19. Los demonios de Derek Phelps

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     Las agresiones de parte de su padre habían sido un punto de arranque para forjar el carácter déspota y manipulador de Derek Phelps.

     Durante siete largos años de crecimiento de niño a adolescente, Derek había tenido que aguantar los constantes abusos de Dustin cada vez que llegaba ebrio a casa. Golpe, tras golpe, tras golpe, en donde el muchacho habría preferido morir mucho antes de seguir escuchando el cinturón de su padre azotarse contra su menuda espalda.

     Siempre había tenido que soportar el descomunal llanto de su madre y las decenas de insultos de su padre. Muchas habían sido las ocasiones en la que se preguntaba hasta cuándo debía seguir viviendo esa monótona rutina de agresión.

     A medida que el tiempo transcurría, Derek había dejado de sentir lastima. Ya no lloraba, no quería hacerlo... Tampoco podía. Tantos puñetazos de parte de Dustin en el rostro la habían enseñado a controlarse. «Llorar era algo para débiles», le había dicho Dustin un centenar de veces, y así Derek se crió. Él había creado a un hombre prematuro.

     A lo largo de cada año transcurrido había tenido que lidiar con la cobardía de su joven y perdida madre, quien prefería cerrar su boca ante los abusos de Dustin mucho antes de sublevarse contra él, sabía que eso significaría un descomunal peligro. A veces, Derek, lograba sentir lastima por ella, pero al ir creciendo su desprecio se hacía más y más grande. El ver a Darcy siendo golpeada o violada ya no era algo que le sorprendiese, en cambio, lo que sí le causó una gran consternación fue la cálida mañana de abril en donde su madre por fin había tomado la decisión de huir muy lejos del alcohólico monstruo de Dustin Phelps.

     ¿Cómo olvidar el día en que Darcy le había dado punto final al maltrato proporcionado por de su pareja? ¿Cómo olvidar el día en que su madre había tomado las riendas de su vida después de doce años de tortura? ¿Cómo olvidar el día en que él huyó con ella?

     Aún tenía once años cuando su madre lo llevó con ella a uno de los lugares más recónditos a los que había ido jamás. Durante la mañana del siete de abril del año dos mil habían recorrido al menos una hora hasta llegar a una de las zonas más altas de la ciudad, para detenerse a su destino: el bosque.

     Recordó el cansado tramo de al menos treinta minutos que tuvo que recorrer con Darcy caminando hasta la profundidad del arbolado campo, donde allí dieron con una cabaña de roble de tamaño promedio, la misma que su abuelo le había ofrecido a su madre en secreto por mucho tiempo para que de ese modo pudiese estar lo suficientemente lejos de Dustin.

     Desde el principio sintió algo de conmiseración por Darcy, quien realmente se había convencido a sí misma, gracias al sin fin de charlas a solas que había tenido frente al espejo, que Dustin no volvería a sus vidas, pero él sabía que aquello de ningún modo sería así, aunque de todas maneras no pensaba decírselo. Ella no comprendería la naturaleza de un hombre indómito, y estaba claro que su padre retornaría por venganza.

     Los ocho meses restantes habían transcurrido con completa normalidad. Se las habían arreglado para buscar comida en el pueblo y para adaptarse a la vida campestre, la cual Derek solía odiar y amar a la vez. Muchos habían sido los esfuerzos de Darcy para volver a tener la misma formidable relación entre madre e hijo que alguna vez en el pasado tuvo con el muchacho, pero él siempre se mantenía trazando un muro imaginario entre ambos. Durante muchos meses había tenido la idea de escapar del cuidado de Darcy para convertirse en un hombre completo e independiente, lastimosamente la realidad siempre se adelantaba a darle un guantazo en el rostro. Todavía era un menor de edad, y mientras lo fuese debía seguir con algún tutor legal porque así lo dictaba a ley.

     En todo ese lapso tiempo Derek se había visto forzado a abandonar sus estudios provocando que se atrasase un año, cosa que le frustraba con efervescencia, ya que a pesar de no contar con dinero suficiente para unos buenos libros o una buena educación completa, Derek se había destacado por ser un excelente estudiante de alto promedio en la humilde escuela en Burslem a la cual solía asistir, pero los caprichos de su madre le habían arruinado la vida.

DEREK © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora