Capitulo 9: Tiempo

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Mandy Williams.-

Nuestros labios estaban a centímetros, nuestros cuerpos estaban juntos con la respiración entrecortada, los corazones acelerados intentando salirse del pecho para abrazar al otro, ese otro por quien latía así.

-Tengo miedo –confesé mirándolo a los ojos, las lágrimas amenazaban con salir y delatarme aun mas.

Ya no escuchábamos a los chicos tras la puerta, solo era Zayn y yo, apoyada en la puerta tomándole las manos tratando de hacerle creer a mi mente que esto era real, que lo que sentía mi corazón no era producto de mis pensamiento, que al fin estamos juntos.

-No te dejaré –susurró soltándome las manos para tocar mis mejillas y barrer con su pulgar las lágrimas que caían- hey, estoy aquí… contigo.

Tragué todo temor que algún día tuve, dejando de llorar y dándome cuenta de lo que más quería estaba dentro de estas cuatro paredes, que tiene nombre y apellido, que es de quien estuve escondiéndome por meses, que se ha convertido en mis ganas de vivir y que es poseedor de esa sonrisa que ilumina una ciudad entera, duelo de unos ojos y una mirada que me deja en el ciego, que hace que muera y luego reviva porque siento que sin él ya nada sería igual, le pone color a mi vida y bueno a mis mejillas las torna coloradas cada vez que me besa, me toca o simplemente me observa.

-qué linda es tu sonrisa –susurró- ¿a qué se debe?

-Se debe… -musité sobre sus labios- a que el chico perfecto me eligió –deposité un beso corto.

-¿perfecto? –Formuló- ¿piensas que lo soy?

-Sí –reí- para mí lo eres –toqué su pecho- y eso es todo.

-Estás loca –besó mi mejilla, besó mi nariz y la comisura de mis labios.

-Gracias –carcajeamos los dos.

Acomodé mi cabeza en su pecho y el tiempo se detuvo. Podía sentir bajo mi oreja como su corazón golpeaba su pecho, era increíble y tan hermoso, lo miré con ojos brillantes y, atónita, es que jamás pensé que algo así podría pasar. Realmente me sorprendía como su órgano vital latía con tanta fuerza y tuve miedo de que él mío no latiera, no de la manera en que su corazón lo hacía y por inercia toqué mi pecho y bajé la mirada a esa mano que estaba en mi corazón. Zayn lentamente me imitó, poniendo su mano sobre la mía y susurrando a mi oído “eres mágica” para luego mirarme sonriendo, como si en verdad fuera magia lo que había dentro.

Zayn Malik.-

Me miró incrédula cuando le hablé, es que no había otra palabra que describiera todo lo que me pasaba, lo que estaba provocando conmigo, entre nosotros, porque no tiene sentido, es simplemente como la magia, tan irreal, tan de cuentos como cuando dicen “después de la tormenta, sale el sol” y es justamente eso lo que estaba pasando, ella era mi sola y yo soy el que provoca las tormentas, y eso en parte me dio a pensar que a pesar de que en el día no salga , a veces, el sol ella siempre estaría tras las nubes, buscando un espacio para asomarse de abrazarme con su brazos, acurrucándonos, por que querías algo para siempre, y lucharía contra dragones para que lo sea.

Salimos de mi habitación tomados de la mano, fuimos a los sillones, donde solo estaban Harry y Niall, Lou estaba en su cuarto y Liam en la cocina, ahora era cuando teníamos que hablar del viaje. Nos sentamos y dejé que los chicos hicieran lo suyo.

-Mandy –habló el rubio con cara picara- estarías dispuesta a correr riesgos por el hombre junto a ti.

-¿Qué? –Ella me miró confundida- sí, claro –sonreí yo.

-Perfecto –murmuró Niall- Deja el trabajo, a tus tíos, toma tus cosas y vente con nosotros, digo, con Zayn a USA –dicho eso pasé una mano por mi rostro, Niall siempre resultaba ser tan torpe.

-¿Es broma verdad? –Inquirió ella acomodándose para mirarnos a todos- ¿Harry, es juego? Tú no puedes mentirme…

-No –meneó la cabeza de lado a lado- es la idea, Mandy ¿Qué dices?

-Que no –sus ojos estaba abiertos, su expresión no era la mejor y resultó ser que nuestro plan no funcionaría y fue inevitable dejar escapar un suspiró atrayendo la atención de todos.

-Bonito, sabes que iría pero –se interrumpió sola, solo le miré dudoso- tengo todo en contra.

-Seamos tú y yo, solos contra el mundo –propuse en un susurro. Mandy sonrió con los ojos brillantes, lo que había dicho no alcancé siquiera a pensarlo. Solo negó con la cabeza, se puso de pié.

-¿Dónde vas? –la retuve por la cintura.

-A casa, mañana tengo que trabajar –sonrió triste- gracias por lo de hoy.

-Te voy a dejar –dije sin basilar. Corrí a buscar una chaqueta pero cuando volví a la sala ella ya no estaba- ¿Por qué se fue?

-Dale tiempo –Harry habló sumido en sus pensamientos, con el teléfono entre las manos, mostrándome la pantalla para que viera lo que él ya había visto.

Yo no estoy en sus planes, no me involucraré” era un mensaje de texto que Mandy le había enviado a Harry, su amigo, ni siquiera a mí ¿Por qué le costaba tanto decirme las mismas cosas que le dice a Harry, a mí? ¿Es que acaso no confía en mí? ¿Qué más puedo hacer para que crea en mi, que hago mal, eh?

-El plan funcionó –su voz interrumpió mis pensamientos, Niall y Harry se miraban maliciosamente, y yo les miraba con cara de estúpido esperando a que siguieran hablando- La conozco, no dejará pasar esto, solo se asustó y ahora solo le queda pensar que hacer, irá, Zayn, lo prometo –Harry se puso de pie y estrechó su mano con la mía- como que soy el hombre más sexy del mundo.

-Uh hermano –palmeé su hombro- entonces hablas en serio, estas arriesgando mucho, eh.

El día siguió aburrido, me encerré en mi habitación e intenté dormir, pero con la risa de Niall y Louis era casi imposible, Liam estaba tocando acordes en su habitación y Harry hablaba por teléfono casi afuera de mi cuarto, que fastidioso es estar cerca de ellos cuando lo que más quieres es descansar o simplemente no pensar en nada. Seguí con mi intento de desconectarme del mundo, relajando mis piernas, cada musculo en ellas, mis brazos, hombros, torso, cara y hasta la mente, sintiendo que la mayor presión estaba ahí, en mis pensamientos, en los recuerdos, en las dudas rondando, molestándome e incomodándome…

El aire estaba fresco, la frisa hizo que un escalofríos recorriera mi cuerpo, había una hermosa vista al mar, la arena a mi alrededor era tan blanca como el vestido de la chica frente a mí, sonreí al verla. Ella estiró sus manos para ayudarme a ponerme en pié, no podía ver su rostro, pero podía imaginar su sonrisa, no podía ver sus ojos, pero podía sentir su mirada en mí, me puse de pié y con mis manos la acaricié.

-No hagas promesa que no puedes cumplir –no era la voz que exactamente esperaba escuchar, era una voz un tanto más madura, giré haciendo que ahora el sol le diera en la cara, iluminando sus ojos celestes y sus rojos labios. Amada me miraba fijo, con el ceño fruncido.

-Amy…

-No hagas promesas que no cumplirás…

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-Solo… no lo hagas –se acercó y besó mi mejilla y sentí que mi piel en esa zona ardía”

-¡DESPIERTA! –gritaron. Louis había pellizcado mi mejilla dejándome adolorida la cara, le miré con el entrecejo unido mientras refregaba mis ojos- Nos vamos, Zayn.

-¿Qué hora es? –Mi voz salió soñolienta y me estiré perezosamente- ¿ir donde, Lou?

-Son las 7:30am, y lo que dijo Paul ¿en qué mundo vives? –me empujó y salió de la habitación.

-¿Paul, Louis? –Grité- ¡QUE YA NOS VAMOS A ESTADOS UNIDOS!

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