Capítulo 32: Protegerte.

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Mandy Williams.-

- ¡Dijiste que me contarias! -Le grité cuando me dejó frente a mi casa y empezó a correr alejándose- ¡Harry Styles!

- Adiós, Mandy Williams -apenas le escuché, y ya me fue imposible obligarlo a contarme lo de la chica.

Entré a mi casa y saludé a mis padres, me quedé escuchando sus novedades del día y el trabajo, nada fuera de lo normal. Comí una manzana y fui a mi habitación. Me deshice de mi ropa y me metí al baño para darme una ducha rápida y así fue. Cuando salí me vestí el pijama y apagué la luz para prender la lámpara de mi mesita de luz. La ventana estaba abierta, entraba una corriente tibia que hacía que la temperatura de mi habitación fuera agradable. Mi teléfono vibró una vez. Supuse debía ser un texto. Lo tomé y leí: "Escalaria hasta tu ventana sólo para darte un beso de buenas noches, pero mañana debes levantarte temprano y temo que el beso no durará 5 segundo. Descansa, te amo. Zayn :) xx" Siempre era tan considerado que quería que rompiera su palabra y no pénsara mucho en el mañana.

"Entonces me deberás el beso haha, gracias por como eres conmigo, sueña lindo y duerme bien, te amo mas. Mandy"

Me acomodé bajo las sábanas de mi espaciosa cama y guardando el celular bajo mi almohada es que me quedé dormida sin saber del mundo hasta la mañana siguiente.

Desayuné lo de costumbre y cuando estuve lista, emprendí mi caminata hasta mi lugar de trabajo. Al llegar, saludé a Tom y Loreth que, acomodaban las recientes cajas de manjar en la bodega de atrás. Un vez terminé, ocupe el lugar que me correspondía: atender a los clientes.

- Buen día -saludó una señora de traje- Quiero cuatro muffins de chocolate, por favor.

- Enseguida -sonreí y volteé para separar cuatro de chocolate del resto- ¿algo más?

- No, eso nomas -ella buscaba el dinero en su cartera, mientras dejé su pedido en el mesón junto a la caja registradora.

Volví para ordenar los paquetes de galletas y en un movimiento mal calculado, al menos quince, terminaron por todo el suelo. Rápidamente me agaché para recoger y poner todo en su lugar.

La campanilla de la entrada sonó, nuevos clientes entraban ¡maldición!

- Disculpe -dijo una voz masculina a mis espaldas, no le presté atención, sólo esperaba que fuese comprensivo al verme recoger los paquetes de galletas y tuviese la amabilidad de aguardar un momento- Necesito que me venda el ÚLTIMO trozo de pastel que tiene en...

- Un segundo, por favor -interrumpí agarrando los últimos cinco paquetes entre las manos.

- Es que es el último, lo quiero llevar, ahora -recalcó irritandome. Respiré profundo para armarme de paciencia.

- Un segund... -Giré sobre mis talones, sosteniendo las galletas- tenías que ser tu, por supuesto.

- ¿Que tal estas, Mandarina? -Apoyó los codos en la vidriera de los pasteles, observando sospechosamente el frasco de las gomitas dulces.

- Bien, hasta que un tonto quiso hacerme pasar un mal rato -le regalé una sonrisa fingida y puse todo en su lugar.

- Mandy -reprochó Tom desde la caja.

- Entonces ¿en serio quieres el pastel? -Volví a mi postura de empleada y me puse frente al mostrador de los pasteles.

- Si, señorita -asintió de manera infantil y adorable- y quiero una caja de tus mejores bombones de chocolate, de esos rellenos de fresa.

- Niall, mucha golosina te hará mal -advertí poniendo el pastel en un paquete. Saqué de una de las repisas una caja de bombones y puse todo en el mesón de siempre para que mi amigo pagara y retirara por si mismo lo que compró.

Here I am       ~ #FanFicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora