17. Rata enjaulada

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La familia McFly había arribado Bradford durante ese lunes por la noche. No había estado nevando lo suficiente, es por ello que no habían tenido complicaciones en el viaje de avión.

Elena se sentía un poco tranquila al saber que su acosador estaba retenido en la estación policial. Sabía que él no estaría mucho tiempo allí dentro, pero al menos ella estaría lejos de él por unos cuantos días. Esperaba que el oficial Wadlow pudiese encontrar alguna información relevante sobre el caso de Oliver Taylor y así encarcelarlo de por vida.

     Luego del suceso en Hyde Park, ella se había acercado a Paul para servidora ese de que su estado de sale se encontrara bien, a lo que el chico moreno le había respondido con una sonrisa. Y al llegar a casa solo se dispusieron en tomar su equipaje e ir rumbo al aeropuerto de Londres.

     Cuando sus padres le habían comentado dos días atrás que el viaje previsto a Bradford a final de mes para visitar al tío Thomas y a la tía Darcy en las fiestas decembrinas se había adelantado, ella aceptó con inmediatez. Sus ánimos habían estado por el subsuelo, mientras que la ansiedad y el miedo se habían adueñado de ella. Al dormir si escuchaba algún ruido se despertaba con algo de taquicardia, solo podía pensar que alguien la vigilaba desde algún lugar. El día siguiente había pasado horas encerrada en su habitación mientras lloraba, odiaba ser acosada por un asqueroso hombre mayor a ella. Es por ellos que un viaje muy lejos de Londres le vendría bien, así se despejaría la mente. Él no la encontraría allí.

     Al llegar al aeropuerto divisaron al instante a Thomas Brown, éste se encontraba en uno de los pasillos con un cartel entre sus manos en donde decía «Familia McFly» y algunos corazones. Todos se alegraron al chocar miradas. A diferencia de la última vez que habían visto a Thomas, ahora tenía el cabello más corto y con entradas más pronunciadas, a su lado estaba Darcy, quien también se habían hecho un nuevo corte, al parecer hasta los hombros. Entre ellos dos estaba la pequeña Rose, quien vestía un delicado vestido rosa con margaritas estampadas en él.

     Rose Brown era la hija que ambos habían concebido siete meses después de la boda. Actualmente la niña tenía diez años. Sus ojos oscuros eran grandes y se complementaban muy bien con sus largas y curvadas pestañas. Por otro lado, el cabello café heredado de sus padres era un tanto ondulando, proporcionándole hermosos rizos al final de la larga cabellera, y su pequeña nariz que se le atribuía a Darcy.

     Elena se emocionó después de tantas semanas de problemas. A pesar de que Thomas no era familia sanguínea de su padre, Edward siempre lo trataba como a un hermano y ella como a un tío. La distancia no importaba entre las dos familias, generalmente lograban mantenerse en contacto.

     —¡Hermano! —exclamó Edward con entusiasmo—. Es tan bueno volver a verlos, ¿Cómo han estado? Miren a la pequeña Rose, se está volviendo toda una señorita.

     —Hola, tío Ed —saludó la niña.

     El resto empezó a saludarse con profundo afecto para posteriormente dirigirse al estacionamiento cargando las maletas y se subieron a la camioneta de la familia Brown.

     En el camino a casa Elena solo se disponía a mirar por la ventana. El frío ambiente comenzaba a avivarse en Bradford. Muchas personas estaban en la calle esa noche, utilizando grandes abrigos o suéteres de lana, al igual que gorros y guantes.

     Thomas les dio un recorrido alrededor de la plaza Centenary, el cielo se había vuelto mucho más azul y oscuro, para que las hermosas luces led que decoraban la fuente (atracción principal de la plaza) luciese majestuosa y delicada. Numerosos grupos de personas se concentraban allí día y noche para sacar fotografías, tocar instrumentos o simplemente despejar la mente unos minutos. Elena no recordaba haber estado allí antes. No había visitado mucho Bradford como le hubiese gustado, de hecho habían sido tres en total, aún sin contar esta, y esas veces había tenido entre cinco y nueve años, por ende no recordaba mucho de la ciudad. Pequeños copos de nieve habían descendido desde el cielo en grandes cantidades. Thomas les había explicado que generalmente en la cúspide del invierno las autoridades solían cerrar la fuente (en las que muchas personas entraban a jugar) ya que el agua se congelaba y quedaba tan cubierta de nieve como el resto de la ciudad.

DEREK © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora