Capítulo Tres 🌙

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—¿Qué haces aquí?— pregunto recomponiendo mi postura.

—Esperando a que la dulce niña de papá regresara de comprar sus libros.— dice cruzando sus piernas sobre mi cama. Extraño.

—No necesito que un idiota esté pendiente de mí porque desde ahora te aviso que se cuidarme muy bien yo solita.

Voy al armario y saco un pantalón corto bastante blando que me resulta cómodo para dormir y una remera que en algún momento perteneció a Jake pero que ahora es mía. Comienzo a cambiarme aún sabiendo que el idiota sigue en mi habitación.

—¿Por qué has tardado tanto?— pregunta apartando la vista de mis piernas completamente desnudas. Cuando subo la remera, él solo abre los ojos. —Mierda. Ya veo el porqué de tu tardanza.

—Ajá— no le presto atención y rodeo la cama para acostarme del lado contrario al que él se encuentra.

—¿Sabes? Tienes demasiada confianza en ti misma. ¿Y si hubiese sido un degenerado y te hiciera mía en este preciso momento?— cuestiona apenas me tapé con las mantas de mi cama.

—Como tú dices, mi padre te paga para que cuides de mí, y si vas a dormir aquí cierra la boca, tengo sueño— no es la primera vez que un hombre dormirá en mi cama.

Iba a reprochar, pero el sonido de un celular lo interrumpe. Espero a que responda, pero es el mío.

Llamada entrante de "Cavernícola"

Se me escapa un sonoro suspiro, tomo aire y respondo.

¡Que sea importante! digo un tanto molesta.

No te enojes bombón, solo necesito liberar tensión.

Hoy no puedo, me he hecho un tatuaje y por lo que dijo el dios griego del tipo que me tatuó, debo evitar roces o la zona puede inflamarse y no cuanta mierda más.

Si lo , necesito que hablemos. Mañana dónde siempre.

Llamada finalizada.

Es un bastardo, ahora no puedo dormir. Necesito hacer algo o mi cabeza va a explotar. Voy al pequeño balcón cerca de mi ventana y enciendo un cigarrillo. A través de ella puedo ver a mi vecino cambiándose de ropa.

—¿Te gusta lo que ves?— pregunta el tipo de la ventana de enfrente.

—Si te pones de costado disfrutaría más, querido vecino.

—Lamento informarte que mi culo está reservado, muñeca.

—Es una pena, Colton, pero cuando estés disponible no dudes en llamar— le guiño un ojo mientras exhalo el humo.

—Sabes que no estás a mi alcance, cielo.— dice juguetón.

—Dile a Spencer que cuide de tu trasero porque no me hago cargo de posibles secuestros.— digo en el mismo tono.

—Sigue soñando, muñecota.

Tengo el pesar de informar, que el bombón de mi vecino es gay. Termino mi cigarrillo y me despido de Colton, cuando entro nuevamente enciendo la televisión para pasar el rato; paso canal tras canal mientras acomodo las almohadas sobre mi espalda para mayor comodidad. Dejo de cambiar cuando veo en la pantalla The Suicide Scuad. Le pongo pausa a la película y salgo de mis mantas para salir corriendo con el estúpido guardaespaldas tras mío y voy a la cocina.

Rompiendo LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora