cirugía comenzára.—¡Murió!—Sentencie sin ninguna otra explicación.—¡Oh, vaya! ¿Cómo van las cosas con la nueva?—preguntó nuevamente esperando una respuesta diferente. Era horrible como si fuera el tiempo de preguntarme todo lo malo me había pasado durante el día.—La odio, me odia. Es una maldita bruja gruñona sin sentimientos—Aseguré fastidiado. Me tenía harto y no quería seguir hablando de ella ni un segundo más.-¡Oh vamos! No creo que sea tan malo—Afirmó Jackson haciéndome ver como un exagerado.—¿A ti quien te metió Avery?—Pregunté molesto para que no se metiera en donde nadie lo había llamado.—Y mira quien viene ahí—Afirmó Avery con satisfacción y una cara malévola. Este le hizo señas para que se sentara junto a él y ella aceptó.—¡Hey! Hijo prodigo. ¿Cómo te va hoy?—Preguntó con esa estúpida sonrisa de Avery que derretía a cualquier chica.—Pues, la verdad ha sido un día muy largo y no del todo bueno. ¿Y a ti niño bonito?—Preguntó como si fuesen amigos de toda la vida.—A mi me ha ido bastante bien, pero no es algo que todos podamos compartir ¿o si Karev?—Me preguntó riendo mientras me miraba con una sonrisa burlona. Lo único que hice fue un gesto de "¡Callate!" con molestia. Me levanté y me fuí. A decir verdad tenía mejores cosas que hacer que escucharla hablar sobre ella misma en mi tiempo libre.
Freya's POV
En cuanto Karev se fue Meredith me volteó a ver con vergüenza.—Perdónalo ha tenido una mala semana. Lo de Wilson no le cayó nada bien.—Afirmó junto con una mueca mientras se llevaba un pedazo de carne a la boca.—¿Wilson, la residente?—Pregunté sin entender muy bien su relación mientras la miraba desconcertada. "¿Qué le puede hacer una residente a un titular para hacerlo molestar tanto?" Me pregunté a mi misma con curiosidad.—Si, ellos terminaron y eso afectó demasiado a Alex—Afirmó Meredith con lastima. Ahora todo tenía sentido, al imbécil le habían roto el corazón. Pero con o sin corazón roto eso no le daba justificación para sus acciones. Tendría que hablar con él, no me importa que le hayan roto el corazón. Yo no era la culpable y no merecía ser tratada como si lo fuera.
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Let me fix you
FanfictionEl destacado cirujano Alex Karev jamás imaginó que lo único que le faltaba para ser realmente feliz sería una cirujana que le causara un gran dolor de cabeza. Esto hasta que conoció a Freya Andersen, el prodigio de la cirugía cardiotorácica, quien l...