08. El interrogatorio de Stanlee Wadlow

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A Elena jamás le había gustado desvelarse tanto por la paranoia. Su alarma sonaría aproximadamente en unos diez minutos, ya que eran las cinco con cincuenta de la mañana, y no había podido conciliar el sueño desde las dos y media de la madrugada.

Su noche de cumpleaños había finalizado de un buen modo junto a sus abuelos, amigas y familia. Anne se había encargado de prepararle un pastel de moras, mientras que Andrew y Edward se tomaron el tiempo de inflar algunos globos de distintos tonos de rosa para ambientar el comedor. Cuando todo finalizó, tanto sus abuelos como Lilian y Meghan se retiraron de la casa de los McFly.

Estuvo muy cansada y confundida. A la hora de irse a la cama no dejaba de pensar en aquel alto hombre de ojos verdes, y aquello le hacía estremecer. Sin darse cuenta se dejó caer sobre los brazos de Morfeo, pero su descanso no duró tanto como a ella le hubiese gustado. Cuando recibió aquella llamada contestó sin cerciorarse de quién se trataba, por ello, cuando escuchó esa profunda voz masculina deseándole buenas noches, lo que menos pudo hacer fue retomar su sueño.

Solo le limitó a pensar.

Él se había hecho pasar por el verdadero Oliver Taylor, sin embargo no descartaba la idea de que fuese algún familiar de este, tal vez su hijo o sobrino, aunque por la fotografía que su papá le había mostrado ninguno de los dos tenía algún parecido con el otro. Además, ese hombre la conocía más de lo que se imaginaba, y no sabía el por qué, era como si supiera más de ella que ella misma.

El estruendoso sonido de la alarma comenzó a retumbar alrededor de la habitación. Elena estiró su brazo para apagarla con un profunda pereza acumulada relacionada a su falta de descanso. Luego de ir al baño bajó a la cocina, tomó un frasco de mermelada de fresa junto a dos rebanadas de pan tostado. Se sorprendió al no encontrar a sus padres en el comedor, pero cuando escuchó un ahogado jadeo por parte de Anne, corrió a la sala con preocupación.

Tanto Edward como Anne observaban con sorpresa las noticias en el televisor. Elena se posicionó junto a su madre, observando al joven periodista en la pantalla, quien se encargaba de emitir las noticias más destacadas de la mañana.

-¿Qué sucedió, mamá? -cuestionó con algo de confusión.

-Ya identificaron al hombre que fue asesinado en Hackney -susurró. Elena abrió sus labios para volver a hablar, pero las palabras del periodista no la dejaron si acaso comenzar.

-...Se conoce que el profesor Oliver James Taylor se especializaba por ser un fotógrafo profesional, egresado de la Universidad de Artes de Londres, tenía treinta y ocho años de edad. Aún no se tiene evidencia de quién fue el homicida, pero las autoridades seguirán trabajando en el caso.

-No puede ser -susurró Edward, desconcertado por la noticia.

Una fotografía reciente de Oliver Taylor apareció en la mitad de la pantalla mientras que el periodista entrevistaba a alguien que a su parecer conocía muy bien a Taylor, debido a que hablaba sobre el homicidio y su vida profesional.

El entrevistado, quien respondía por el nombre de Stanlee Wadlow, era un detective de aproximadamente treinta y dos años; de cabello tan oscuro como sus ojos y tez pálida.

Contaba como, a su parecer, se había perpetrado el homicidio, buscando pruebas en la escena del crimen, narrando lo complicado que había sido para los forenses el identificar el cuerpo, dándole mérito al homicida por «un trabajo bien hecho», al final pudieron lograr el objetivo al remover un poco de piel quemada del pulgar de este. Wadlow mencionó que Taylor no residía en aquel destartalado departamento, de hecho, nadie lo hacía. Había permanecido abandonado al menos por unos dos años cuando su antigua dueña falleció, por lo tanto, el encontrarlo allí les había agarrado por sorpresa. Aún no tenían conocimiento de quién había sido el autor de dicho crimen, pero sus investigaciones no cesarían hasta que la justicia saliera victoriosa.

DEREK © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora