Blood of Olympus: "Hallucinated"

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Blood of Olympus: "Hallucinated"

El segundo día posterior a mi llegada me desperté demasiado tarde.

Tyson ya se había ido a hacer quién sabe qué, y Ella, quien había estado bastante apegada a mi hermanastro, también había desaparecido.

El reloj que había sobre la puerta señalaba que eran las doce del mediodía.

Cansada, me dirigí hacia el baño para darme una ducha. Tomé lo necesario en el camino, y terminé mi jornada de limpieza en unos quince minutos. Me aseguré de colocar mi traje de baño por debajo de la ropa, para no tener que cambiarme cuando pasáramos la tarde en la playa con Will, los gemelos Stoll y Katie.

Al salir del baño con dirección a mi armario, para colocar la ropa sucia en el canasto que había allí, me encontré nuevamente con la fuente brillando.

Alguien debía haberla arreglado, porque hacía varios años desde que Percy la había cortado por la mitad. Dado que en el fondo habían varios dracmas, y algunos objetos marinos, supuse que Poseidón se había encargado de ello.

La fuente brillaba con una imagen por encima de ella. Un arcoíris se había formado con la luz del sol proveniente de la ventana que daba hacia el lago, y una niebla envolvía una mezcla de colores confusa.

Lancé un dracma a través de la cortina de humo, y lo primero que vi fue a Nico.

Rodando los ojos, y decidida de que acababa de desperdiciar una moneda, estuve a punto de retirarme de allí. Sin embargo, la situación me llamó la atención. También la camisa de Nico, que había dejado atrás su posición de chico malo, y llevaba puestos los mismos jeans negros y rotos de antes junto a una camisa celeste con palmeras. Le quedaba un poco suelta, ya que estaba demasiado flaco. Incluso más que la última vez que lo había visto.

Pero el chico tenía estilo, y el celeste contrastaba perfecto con su piel pálida. Unos Converse negros y viejos se encontraban en sus pies, para completar el outfit.

La situación era preocupante, sí, pero no podía dejar de lado la oportunidad de ver a mi mejor amigo vestido tan ridículamente bien.

Reyna y el entrenador Hedge se encontraban atrapados por unos esqueletos que Di Angelo estaba intentando (y fallando) de controlar. Un romano estaba frente a ellos con una sonrisa macabra en el rostro. Nico se giró hacia él y presencié una vez más cómo mi antiguo amigo perdía el control sobre sí mismo.

El sol pareció brillar un poco menos. Un viento recorrió el claro en el que se encontraban. El césped de alrededor del hijo de Hades se oscureció y se marchitó, y él comenzó a hablar.

El rostro del semidiós enemigo se transformó. Una expresión de miedo lo dominó. De pronto, una ola de oscuridad salió despedida desde Nico, y antes de querer ver más, tomé mi espada del escritorio junto a la ventana y corté la transmisión con ella.

Dado lo que había presenciado, incluyendo la escena y la vestimenta del chico malo, concluí que estaba alucinando. Guardé mi espada en el bolsillo trasero de mis shorts, y me alejé hacia la puerta. Con un suspiro, salí de mi cabaña en dirección al Gran Comedor.

No tuve oportunidad de desayunar, ya que llegué a la hora del almuerzo. De todas formas acepté la comida que me estaban ofreciendo, y me senté con mi hermanastro a compartir un tiempo juntos.

Al hacer la ofrenda a los dioses, les pedí a todos que cuidaran de los siete chicos que había dejado atrás, y de otros tres extra que venían en camino.

Por la tarde me divertí mucho nadando en la costa. Sería el último de mis días "libres", ya que mañana mismo comenzaría a formar parte de las guardias que se realizaban constantemente en distintos puntos de los límites del campamento.

Antes de acostarme tuve la posibilidad de llamar a Leo, quien se encontraba en el taller bajo cubierta del Argo II. Charlamos un rato, antes de desearle buenas noches y buena suerte.

Después de todo, todos necesitábamos descansar y tener éxito en nuestras vidas.

how we met;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora