Capítulo Treinta y Cinco 🌙

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—¿Dónde te estás alojando?— le pregunto a Estela saliendo de la casa de Bella. La he traído así no caminaba de regreso.

—En un hotel hace un mes, no es la gran cosa pero al menos es un buen sitio para estar.

—De acuerdo. Te llevo hasta allí.

—¿Y tú?— pregunta asumiendo que he dejado mi casa.

—Estoy conviviendo con Andrew. Es un poco caótico pero divertido.

—¿Sabes?— agrega nada más termino de hablar. —Por las cosas que me han dicho tus amigos y tú, ya no tienes mucho por lo que estar aquí.

—Sí... bueno, Colton, Bella, Andrew, Nigel, Hunter, Jake, Kyle y la pequeña Blake son las únicas personas que me mantienen aquí. Son mi cable a tierra.

—¿Pero que hay de ti?

—¿A qué te refieres?— pregunto confundida observandola por un instante.

—Dobla a la derecha.— apunta con su dedo la esquina y hago eso. —¿Te quedarás aquí sólo por tus amigos? ¿Aunque eso no sea lo que tu quieras?— no ha perdido el toque manipulador esta señora.

—No son "mis amigos",— hago comillas con mis dedos. —son mi familia, Estela. Todos y cada uno de ellos estuvieron ahí en mis peores momentos, incluso aún siguen firmes a mi lado como inmensos pilares que me mantienen cuerda y no dejan que los vicios que frecuento se me hagan adicción. Sé que si de un rato para el otro les digo que me mudaré a otro país o ciudad ellos simplemente me apoyarían.

—Está bien. Pero te quería proponer que nos fuésemos a vivir juntas, a un lugar lejano. A otro continente quizás, ¿tú que opinas? Alejarnos de todo esto y comenzar de cero, juntas.

La idea no es tan descabellada, incluso se queda en mi cerebro. —Me lo voy a pensar.— digo simplemente para no darle falsas esperanzas.

—De acuerdo. Es aquí.— se hospeda en un buen hotel de Milán, no uno de los más prestigiosos en la ciudad de la moda pero realmente que está bien. Ya he venido aquí en más de una ocasión. —¿Te quieres quedar conmigo? Podemos ver películas y comer helado.— propone con la esperanza brillando en sus ojos tan azules como los míos.

—Sí, porque no.

Meto el coche al aparcamiento del hotel e ingresamos al establecimiento. La recepcionista nos saluda cordial y le brinda una sonrisa a mi madre agregando un —¿Cómo estuvo su tarde, Estela?— a lo que ella respondió con un simple: —¡De maravilla!— dirigiendo su vista hacia mí.

—¡Blake! Hace tiempo no te veo por aquí. ¿Aún sigues con el muchacho que siempre venías?— pregunta Emma, la recepcionista.

Abro los ojos con sorpresa ante su pregunta y le hago un gesto con la mano pasando varias veces sobre mi cuello y aún con los ojos abiertos para indicarle que no es un tema para charlar ahora.

—Ohh.— pronuncia torciendo sus labios en una mueca. —¡Que tengan una linda noche!— se apura a decir dando fin a la charla.

—Tú también, Emma.

Subimos en el ascensor hasta el piso tres y caminamos hasta la habitación que ocupa temporalmente.

—Así que... un chico, ¿eh?— sube y baja las cejas nada más cerrar la puerta.

Río un poco nerviosa. —Venía aquí con Dan, mi ex novio. Y luego solíamos venir con Jake y Kyle a embriagarnos.— los bellos recuerdos se acumulan sin desearlo.

El hecho de que mi historia con Daniell haya terminado de la mierda, no significa que no aprecie los lindos momentos que pasábamos juntos, por ejemplo cuando pasaba por mí a la preparatoria y me traía a este hotel para sentirnos más "adultos", luego de que terminaramos Kyle y Jake también me traían aquí ya que se basaban en su ley de "para superar a alguien, debes aceptar que se ha ido y aprender a vivir con ello", después de todo, Dan era solamente una persona más en mi vida, y aunque sentía que mi vida se había acabado junto a él, mis amigos me hicieron comprender que no fue más que un complemento que hacía mis días un poco más coloridos, pero que si yo me lo proponía, no necesitaba que nadie coloree los días por mí.

Rompiendo LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora