Ya pasaron nueve días desde el secuestro y mi padre, Bella ni Jake se ha apartado de mi un sólo día. Por otro lado, Duncan ni los chicos me han prestado la atención que esperaba de ellos debido a toda esta larga y estresante situación. No he ido al colegio desde que me rescataron de Caleb ni tampoco he hecho otra cosa que estar acostada en el sofá o mi cama. No deseo hablar con nadie, aunque por más que diga constantemente que no quiero compañía, en el fondo lo que menos quiero es estar sola, pero eso no es lo que mi boca dice. La verdad es que aún no he tenido las bolas de confrontar a mi padre y exigirle la verdad, de tan sólo pensar en todo lo que pasó en esa bodega de mala muerte hace que mi estómago de un vuelco tan grande que las náuseas me invaden al igual que las ganas de llorar.
Hace nueve días que me la he pasado bajo los efectos del alcohol y las drogas, hace nueve días que me siento en un pozo mucho más grande de lo que puedo controlar, hace nueve días que Duncan no me habla nada más que para preguntame si necesito ayuda con algo, hace nueve días que me siento muerta en vida. Hace nueve días mi vida cambió tan repentinamente que me siento vacía, a la deriva y en una depresión tan profunda que no puedo siquiera ver claramente. Tampoco me lo permite las metanfetaminas ni el constante alcohol arrasando todo en mi interior. Mi padre hace de cuenta que no ha pasado nada, que nunca mi hermana murió por su culpa ni que me han secuestrado por lo mismo. Y eso es algo que ya comienza a calarme los huesos tan fuerte que no soy capaz de reconocer la ira de algún otro tipo de sentimiento más allá de ese, al igual que la decepción. En fin, si la depresión no me consume, lo harán las drogas.
Jake me ha tirado por el drenaje en dos ocasiones mis píldoras y ha vertido todo el vodka también en la alcantarilla, pero lo que no sabe es que tengo una despensa oculta de todos y que ha estado abastecida de sustancias ilícitas durante mucho tiempo, y hoy al fin le doy el uso que se merecen. Hago una línea fina de cocaína sobre la mesa de luz que reposa al lado de mi cama y con un billete enrollado, aspiro todo el polvo blanco para luego absorber con fuerza por la nariz así hace mejor efecto. Limpio un poco el punte con los dedos para eliminar algún tipo de residuos por si llega a entrar mi padre.
Me tiro de espaldas sobre la cama dejándome llevar por los efectos de la droga cuando golpean la puerta haciendo que me sobresalte. Trato de prestar atención pero no puedo, mi mente divagada en veinte universos paralelos menos en el planeta tierra.
Me las ingenio como puedo para formular la palabra: —Pase.— aunque me ha causado mucha gracia.
—¿Podemos hablar?— Mierda. Es Duncan.
—Claro— digo entre una risa tonta mientras sonrío demasiado amplio.
—¿Te encuentras bi...— se sienta a mi lado y corta su frase. —¡oh mierda, Blake! ¿Qué te has metido en la puta nariz?— me endereza sosteniéndome por los hombros mientras mi cabeza se va involuntariamente hacia atrás mientras sigo riendo como una imbécil.
—Nada— respondo alargando la A.
—¡Mierda! ¿Sabes lo que tu padre me hará si sabe que te has drogado bajo mi tutela?— logro deducir la preocupación en su tono de voz con facilidad.
—¡Oye déjame en paz! Asustas a mi amigo elefante, imbécil. Además, a mí me han secuestrado y soy yo quién está en la mierda, no tienes derecho a quejarte de tu estúpido trabajo.— digo acariciando los colmillos de mi amigo gigante mientras le doy besos en la trompa, ¡es demasiado grande! Recorro todo la longitud del colmillo con mi dedo cuando la punta afilada me corta la piel haciendo que me sangre y caigan ranas de él.
—¡Noooo! ¡Ahhhh!— cierro los ojos mientras grito con desesperación y asco mientras presiono mi dedo para que las asquerosas ranas dejen de brotar de mí.
—¡Blake!— un oso me sacude por los hombros con cara de idiota. —¿Estás bien? ¿Qué mierda te ocurre?
Llevo mi mano hasta impactarla en su mejilla enojada. —¡No digas putas malas palabras! Eso no es lo que tu estúpida madre te enseñó, imbécil.— siento cómo en un abrir y cerrar de ojos el puñetero oso me levanta en sus hombros y me lleva hacia una reja enorme con cuernos muy grandes en la parte superior.
¡Me cago en Dios! Juro apartir de hoy ser mejor persona, haré caridad, contaminaré menos el medio ambiente, ¡no lo sé! Pero no quiero ir al infierno. Comienzo a llorar desconsoladamente cuando un hombre muy alto demasiado radiante como para observarlo, con barba y un saco de papas inmenso como vestido, me da un puñetazo que me hace dormir al instante perdiendo la conciencia.
Duncan.
Esta chica es un puto desastre, ha estado riendo y diciendo estupideces a causa de las drogas y las dos botellas de ron que estaban regadas en el suelo. Lo que me molesta es que me ha causado mucha gracia verla suplicando a Dios que no se la lleve con él cuando en realidad era yo quién la cargó hasta la regadera para sumergirla en agua helada. Espero que simplemente se haya desmayado y no haya entrado en coma... mierda. Mañana tendré que hablar con ella, no puedo seguir evadiendola y no haciendo mi trabajo como corresponde. Por ser un imbécil que actúa de forma infantil Blake se ha estado drogado hasta el culo durante todos estos días, y no es que sea toda mi responsabilidad, ella ya es grande y sabe lo que está bien y lo que no, pero a mí su padre me paga por vigilarla y velar que no se encuentre en líos. Ya he fallado una vez, y en este momento lo estoy haciendo de vuelta, tengo muchas cosas en la mente y este trabajo solamente me distrae más de lo que debe. En fin, cuando acabe este mes, presentaré mi renuncia al padre de Blake definitivamente, sí.
Saco a esta niña estúpida de la regadera cuando su cuerpo comienza a tiritar de frío y suplicar que la abrigue con algo. Debe estar muy inconsciente como para suplicar... le saco la ropa por completo dejando las prendas en la tina, a ella la pongo de pie y la tapo con una toalla grande que allí se encontraba y la llevo como un bebé hasta su cama, una vez ahí la seco con cuidado y le pongo ropa interior, una remera grande que encontré en su closet para finalizar metiéndola en su cama. Parezco más su niñera que su guardaespaldas, aunque a decir verdad no me molesta tener que ocuparme de ella y darle la atención que merece y necesita, sé que la ha pasado de la verga estas últimas dos semanas, y pensé que manteniendo distancia podría protegerla más, algo totalmente estúpido.
La observo unos segundos y puedo apreciar ese delicado lunar que descansa en su barbilla, uno que he besado muchas veces y otras he deseado arrancarlo con mis dientes, en el buen sentido, claro. La arropo bien y comienzo a limpiar la mierda que tiene esparcida por toda la habitación. Mañana será un día largo, así que mejor no hacer enfadar al dueño de casa con este tipo de cosas.
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Rompiendo Límites
Romance-¿Es que me seguirás a todos lados? ¿Cómo antes?- asiente con expresión seria. -Es mi trabajo, niña. 《Niña》¿Han escuchado eso? Sí, así es. Fue mi corazón que por un motivo incomprensible se ha roto en miles de trozos. Muevo la cabeza de un lado al...