DEREK © #1 [✓]

03. La ansiedad de Anne

     El exquisito aroma a café que entraba por las fosas nasales de Elena la hacía sentir como si estuviese recostada sobre una acolchada nube mientras recorría el cielo con los ojos cerrados.

     Hace más de veinte minutos había llegado a Sweet Kingdom, una cafetería no muy alejada de su calle. Era muy pintoresca, con mesas y sillas de madera, las paredes del lugar estaban decoradas con grandes dibujos coloridos hechos con tizas pastel, el lugar era algo rústico pero lindo. Los postres eran deliciosos, solían frecuentar aquel lugar al menos una vez cada dos semanas ya que a Lilian, su amiga, le encantaba.

     Lilian Law, pelirroja de ojos verdes y tez pálida. Era como la hermana que Elena nunca tendría. Se conocieron desde los nueve años, cuando comenzaron la escuela, las dos se colocaron juntas para una pequeña evaluación de matemáticas, desde entonces la amistad se mantuvo intacta. Era realmente decidida y valiente, siempre aplicada en lo que hacía, casualmente empezaría a estudiar leyes en enero, ya que sus padres eran muy buenos abogados, por ello había nacido su amor a la justicia.

     —¿Qué tal está tu pay de limón, Ele? —cuestionó Law, mientras tomaba un sorbo de café.

     —Delicioso como siempre. ¿Quieres un poco?

     Lilian negó.

     —¿Cómo estuvo tu primer día en el introductorio? —preguntó Meghan Collinwood, una joven morena de ojos levemente cafés, siempre solía llamar la atención por su peculiar cabello grisáceo que procuraba mantener gracias a diversos tintes que aplicaba. Se le conocía por su sarcástica forma de ser, también era muy reservada. A diferencia de Lilian, Elena conoció a Collinwood en un festival de música, cuando ambas por accidente tropezaron, derramando sus bebidas. Había mantenido contacto a través de internet, pero a medida de que los años pasaban la amistad y el cariño fue creciendo.

     —Siento que debo ir un par de veces más para adaptarme. Si no lo logro creo que dejaré de asistir hasta que realmente comience clases en enero.

     —¿Por qué? Pensé que amarías tu primer día —dijo Lilian con notoria sorpresa.

     —Es que... En realidad no es nada. Solo son ideas tontas que vagan por mi mente, dentro de nueve días cumpliré diecisiete —rió—, creo que la edad ya comienza a afectar mi cabeza.

     —¡Es cierto! Elena, falta una semana para tu cumpleaños y aún no tenemos nada en mente —exclamó Meghan mientras tomaba su chocolate caliente.

     —Podríamos ir a un día de campo —propuso Lilian.

     —O visitar el zoológico, hace mucho que no vamos —siguió Meghan.

     —Tal vez un día de spa, o...

     —Me gustaría ir a un parque de diversiones —interrumpió Elena con una amplia sonrisa en su rostro, mientras jugaba con sus pulgares, sabía que esa confesión tomaría desprevenida a sus amigas.

     —¿Un parque de diversiones? —Lilian parecía desconcertada—. Elena, pero odias las alturas, es un milagro que hayas subido una vez al London Eye.

     —Sí, lo sé, pero nunca es tarde para afrontar tus miedos, ¿no? Sería divertido. Además —señaló a Meghan—, podrías invitar a ese muchacho que te gusta.

     —¿William? No lo creo, pero bueno, es tu decisión, McFly.

     —Estoy segura de que... —Elena no pudo terminar su oración, ya que su teléfono celular comenzó a emitir sonido desde el fondo de su bolso. Con algo de prisa hurgó dentro de esta, seguidamente tomó su teléfono, y sin haber visto antes el número, contestó.