16. Conejillo de indias

3.7K 318 75
                                    

Derek se encontraba recostado en su sillón mientras tomaba una bebida energizarte con su mano izquierda, quien le hubiese dicho en la vida que debía parar de ingerir tantas bebidas como esas por la mañana estaba loco, era eso lo que lo mantenía despierto y activo para estar al control de todos y todo. Con la derecha sostenía el papel que le habían entregado la tarde anterior. La había leído en la noche, pero lo había tomado más como un juego que como otra cosa, luego en la mañana cuando volvió a leerla sintió como el ardiente fuego de su interior quemaba cada parte de sus entrañas gracias a la ira.

¿Quiénes se creían? Maldición. Una jodida orden de restricción no lo mantendría alejado de su pequeña.

Sabía que Anne tenía que ver con todo esto.

Durante los diez años transcurridos se había tomado algún tiempo para estudiar los movimientos y personalidades de los padres de Elena. Sabía que ambos eran muy cariñosos y protectores con sus dos hijos, pero lo que los caracterizaba uno del otro era la apacibilidad en que Edward se tomaba las cosas que le alteraban, era muy calmado y de mente fría cuando algo se le salía de las mano, intentaba no irse por el lado de la ira porque sabía que así no solucionaría nada. Por otro lado estaba Anne, quien era todo lo contrario a su marido; era una mujer de sentimientos avivarados, solía reír, llorar y gritar, y le gustaba tener todo bajo control, pero cuando eso no sucedía y las cosas comenzaban exasperarle perdía la cordura volviéndose un manojo de nervios.

Derek sabía que Anne había actuado de la única manera en que podía actuar en ese momento. Había acudido a una estación policíal y había insistido en colocarle la orden de alejamiento.

Rascó su cabello exasperado. Sabía que si se acercaba a Elena y le pillaban podría ir detenido por unos cuantos días, si volvían a colocar la orden y volvía a violarla no habría otra oportunidad para él. Pero le parecía tan malditamente injusto que en el momento en que se disponía a llevar todo su plan en marcha viniesen estos bastardos a arruinarlo todo. ¿Acaso no se daban cuenta de lo mucho que los hacían sufrían a él y a Elena al no permitirles estar juntos?

Bufó mientras hacía un ovillo con la hoja de papel, arrojándola en alguna esquina de su departamento. Se levantó, caminando hacia la ventana para ver a través de esta, la nieve comenzaba a cubrir la cuidad de blanco, el color de la pureza. Recordó el día de su cumpleaños número cinco... ¿Cómo olvidarlo? Esa golpiza proveniente de su padre había sido la mayor en toda su vida, pero gracias a eso se había forjado como todo un hombre a medida de que los años avanzaban.

Se colocó el suéter negro que tenía en el perchero, arregló su cabello y luego sonrió.

Él no permitiría que lo alejasen de Elena, nunca.

• • •

Elena estaba en su habitación preparando las maletas para el viaje que harían a Bradford esa noche, aunque en lo menos que podía pensar era en la ropa que llevaría. Toda su mente estaba puesta sobre el plan que habían acordado la noche anterior con el detective Wadlow, y si era sincera ahora se arrepentía de haber accedido. Su estómago empezaba a revolverse tanto como si de un mar picado se tratase con tan solo imaginar el tener que estar cerca nuevamente de Derek Phelps.

     Escuchó su puerta abrirse con extrema lentitud, se giró sobre sus talones para ver de quien se trataba y ahí estaban sus padres, quienes la miraban con algo de cautela y empatía.

     Sabían lo difícil de digerir que era todo este asunto para Elena, ya que la realidad de su destino no la había impactado en el rostro de este modo hasta ahora, pero ¿cuál era realmente su destino?... ¿El vivir a merced de un hombre cuya obsesión había crecido más y más con los años? ¿O el tener que huir para intentar tener una vida apacible como solía tenerla dos meses atrás?

DEREK © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora