Capitulo 26: Rutina.

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Mandy Williams.-

- Buenos días Tom -saludé a mi jefe a penas entré en la pastelería. 

- Buen día Mandy ¿como estas? -el hombre estaba organizando los pasteles en el mostrador, dejó su quehacer para dedicarme una sonrisa y continuar. 

- Muy bien ¿y usted? -pasé por el mostrador hacia atrás del local para dejar mis pertenencias y tomar mi delantal y ponérmelo. 

- Cada día más viejo hija -respondió- tu ayuda estos días ha sido lo mejor. 

- Me gusta venir a trabajar aquí, Tom -había vuelto al local, agarré la escoba para empezar a barrer antes de que llegara clientela.

Básicamente, lo único que debía hacer aquí era mantener limpio, y ordenar cada vez que los clientes dejaban desordenadas las sillas de las dos única mesitas que habían. No por pobreza, más bien porque Tom y Loreth, su esposa, no les gustaba tener que atender como si esto de tratará de un restaurante. Así que por ser esa la única razón, decidieron que dos mesas con tres silla cada una, era suficiente para su negocio.

Llegué aquí gracias a mí. Ok, mentira. Doniya me había comentado de la situación en que estaba este matrimonio. Ambos son muy mayores ya, Tom Vettel y Loreth Vettel manejaban la pastelería desde hace 10 años, y como muchos de los lugares de calidad y acogedores, este también quedaba frente a la plaza que solía frecuentar hace un año y si me daba el trabajo de cruzar dichoso parque, podía llegar a mi cafetería favorita, donde Bárbara aún trabaja. 

Luego de un test psicológico, y una serie de preguntas, me dieron el trabajo. Me consideraron aceptable y con una semana ayudándoles me sabía sus vidas. Tenían dos hijos, ambos vivían en los alrededores de Londres y también, ninguno los venía a visitar. Vivían solos en una vieja casona a 15 minutos de aquí, iban y venían en un antiguo Mustang negro y amaban con su vida trabajar aquí. Pero los años que han vivido los están cansando cada vez más y se les ha complicado el diario vivir. Dudaron tanto en traer más gente a trabajar con ellos, desconfían un montón y temían contratar a irresponsables que sólo le trajeran problemas y no soluciones.

- Buenos días -cada vez que la puerta era abierta, sonaban unas campanillas- quiero lo de siempre. 

- Hola Dony -salude a mi amiga, como cada día pasaba a pedir su muffin con nueces antes de ir a la universidad- sale uno con nueces, Tom. 

- A la orden señoritas -el viejo cogió el pedido de la joven mañanera y lo metió en una bolsa de papel con nuestro logo "Tom's Delicious" le nombró lo habitual y le dio un bombón de chocolate- para que endulce la vida. 

- ¡Oh que amable! -Lo recibió con simpatía, agarró su pedido y pagó- muchas gracias Tom. Nos vemos Mandy ¡adiós, adiós!

Y en situaciones como estas es como se iba mi día. La pastelería abría a las 9 de la mañana con la llegada del mismo dueño y su señora, quien hoy tuvo que ir en busca de la torta de novios que se encargó la semana pasada, y empezábamos a cerrar cerca de las 5:30 de la tarde, asegurando bien todas las puertas y bajando la cortina metálica al final. Listo. Un día más de trabajo completo. Nada agotador y bastante agradable, el mejor trabajo que he tenido.

- ¡Ya llegué! - Di aviso a penas puse pie en casa, caminé a la cocina para dejar el brazo reina que Don Tom me había dado. 

- Hola cariño ¿qué tan el trabajo? -mamá apareció por la puerta, beso mi frente y ordenó mi cabello. 

- Todo genial. Oye, voy al frente, come esto -apunte el obsequio- volveré luego. 

- ¿no tomadas once con nosotros? Tu padre está por llegar, Mandy -quiso detenerme con sus palabras, sonreí, ni resultaría. 

- No, tomo en lo de Doniya -besé su mejilla velozmente- nos vemos después.

Llamé a la puerta de mis vecinos de enfrente, me recibió Tricia, tan linda como siempre mi suegra, saludé besando su mejilla. 

- Pasa, Dony está en su habitación -abrió la puerta un poco más y me dejó pasar veloz por el pasillo hasta la pieza de Doniya.

- Y ¿qué hay de nuevo? -entré a sus cuatro paredes para tirarme a su cama con toda la confianza que hemos tenido desde que volví de USA. 

- Dime que irás conmigo al baile de máscara que darán en mi universidad ¿sí? -Sus ojazos me rogaban impresionantemente, con puchero y todo. Me eché a reír- ¿eso es un sí? 

- Déjame pensar -adopté una cara seria para meditar su pedido- dices baile de máscaras ¿no? -asintió entusiasta- con traje elegante y todo ¿verdad? -repitió el gesto- y... ¿Hay que ir con pareja? 

- Eh... 

- Perfecto, olvídalo entonces -finalicé. 

- Pero te presento a uno de mis compañeros de carrera -dijo torciendo el gesto- te juro que lo pasaremos increíble. 

- No quiero ir con un desconocido, Dony -reproche-. 

- Entonces ve sola -murmuró- o sea, digo conmigo pero sin pareja ¿qué dices? 

- No se... 

- ¿Por mi? -Rogó con carita de perrito mojado, me acordé de mi Shadow y reí- ¿por los concejos que te he dado, porque soy la mejor cuñada y amiga? ¿Por favor? 

- Sólo porque lo pides 'por favor' -me burlé y me tiró su almohada en la cara. 

- Ridícula. 

- Bien y ¿cuándo es el asunto en cuestión?  

- Este fin de semana -distrajo su mirada en el suelo. 

- Doniya. 

- ¿Qué? 

- Sabes que estamos a jueves ¿no? -Seguía mirando el piso con evidentes ganas de reír- y que quedan... menos de dos días... 

- Ajam -asintió- el tiempo no es problema -me empujó- una amiga de mi madre trabaja... 

- Déjame adivinar -le interrumpí- es hada madrina. 

- No tarada -volvió a empujar mi cuerpo- es dueña de una tienda de disfraces, ahí podremos encontrar los antifaz y los vestidos. 

- ¿Y los zapatos? - entrecerré los ojos analizando la situación. 

- Mañana en la tarde paso por ti a tu trabajo y nos vamos de compra -dijo al fin- no te arrepentirás, lo prometo. 

- Más te vale -le devolví el almohadazo en lo que su mamá entraba con una bandeja; dos vasos de leche y galletas- que rico. 

- Gracias, ma' - Dony recibió la bandeja en y la puso cuidadosamente sobre la cama. 

- Se comen todo -dijo saliendo de la habitación. 

- Tu madre es un amor -confesé metiendo una galleta a mi boca. 

- lo sé -imitó mi actuar- y su hijo también lo es. 

- Graciosa -susurré dando un sorbo de leche, sentía mi cara arder. 

- Mira si te sonrojas aún -parecía divertirle mi defecto- ustedes son perfectos.

Here I am       ~ #FanFicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora