Capítulo 22: Infiltrada.

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Mandy Williams.-

-Liam, soy yo -era lo más estúpido que pude decir, pero estaba segura de que por mi tono de voz sabría de quien se trataba- estoy sola, ¿podemos hablar? 

- Ya dije que estoy bien -respondió del otro lado de la puerta. Su voz sonaba cargada de nostalgia, se me pasó por la mente que podía estar llorando y no soportaba el hecho de que se encerrara y no me dejará calmar su dolor. 

- No me iré.

Me quedé unos minutos en la puerta, apoyando la frente en la madera girando la manija para que supiera que en verdad me quedaría hasta que abriera la condenada puerta. Con un clic y girando del todo la cerradura, se abrió. Con curiosidad y nerviosismo entré. La luz del sol de media tarde iluminaba la habitación por completo. Esperaba encontrarme con un desorden de los que solía ver en la habitación de los chicos pero muy por el contrario, su cama bien estirada, la ropa en su lugar, sus perfumes en orden, cada zapato y zapatilla en el ropero y lo único que estaba fuera de lugar era la botella vacía en el piso. Mi amigo estaba junto a la ventana, apoyado de lado la luz delineaba su perfecto perfil, sin expresión.

Con cautela me acerqué. Imite su postura sin decir nada, mire por la ventana. Los árboles parecían bailar al ritmo de un lento vals, las hojas ondeaban hasta caer al suelo y los pájaros se dejaban llevar por la brisa, planeando libres. Le analicé de soslayo, sus almendrados ojos se perdían en el unísono, parecían tristes. Liam estaba triste. Lo mire de frente ahora. Tenía rastros de lágrimas en las mejillas, Dios, el alma me dolió. Las manos me temblaban cuando quise acariciar su cara, pensé que me rechazaría pero no hizo más que cerrar los ojos y suspirar con el ceño fruncido.

- ¿qué pasa, Liam? ¿Por quién estás así? -Susurré. Lo que más ansiaba era que respondiera con honestidad. Saber las razones de su comportamiento- Liam... 

- Te... ¿te has enamorado de la persona equivocada? -dejó escapar en un hilo de voz, aún mantenía sus ojos cerrados y en una mueca que pareció una sonrisa, continuó- duele ¿no? 

- Sí, duele y mucho -concordé- ¿estás enamorado? 

- No lo creo... 

- Eso es bueno -comenté- así no duele tanto. ¿Ella... lo sabe? -Liam movió la cabeza negando, dejé de tocar su rostro y abrió los ojos pero no me miró- Supongo que... no vale la pena que lo sepa o ¿me equivoco? 

- Ya no lo vale. No tiene sentido y nunca lo tendría que le dijera. Ella... no tiene ojos para otra persona -dejó escapar el aire que al parecer contuvo todo este rato en su pecho. Entendí que quiso decir, su chica tenía pareja- No la culpo, él es un buen tipo, no hay duda. 

- Entonces... te estás rindiendo. 

- No, me estoy retirando como un caballero -sonrió de lado, sus ojos brillaban más de lo normal, sí se ponía a llorar, lo torturaría hasta que de su boca saliera el nombre de la muchacha, la encontraría y le haría saber el gran hombre que se pierde. Diablos, ahora era yo quien estaba al borde de las lágrimas- soldado que arranca sirve para otra guerra ¿no es así? 

- Ay Li -respiré hondo para mantener las lágrimas en su lugar, no lloraría- la vida es tan injusta a veces. 

- Siempre. 

- No -contradije-, sólo a veces. Velo de esta manera: te quita algo para darte algo mucho mejor. Quizás la persona que quieres no es suficientemente buena para ti.  

- Quizás tenga la maldita razón -gruñó ya un poco menos complicado- ¿has pensado en poner una consulta y dar concejos? Eres buena en eso. 

- No y gracias, prefiero darlos gratis y sólo a quien en verdad haría caso. No sufras Liam, no por ella -me regaló la sonrisa más sincera que sus labios pudieron dibujar- así me gusta. Ahora... 

Here I am       ~ #FanFicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora