how we met;; di angelo [ES]

House of Hades: "Qualified"

House of Hades: "Qualified"

—Muy bien, Nico Di Angelo. Me alegro de volver a verte, por cierto. Ha pasado mucho tiempo

La misión a Split no había tenido inconveniente alguno, al menos por ahora.

Nos encontrábamos bajo tierra, en compañía de uno de los dioses del viento. Al parecer, Favonio afirmaba conocer a Nico, pero el chico oscuro no estaba muy seguro de ello.

Frunció el ceño.

—No lo conozco.

—No, no me has visto —Le corrigió el dios—. Pero te he estado observando. Cuando viniste aquí de niño, y varias veces más desde entonces. Sabía que acabarías volviendo para contemplar el rostro de mi amo.

Vi como Nico se puso pálido, y entendí sus razones. Si el amo de Favonio era Eros, también conocido como Cupido, entonces suponía que mi amigo no iba a querer verlo, y arriesgarse a que Jason conociera su secreto.

—Nico —dijo Jason—. ¿Qué está diciendo?

—No lo sé. Nada.

Al dios no le gustó su respuesta indiferente.

—¡¿Nada?! —gritó Favonio—. La persona que más te importa... se cae al Tártaro, ¿y sigues empeñado en no reconocer la verdad?

Noté que la situación se estaba desviando, y a pesar de tardar un poco, decidí intervenir en la conversación.

—Solo hemos venido en búsqueda del cetro de Diocleciano —dije, cuidadosa—. ¿Podría decirnos dónde está?

Intervenir fue un error.

El dios se volteó hacia mí.

—Samantha O'Connor, ¿cierto? —Tragué saliva, pero asentí—. Admito que no te conozco personalmente, pero he oído mucho de ti. Tienes una vida complicada por delante, chica. En especial por que ahora mismo estás demasiado confundida —Intenté interrumpir, pero Favonio continuó—. Con respecto a tu pregunta, deberán tener una audiencia con mi amo, y ya decidirá él si encontrarán el cetro o no.

Pareció ser que alguien habló en su mente, ya que el dios dejó de prestarnos atención, y comenzó a murmurar respuestas hacia un ser invisible.

—¿Debemos hacer algo para conseguir la audiencia con el dios Eros? —cuestioné.

Favonio dejó de farfullar, y me observó atentamente. Una sonrisa tenebrosa se asomó por sus labios.

—En realidad, hay una sola cualidad que deberían cumplir: todos aquellos que conozcan al dios del Amor deben haber amado de verdad. Y me refiero al tipo de amor que va más allá de la familia —El dios aprovechó para voltearse, y mirar también a mis amigos—. Para su suerte, y su desgracia, los tres de ustedes aman ahora mismo a una persona, a pesar de que algunos amores no sean correspondidos —Terminó, mirando a Nico.

—¿Nos llevará, entonces? —preguntó Jason.

El dios asintió, y nos hizo señas para que nos acercásemos.

Me coloqué entre ambos chicos, y tomé sus manos.

Antes de poder notarlo, mi cuerpo se disolvió en el viento. Sin embargo, algo me hizo soltar a mis amigos, y segundos después me encontré tirada en el suelo, en una larga extensión de campo.

Sola.