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Blood of Olympus: "Greeted"

           

Blood of Olympus: "Greeted"

Una vez la reunión terminó, y la fila de gente que me quería saludar se terminó, volví a mi cabaña.

Para estar a una semana del día en el que podría terminarse el mundo, no estaba demasiado alterada.

Pasé el día entero saludando y conociendo campistas. Por la tarde, tuve un tiempo a solas en el que salté desde el muelle propio de la cabaña 3 y me dediqué a ver a mis amigos submarinos. Como era usual, me contaron sus problemas y tuve que hacer de rescatista para varias criaturas.

Me hablaron también del Campamento Júpiter, y cómo estaba intentando entrar al campamento a través del agua. Dijeron que todos estaban trabajando mucho para evitar su pase, pero no creían poder aguantar mucho más.

Los ayudé controlando las corrientes marinas, y asegurándome de que el agua siempre se resistiera a los buques. Al menos, si se adentraban en mi territorio, les dificultaría demasiado el camino.

Colocamos trampas que afectaran únicamente a los barcos para evitar problemas con la comunidad marina. Nos acercamos a algunos y cortamos sus anclas, en un intento de que lentamente se alejaran del lugar por la noche siguiendo mis corrientes.

Nadie nos descubrió, y me pareció extraño no encontrar ningún tipo de seguridad bajo el mar. Claro, estaba también el hecho de que no había ningún hijo de un dios del mar en la legión. Percy había pasado muy poco tiempo con ellos como para explicarles sus poderes submarinos, y yo me había presentado como hija de Apolo, por lo que no tenían ninguna referencia de lo que nuestros poderes podían llegar a hacer.

Por la noche volví a mi cabaña. Estaba agotada, tanto por mis actividades del día como por lo poco que había descansado durante el vuelo. Mi cama me recibió con los brazos abiertos, y logré dormirme incluso con los ronquidos de Tyson de fondo.

El campamento estaba un poco debilitado. Los campistas estaban con el ánimo bajo, a excepción de los chicos brillantes y sonrientes de Apolo. Me pareció notar un cambio en la actitud de mis compañeros cuando me vieron llegar.

Era verdad que faltaban, de alguna forma, los "mejores" campistas. Quizá Percy y Jason eran los semidioses más fuertes, pero no me pareció razón suficiente para estar decaídos. Cada persona en el campamento se encontraba allí por tener algún tipo de poder especial, tanto si se podía demostrar físicamente, como si se trataba de algo que únicamente ocurría en sus mentes. Después de todo, nadie se animaría a decir que Annie no era poderosa solo porque su inteligencia no traspasaba los límites de lo mental.

Como siempre, tenía fe en el Campamento Mestizo. Habiendo viajado entre ambos campamentos, sabía que los romanos podían estar mejor preparados en el área de defensa y ataque personal. Pero los griegos sabíamos trabajar en equipo más allá del campo de batalla. Nos conocíamos entre nosotros, sabíamos de nuestras debilidades y nuestras fortalezas. Habíamos detenido al ejército de Cronos siendo tan solo unos chiquillos hacía un año.

No solo teníamos el conocimiento, sino que la experiencia nos había forjado como algo más que soldados.

Estaba convencida de que un campista griego valía por tres romanos, tanto en el campo de batalla como fuera de él. Había aprendido a amar a algunos campistas de la legión, pero cualquiera que se metiera con mi campamento se ganaba un lugar en mi lista de enemigos.

La legión formaba un buen equipo. Quizá el equipo perfecto.

Pero nosotros éramos una familia. Y las familias no son perfectas, pero no por eso dejan de funcionar.