Al llegar a casa, ambos bajamos del auto. Derek tomó mi mano y me dirigió a la puerta para poder despedirse propiamente. En un impulso mis labios terminaron estampados contra los suyos. Fue como volver a respirar justo cuando te estabas ahogando. No sabía si era lo más apropiado pero era justo lo que me faltaba en este preciso momento. Derek se separó un poco de mi con una sonrisa. No pudo contenerse y volvió a juntar nuestros labios.— ¿A dónde me llevas?— preguntó riendo a medio beso sin separarse. Moviéndome torpemente para poder llegar a mi habitación disfrute un poco más del momento.
Pensando en que eran las circunstancias perfectas ya que April tenía guardia y no tendría que darle ninguna clase de explicación. Dejé que mis sentidos me llevaran durante un rato.—Te llevo por un tour privado de mi nueva habitación.— afirme en un susurro provocador cerca de sus labios mientras lo jalaba para quedar dentro de esta.—Me parece excelente, quisiera ver con atención qué clase de techo tienes.— afirmó con interés en doble sentido.
La noche que tanto estaba esperando al fin había llegado. Sabía sus debilidades y él sabía las mías. Éramos el combo perfecto para que la noche fuese inolvidable. Y el momento estaba cada vez más cerca ya que las cosas subían de nivel con rapidez. Al tocar la cama de espaldas reí al percatarme que solo me quedaba mi ropa interior en su camino.—Si que tiene manos ágiles doctor Shepherd.— afirme provocando sus sentidos al llamarle de esa manera. Él continuaba abriendo camino por mi abdomen, pero justo antes de llegar a la línea de mis bragas decidí cambiar el juego. Hacer que él rogase por poco por más. Me balancee sobre él hasta que quedó por completo de espaldas. A mi merced, justo como lo quería.—Dijo que quería ver el techo. ¿Cierto?— pregunté bromeando siguiendo el juego.—¿Le gusta la vista?— pregunté mientras desabrochaba mi sostén. Él me miró con deseo y algo un poco más cálido que no pude identificar en ese instante.—Bonito superior.— afirmó riendo para después atraerme hacia él. En un impulso reventé cada uno de los botones de su camisa.—¡Oye!— reprocho con molestia por haberla arruinado.—Te compraré otra. Soy una exitosa cirujana, no te preocupes por dinero.— afirme riéndo y causando que él riese también. Comencé a besar su abdomen hasta llegar a sus pantalones, los cuales prontamente terminaron del otro lado de la habitación.—Así que cirujana. ¿Eh?— preguntó mientras tomaba ahora él la iniciativa, regresandome mi atención a su boca y girando para quedar de espaldas.
Ninguno de los dos lo pudo contener más ni seguir la conversación. Las cosas habían llegado al punto de ser una situación meramente carnal. Cada segundo rogaba por que me hiciera sentir más, rogaba por ese tacto, ese éxtasis que me hacía sentir cada que estábamos juntos. Y cuando al fin pasó. Sentí que el tiempo no había pasado, que nada hubía cambiado en todos estos años.—Te amo.— sus palabras salieron de la nada, como un balde de agua fría. Pronto sentí un vacío en mi estomago. No sabía qué contestar, simplemente lo ignore. Esperando que solo fuese algo que se dice en el momento pero no es verdad. Qué simplemente se había dejado llevar y no había pensado bien en lo que acababa de decir.
Al terminar todo había sido simplemente satisfactorio. Tres orgasmos nunca de olvidan. Pero también te dejan exhausta. Me recosté a su lado y me apoyé sobre su pecho para sentir su calor. Estaba agitado, lo podía sentir en su pecho el cual subía y bajaba rápidamente para recuperar el aliento. Ahora lo inevitable pasaba, su "te amo" atormentaba mis pensamientos. "¿Acaso yo también lo hacía? Amarlo" Me pregunté intentando averiguar si era todo simple nostalgia o si era verdad.—Lo que dije...— Derek comenzaba a hablar. Tenía que detenerlo antes de que dijese algo que cambiará las cosas entre nosotros para siempre.—Hablaremos mañana. ¿Te parece?— le interrumpí con prisa haciendo saber que no quería hablar de eso ahora pero sin moverme ni un milímetro. Él lo comprendió y simplemente pude sentir un suave y delicado beso en mi cabeza. Cediendo ante el cansancio cerré los ojos para al fin poder tener una noche de buen sueño.
Las 6:30 de la mañana habían llegado antes de lo que hubiese querido. Y mi alarma se había encargado de que no me olvidara de despertar. Asustada y algo molesta por el hecho de que tenía que despertar la apague. Voltee a ver a Derek esperando que no se hubiese despertado. Se veía tan tranquilo que una sonrisa salió de mi por naturaleza.—¡Buenos días para ti también!— exclamó con una voz tan ronca que me hizo estremecer mientras volteaba con una sonrisa sexy.—Vamos, te acompaño al trabajo.— afirmó tomando mi mano mientras la besaba con ternura. Se levantó yendo directo al baño, escuché la ducha y al fin pude moverme. No entendía por qué estaba tan nerviosa de que él estuviese aquí.
Al salir del baño pude ver que estaba simplemente en toalla.—¿Buscas algo?— pregunté curiosa ante su mirada perdida en el suelo.—Mis pantalones.— afirmó riendo mientras buscaba al rededor con su mirada. Estaba a punto de señalar en la dirección correcta cuando este los levantó. Derek se quedó mirando a su camisa la cual estaba sin ni un solo botón.— Creó que habrá un cambio de planes.— afirmó riendo al ver la condición de esta.—Hay una camisa nueva en el cajón de hasta arriba de esa cómoda.— afirme señalando la cómoda café en el fondo. Él la tomó como si fuese lo más normal del mundo y no dijo nada más. Ambos bajamos de la mano para después subimos a su auto. En el camino íbamos cantando las canciones que aparecían en la radio, justo como en los viejos tiempos.—Sabes, hoy le pediré mi trabajo a Bailey— comentó de la nada interrumpiendo mi humor. "Esa era una buena idea. ¿No?" Me pregunté pensando en lo que era mejor para ambos. Aunque aún no estuviese segura de lo que éramos.-Me parece excelente, así podremos pasar más tiempo de calidad juntos— Afirme intentando ser optimista al respecto pero con algo de nervios en el fondo. Él lo noto así que solo tomó mi mano y delicadamente la besó.
Sin pensar tanto en lo que sería y más en lo que era en el momento ambos entramos de la mano al hospital. Nos encontramos con Bailey cuando las puertas del ascensor se abrieron ante nosotros.—¡Derek!— exclamó confundida al verlo.—¡Freya!—exclamó aún más confundida al verme tomando su mano. Se notaba que quería una explicación pero esperaba con todo mi ser que no la pidiera, porque en este momento ni yo tenía la respuesta para esa pregunta.—Bailey, quisiera hablar contigo en privado.— pidió Derek amable al entrar al ascensor haciendo el momento un poco menos incómodo. Bailey asintió algo molesta pero determinada de terminar con ese drama hoy mismo. Al abrirse las puertas ambos salieron y sólo pude ver como los ojos azules de Derek desaparecen de mi panorama mientras este se alejaba.
Solté un enorme suspiro una vez sola y sentí mi cabeza dar un millón de vueltas. "¿En qué estaba pensando?" Me reproché por lo ocurrido anoche. Volví a mi postura al escuchar el timbre que indicaba que haría otra parada antes de tener que bajar. Para mi sorpresa era Alex Karev quien subiría. Se podía sentir la tensión invadiendo el espacio tan pequeño. En un impulso él se balanceo hasta presionar el botón que detenía por completo la maquinaria. Nerviosa me puse a la defensiva en caso de que comenzara a gritarme de nuevo.—Sabes...— él hizo una pausa, se notaba agitado y poco descansado. Podía ver un cambio de actitud en él.—¡Yo! Lo lamento. Estaba ebrio y dolido por la pérdida y realmente lo lamento. No debí tratarte así.—Afirmó con sinceridad. "¿Acaso era eso arrepentimiento en sus palabras?" Pensé con algo de alegría ya que le daría un mal rato por lo que me había hecho pasar. No sabía qué contestarle pero una sonrisa maliciosa se esbozó involuntariamente en mi rostro.—¡No lo conviertas en algo más grande de lo que es!— exclamó molesto al notar mi sonrisa.
Un tanto harto decidió tomar la iniciativa y manejar las cosas a su manera.—Solo hagamos como si el primer turno nunca hubiese existido y hagamos que este sea tu primer día. ¿Quieres?—preguntó algo antipático y enfadado pero con algo de esperanza a que mi respuesta fuese que si.—¡Hecho! Pero es tu última oportunidad para que me agrades. No te daré otra.— Afirme amenazando con determinación mientras ofrecía mi mano para que él la estrechara. Él me dio una sonrisa rápida y estrechó mi mano.—¡Hecho! Un nuevo comienzo— exclamó afirmando lo que había dicho. Karev resumió el camino del ascensor para al fin llegar a nuestro destino.
Fue algo que ocurrió de la nada pero a decir verdad estaba aliviada de que Karev se hubiese disculpado. Al menos ahora las cosas no serían un infierno entre nosotros. Ahora todo estaría en el pasado y hasta existe la posibilidad de que nos llevemos bien como colegas.
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Let me fix you
FanfictionEl destacado cirujano Alex Karev jamás imaginó que lo único que le faltaba para ser realmente feliz sería una cirujana que le causara un gran dolor de cabeza. Esto hasta que conoció a Freya Andersen, el prodigio de la cirugía cardiotorácica, quien l...