—No has quedado tan mal, sinceramente creí que quedarías peor.— dice Duncan apareciendo de la nada en el baño. Yo pego un pequeño brinco al sobresaltarme con su voz. —¡Oh mierda! Menos mal que quedaría bien.— Sus ojos no se apartan del espejo del baño mientras mira su rostro maquillado.
—¿Y yo? ¿Acaso no he quedado como un mono? Mira estos pasadores con forma de hojas, que ridículo.— las hojitas se encuentras prácticamente en mi frente. —Mataré a Hunter.— murmuro mientras me saco todas las cosas del cabello.
—Gracias.— su comentario me toma por sorpresa. Elevo mis ojos hasta encontrar los suyos mediante el espejo.
—¿Por qué agradeces?— no sé qué decir. No sabía que Duncan se disculpaba; o quizás Andrew le metió un par de pastillas en su cerveza. Sí, creo que fue eso. —¿Estás drogado?
Él niega como si fuese más para sí mismo. —Olvídalo, sabía que era una mala idea.— se da la vuelta y sale del baño.
—Oye, oye, espera.— toco su brazo y él voltea. —Adelante, no te interrumpiré.
Cede ante mi toque y vuelve al baño, hace ademán con su cabeza para que me siente en la tapa del retrete y eso hago.
Respira profundamente y habla. —Gracias por salvarme la vida.
—No tienes que darlas, sentí que era lo correcto.— me encojo de hombros restándole importancia.
—Sí tengo, y dijiste que no me ibas a interrumpir así que cierra la boca.— hago caso a lo que me dice y dejo que termine.— No hemos iniciado de buena manera y quiero que cambiamos eso. Esto también es nuevo para mí, Blake, jamás he cuidado a una niña de quince.— siento la necesidad de contradecirlo y replicar que tengo diecisiete y no soy una niña, pero prometí no interrumpirle y cumpliré mi palabra. —Tengo el presentimiento de que contigo nuestras vidas estarán en constantes riesgos. Mi vida no se basa solamente en estar detrás de tu culo siempre por el simple hecho de que me pagan por ello. Quizás no te interese esto que te estoy diciendo, pero estoy dispuesto a colaborar para que nuestra relación cambie, estaré contigo y en tu casa durante mucho tiempo como para que estemos en constante guerra. Ahora la pregunta es, ¿tú lo estás, Blake?
—Sí, desde luego. Me da jaqueca que te encuentres pisando mis talones todo el tiempo, Duncan. Jamás tuve un guardaespaldas y no me agrada la idea. Pero sí, estoy dispuesta a que cambie toda esta mierda. Ah, y por cierto, tengo diecisiete años ya cumplidos.— le guiño un ojo y salgo del baño dejándolo solo.
¿Pero qué carajo acaba de ocurrir? Desde luego que no lo conozco en lo absoluto pero, ¡wow! Creí que este hombre no conocía la palabra "gracias". Aun así, estoy de acuerdo con él, han pasado dos días y han sido caóticos, no quiero convivir así durante quién sabe cuánto tiempo.
—¿Dónde estabas? Te estuve buscando, ¿quieres?— Hunter me tiende un cigarro hecho de marihuana que acepto gustosa.
—Arreglando unos asuntos.
—Ya veo, ¿la tiene grande?— pregunta de manera pícara, sigo su línea visual y entiendo a lo que se refiere. Duncan sale del pasillo que da al baño con el cabello húmedo, imagino que se lo ha mojado luego de nuestra intensa conversación.
—¡Eres un idiota!— impacto mi mano en su culo riendo. —Eso por poner tu trasero prácticamente en mi rostro.
—Sé que te encanta mi culo, pero sabes que en privado, amor.
Río ante su comentario egocéntrico. A decir verdad, tiene un culo de infarto. Redondito, voluminoso y firme, ¿qué más puedo pedir? Amo su trasero.
—Ya déjala en paz, imbécil. Tú y tus pendejadas.— argumenta Andrew bebiendo más cerveza.
Yo solo me limito a negar divertida ante las estupideces de estos dos. Se podría decir que Andrew es el hermano que nunca tuve, y como tal me protege y cela de todo el mundo. Decir que Hunter gusta de mí está de más, y no lo digo por egocentrismo, sino porque él mismo me lo ha dicho en varias ocasiones, pero nunca lo vi como algo más que un amigo. Por suerte me comprendió y aceptó la amistad que le puedo ofrecer.
—Esto está bueno, ¿quieres?— le tiendo el puro a Duncan. Este abre los ojos y niega rápidamente.
—Dame eso.— me lo arrebata de la mano y yo me tambaleo. La sensación de que el piso sube y baja es indescriptible. —¡No deberías fumar esta mierda!
—No eres mi padre, Duncan, por favor relajate de una vez y pruebalo.— sonrío mientras observo su rostro de colores. Lo rechaza nuevamente obedeciendo las reglas de su empleo.
—No, y deberíamos irnos ya. El sol se está poniendo y tenemos un largo camino por recorrer.
Asiento de forma obediente, no tengo ánimos para discutir así que camino hasta donde los chicos están enroscando cigarrillos.
—Nigel, ¿me llevas? Nos tenemos que ir y no quiero caminar.— hago un mohín involuntario mientras me pongo la chamarra.
—Vamos.— su voz suena divertida mientras toca con su dedo índice mi nariz.
—Adiós, cuidense.
—Y tú también, bicho.
Ignoro el ridículo sobrenombre y camino hasta la camioneta de Nigel, me subo atrás junto a Duncan quien se ha montado indeciso en el vehículo. Apoyo mi cabeza en su hombro intentando atraer su atención. Él me ignora olímpicamente por lo que decido dormir un poco. Maldito estúpido.
[...]
D U N C A N
La verdad es que ha sido buena idea hablar sobre cómo nos estamos llevando con Blake, parece una chica razonable... o eso quiero creer. No quiero imaginar lo que hubiese sido nuestra convivencia con el pasar de los días. Sería un infierno. Salgo de mis pensamientos cuando siento su cuerpo pegado al mío. Su amigo nos lleva devuelta a su casa y ella se ha subido en la parte trasera conmigo, y se ha acomodado sobre mí. Me incomoda un poco porque irrumpe mi burbuja personal. Como guardaespaldas profesional tengo que evitar el contacto lo más que pueda, pero esta niña está tan colocada que me temo que si la corro abrirá la puerta del coche y se tirará pensando que allí abajo algún unicornio la espera, así que solamente la ignoro.
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Rompiendo Límites
Storie d'amore-¿Es que me seguirás a todos lados? ¿Cómo antes?- asiente con expresión seria. -Es mi trabajo, niña. 《Niña》¿Han escuchado eso? Sí, así es. Fue mi corazón que por un motivo incomprensible se ha roto en miles de trozos. Muevo la cabeza de un lado al...