House of Hades: "United"

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House of Hades: "United"

Las ruinas de Epiro no me parecieron de lo más interesante. Nico las había pintado como algo mucho más llamativo de lo que en realidad eran: un montón de rocas. Claro que debajo de todo aquello debía existir un mundo totalmente distinto, pero de afuera no se podía apreciar nada de ello.

Todos caminábamos entre las piedras subiendo la colina. Nico dirigía la excursión; caminaba por delante de todos. Yo iba unos pasos más atrás, asegurándome de que tenía todo lo que podría llegar a necesitar.

Me sudaban las manos. Estaba nerviosa y ansiosa por volver a ver a mi hermano.

Uno creería que luego de que te quiten a personas importantes todo el tiempo te acostumbras a ello.

Resulta ser que no es así.

El chico de cabellos negros que caminaba frente a mí frenó de golpe al llegar a una puerta de piedra que daba hacia la ladera de la colina, y yo choqué con su pecho torpemente cuando se volteó.

Hice una mueca divertida, pidiendo perdón por mi error, y Nico solo rodeó los ojos indiferente y se enfocó en el grupo de personas detrás de mí.

—A partir de aquí, la cosa se pone fea —dijo.

—Maravilloso —añadió Leo—, porque hasta ahora me he estado mordiendo la lengua.

Yo reí levemente mientras mi amigo le lanzaba una mirada asesina de esas que tan bien se le dan.

—Veremos lo que te dura el sentido del humor. Recuerden que aquí es adonde venían los peregrinos para estar en contacto con sus antepasados muertos. Bajo tierra puede que vean cosas difíciles de mirar o que oigan voces que intenten desviarlos de los túneles. Frank, ¿tienes las galletas de cebada?

Hazel las sacó de un bolsillo y las repartió entre los presentes.

—Coman —recomendó Nico.

Y prosiguió a comer la suya sin omitir opinión.

Intenté tragar la mía lo más rápido posible, pero me costó mucho debido al sabor horrible de la galleta. Hice varias muecas de asco, y mi amigo me miró sin expresar ningún sentimiento, pero un poco divertido.

—Está bien. Esto debería protegernos del veneno —dijo.

—¿Veneno? —preguntó Leo—. ¿Me he perdido el veneno? Porque me encanta el veneno.

Esta vez hasta yo rodé los ojos por la estupidez que dijo, pero sonreí de todas formas.

—Pronto —respondió Nico—. No se separen, y tal vez juntos conseguiremos no perdernos ni volvernos locos.

Y sin decir más, se internó en el túnel que estaba a sus espaldas.

Caminamos unos metros hasta ver una zona de derrumbe. Mi amigo avisó que era una especie de prueba, y Hazel nos sacó del lugar al hacer desaparecer las rocas esparcidas por el suelo. Entonces nos adentramos aún más en el túnel, divisando una escalera a unos pasos de distancia. Las paredes estaban adornadas con dibujos de ganado.

—Miren —Oí que Frank decía.

Me volteé para ver como señalaba al suelo, donde en el primer escalón de la escalera descansaba un cáliz dorado.

Nico hizo las explicaciones necesarias, pero ya todos teníamos una mínima idea de lo que contenía aquella copa.

Nuestro veneno había llegado.

El hijo de Hades bebió un poco, y se lo pasó a Jason.

—¿Recuerdas que me preguntaste si confiaba en ti y si estaba dispuesto a arriesgarme? Pues ahí tienes, hijo de Júpiter. ¿Cuánto confías tú en mí?

Al parecer era un tema del que no estaba enterada, pero Jason tomó sin rechistar, con mirada desafiante. Luego, me pasó el cáliz a mí, y bebí un sorbo.

Tenía un sabor un poco dulzón, pero nada que se sintiera demasiado mal. Cuando terminé, entregué la copa al siguiente, y me paré junto a Nico.

Al ver que todos terminaron de tomar, y que la copa desaparecía, asintió.

—Felicidades. En el supuesto de que el veneno no nos mate, deberíamos poder orientarnos por el primer del Necromanteion —pronunció.

—¿Solo el primer nivel? —preguntó Piper.

Nico se volvió hacia Hazel y señaló la escalera.

—Después de ti, hermana.

Luego de compartir una mirada con ella, pasó su vista a mí, un poco divertido. Al parecer se había tomado mi pequeño asunto de celos por su hermana un poco a pecho. Extendió una mano hacia los escalones que bajaban, y me sonrió de forma encantadora.

Seguro podría contar las veces que me había sonreído así con los dedos de una mano.

Le mostré la lengua y pasé junto a él, tomando su mano y tirando de Nico hacia abajo. Él me siguió soltando una risita baja.

how we met;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora