House of Hades: "Agreed"

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House of Hades: "Agreed"

—No, Frank Zhang —Reyna le dedicó una mirada de cansancio—. Espero que en el futuro trabajamos codo con codo, pero de momento tu sitio está con la tripulación de este barco. Eres uno de los siete de la profecía.

—Yo no —dijo Nico.

Y mi mundo se vino abajo cuando se propuso voluntariamente a participar de una misión de la que yo no podía formar parte.

Todos los integrantes del equipo se quedaron callados y dejaron de comer. La tensión se instaló en el aire.

—Nico... —empezó Hazel.

—Yo iré con Reyna —dijo—. Puedo transportar la estatua por las sombras.

Mi mirada se fue hacia la otra punta cuando mi hermano levantó la mano y comenzó a hablar.

—Ya sé que nos has traído a los nueve a la superficie y ha sido una pasada. Pero hace un año dijiste que transportarte a ti mismo era peligroso e impredecible. Acabaste en China un par de veces. Transportar una estatua de doce metros y dos personas a la otra punta del mundo...

—He cambiado desde que volví del Tártaro —respondió fugazmente mi amigo. Sus ojos brillaban con furia; lo miraba con odio extremo, pero no completamente verdadero.

Suspiré y comencé a levantarme, dirigiéndome hacia él. Nico me miró también, como advirtiéndome que no era momento de que me acercara. Me quedé quieta en mi lugar, observándolo con el ceño fruncido.

—Nadie está cuestionando tu poder, Nico —intervino Jason—. Solo queremos asegurarnos de que no te matas en el intento.

La discusión siguió, y me senté nuevamente luego de notar que mi opinión no era requerida por el momento. Me quedé enfocada en el césped bajo mis piernas, y comencé a jugar con algunas hojas secas que había por el lugar.

Nico justificó su oferta. Explicó que sería precavido, y que se encargaría de cuidar tanto la estatua como a sus dos acompañantes. Una vez todos estuvieron convencidos por mi mejor amigo, pasaron a la decisión de quién más lo acompañaría.

Viajar con Reyna no era una opción para mí. Nuestra relación no era exactamente la mejor, y solo complicaríamos la misión. Además, de alguna forma u otra era su misión, y si ella no me había ofrecido el puesto, significaba que no quería que lo tuviera.

Resultó ser el entrenador Hedge quien acompañaría al hijo de Hades y a la hija de Belona. Estaba de acuerdo con eso; el entrenador tenía una familia que atender en el campamento, y no era necesario que se expusiera a más riesgo.

La misión ya estaba decidida, y Nico ni siquiera me había mirado de reojo. Leo se dio cuenta de mi situación y vino a sentarse junto a mí, intentando distraerme charlando o riendo.

Me llevó un tiempo pensar en que la misión para evitar el despertar de Gaia incluía siete semidioses, y aún quedaríamos ocho personas a bordo del barco.

La respuesta a mi pregunta interna era obvia: tendría que irme en algún momento. Solo tenía que encontrar la excusa perfecta para que Percy me soltara un poco, y me permitiera viajar al campamento sola. La misión sería buena idea, pero los semidioses y su estúpida obsesión con el número tres estaban de por medio siempre.

Poco después de que el entrenador se retirara, Nico se levantó.

—Yo también debería irme y descansar antes de la primera travesía. Nos veremos delante de la estatua al ponerse el sol.

Y sin decir más, se fue.

Esa tarde, Leo me permitió dormir una siesta en su camarote una vez más. A pesar de las miradas un poco confusas y no muy contentas, Percy no comentó nada al respecto cuando vio la cercanía que teníamos entre Leo y yo.

La tarde fue larga, y para el atardecer me costó mucho levantarme luego de haber dormido tan mal. La noche anterior había transcurrido mientras estábamos bajo tierra, y el cansancio se hacía presente. Sin embargo, decidí que debía ir y decirle adiós a mi mejor amigo de todas formas.

how we met;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora