Capítulo 18: Insegura.

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Mandy Williams.-

No pude disfrutar de mi postre favorito por lo incomoda que me sentía sabiendo que Samantha estaba en Luisiana, tan cerca a que se encontrará de casualidad con Zayn, así como yo me topé con ella.

Algo que me fastidia de la vida es el hecho de que desaparezca a ciertas personas para que reaparezcan cuando menos uno lo espera. Llámenlo destino, karma o cómo sea, es una mierda que justo ella sea quien esté en este lugar.

- Mandy, relájate. Estoy segura que esto no alterará las cosas entre ustedes -tocó mi mano para hacer que volviera a la realidad, respire hondo y le sonreí. 

- Esta bien -nos pusimos de pié para irnos a casa. Decidí no mirar a mis espaldas para no verle la cara a ella.

-¡Disculpa!

- Ok, cojamos un taxi y regresemos, me duelen los pies -agarré a Mai por el brazo. Seguimos nuestro ritmo para salir e irnos.

- Mandy...

La voz femenina a mis espaldas hizo que nos estuviéramos, giré sobre mis talones para verla de frente, extendió su mano y en ella tenía un celular.

- Se quedó sobre la mesa -lo recibí, efectivamente era el mío. 

- Oh que despistada, gracias -metí el aparato en el bolsillo delantero de mi short. 

- ¿No te acuerdas de mí...?

- Sí te recuerdo -le interrumpí fingiendo una sonrisa- mira donde nos encontramos, América, eh. 

- Exacto y me encantaría quedarme a hablar -parecía sincera- pero debo... trabajar. 

- Anda, que luego te retan -le alenté haciendo ademán para que regresara. 

- si -río animada- ojala vuelvas y conversemos. ¡Cuídate!

La situación me dejó como una completa cretina. Ella fue amistosa y yo estuve a la defensiva como una estúpida. Bufé. Estaba decepcionada de mi misma, mi comportamiento no fue bueno y me sentí... celosa sin motivos.

Antes de ir en busca de un taxi, le pedí a Mai que me acompañara a comprar en uno de los carritos que estaban fuera del gran recinto público. Pedí una docena de churros rellenos con manjar y bañados en chocolate para llevarles a las bestias en casa. Nos acercamos a la calle y como en las películas, luego de un silbido, tres vehículos amarillos se detuvieron, reímos mientras subíamos.

- Cambia la cara -me aconsejó mi acompañante y le dio las indicaciones al chófer para llegar a nuestro destino, supuse que aún se me notaba lo fastidiada que estaba- no la odies a ella, ódialo a él por tener un amor platónico. 

- Eso sería totalmente injusto -mirando por la ventana del vehículo a las calles que pasaban rápidamente ante mis ojos, até mi cabello en una coleta- todos tenemos o hemos tenido un amor de eso en la vida, apuesto que tu también ¿no? 

- Por su puesto -hizo un gesto extraño, como si buscase algo en su mente- Rupert Grint, ese es mi amor platónico. 

- Pero Mai -exclame sintiéndome frustrada, ella me miró y río bajito- mira, el mío fue... un chico de cuando iba al colegio, me gustó mucho tiempo, muchísimo, y nunca le dije. Fui tan tonta. 

- Si comprendo, sólo hago que entiendas que no es tan "grave" como lo ves -intentó explicar- Supongamos que, mi amor platónico me pide que salgamos -yo asentía para que no se detuviera- puede que acepte, pero eso no dirá nada, no me caeré rendida a sus pies, no dejaré la vida que tengo por una fantasía. Amo con mi vida todo lo que tengo y por nadie en el mundo la cambiaría. 

- Eso es lindo -sonreí tratando de contener las lágrimas- entonces, Rupert no tiene posibilidades -le di un empujoncito para alivianar la tensión y funcionando, me dio un golpe en la cabeza, los cargamos a reír como taradas.

Sus palabras me llegaron como palos y por un minuto me sentí el doble de estúpida ¿cómo puedo ser tan insegura? Nunca antes, excluyendo a Amanda, una chica me había hecho sentir celos y hacer que ese sentimiento se apoderara de mí por completo, hasta el punto de cegarme y responder a la defensiva ante cualquiera que intentara simplemente hablarme. Jamás había tenido problemas de este tipo, siempre fui relajada y comprensiva y hoy, muy por el contrario, me tensé al ver a Samantha y lo único que pensé fue en Zayn volviendo a flecharse por ella ¿Puede ella estar "en otra", no? Quizás tiene pareja o estar casada, con hijos o algo por el estilo, quizás. También debo ser realista, ahora los hijos no son una barrera para iniciar una nueva relación.

El cielo se teñía de un azul oscuro a medida que el taxi avanzaba, estaba oscureciendo. Las casas con las luces prendidas y cortinas cerradas nos avisaban que ya pronto llegaríamos al "palacio", nombre que decidí darle a nuestra humilde morada y sus lujosas comodidades.

En el momento en que entramos por la puerta principal de roble y a los segundos después de haber anunciado que llegamos y con comida, los muchachos aparecieron casi corriendo a recibirnos. Liam le quitó la bandeja de churros a Mai mientras que esta se abrazaba del cuello de su novio. Zayn me alzó en sus brazos y beso mi mejilla para susurrar que me había extrañado, me encantaba la carita que ponía cuándo quería hacerse el dolido.

- Liam, encárgate de que a Paul, Jack y Bill les llegue un churro también, el resto es de ustedes ¿vale? -informé a lo que tenía los pies en el suelo. El castaño asintió y dándole dos churros a los presentes, sin incluir a Mai ni a mí, se metió por la cocina- falta alguien... ¿Donde está Harry?

- Uh ajam -caminamos hasta las escaleras y nos sentamos en los peldaños juntos. Mi morenito disfrutaba de su masa dulce sin apuros- Niall hizo de las suyas... 

- ¿Que quieres decir? -Mientras él seguía comiendo sin preocuparse del chocolate que le quedaba en los labios, yo no podía hacer más que intentar no comerle la boca para quitar los restos del dulce. 

- ... se le pegó el chicle en el pelo -dando una última mordida al churro entres sus manos, me miró divertido- Hazza se encerró en su habitación y no saldrá de hasta que llegue Lou, la estilista. 

- Ay, pobrecito -lamenté- con lo que se cuida el cabello el ruliento, debe estar enfurecido ¿no? -el chico a mi lado asintió y no aguante más, me incliné y con besos cortos le quite el chocolate que le quedó en la comisura de los labios, rico- Chocolate. 

- No me comas, no aún -me devolvió el beso acariciando mis mejillas- cuéntame ¿qué tal estuvo tu día? ¿Pasó algo interesante? y ¿Donde fueron ustedes? 

- Lindo -susurré y tuve que dejar de perderme en sus ojos o no podría concentrarme en la conversación- fue un buen día y mira -solté mi cabello y este cayó por mis hombros dejándose ver, Zayn alzó las cejas y sonriendo de lado tocó las puntas- me lo he teñido hoy. 

- ¿Puedes ser más hermosa, aún? Wow -sus dedos se pasaban por mi cabello, poniéndome y acariciando- me encanta. 

- Me fascinó -comenté agarrando un mechón para analizar una vez más el blondo color- y... Me encontré con alguien en el centro. 

¿Sí? -Parecía extrañado, hizo una mueca y me observaba jugar con mi cabello- ¿quién? 

- Tu querida Samantha -no quise mirarlo pero sus manos tomándome del mentón me obligaron a enfrentar su mirada curiosa- trabaja en una heladería. 

- ¿Hablaron? ¿Cómo está? 

- No y... se notaba contenta. No ha cambiado mucho, creo -intenté sonreírle para que no notará mi angustia, sólo espero que funcionara. 

- Eso es bueno, deberíamos ir a visitarla... -en el momento en que lo propuso, todo miedo volvió a mí.

Here I am       ~ #FanFicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora