Capítulo 8

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Narra Ángeles.

- ¡Ay!

Giré mi rostro. Juan rió y me abrazó.

- Tranquila.

- Saca esta mierda. Detesto las películas de terror.

Volvió a reírse.

- Estoy acá, nada va a pasarte.

- ¿Y si nos pasa algo a ambos?

- Ya ya, lo saco.

Sonreí. Sacó la película y buscó otra que no fuese de terror.

- Oye... ¿Paso algo que querías venir hoy?

Suspire y lo miré.

- Bueno... No es un buen día... -Hice una mueca- Hoy hace un año que falleció mi papá y no quería estar sola...

Mis ojos se humedecieron.

Odio ser tan malditamente sensible.

- Yo... Lo siento...

Me abrazó mas fuerte.

- Cualquier cosa que necesites, siempre voy a estar acá... Te quiero enana.

Lo abracé también. Besó mi cabeza

- También te quiero y gracias por contenerme.

Me aleje y Sequé mis ojos.

- Mi mamá lo asesinó... -Las lágrimas siguieron bajando- Porque pensó que le era infiel aunque no fue así...

Tomé agua.

- Dios... ¿Y tu mamá esta presa o qué sucedió?

- Hasta donde supe, la iban a internar en un loquero con custodia policial y todo. Fue antes que yo entre acá...

Suspiro.

- Que difícil...

- Si... Mis hermanos la odian, mas Fede que es el más chiquito.

Volví a abrazarlo.

- ¿Cuantos hermanos son?

- Contandome, 5. Está Lucas, el mayor de 30 años; Luego Griselda, de 24; Yo de 18; Dulce de 15 y Federico de 8...

- ¿Viven todos juntos?

- No. Lucas está juntado hace 6 años, Griselda tambien se fue de casa hace 2 años, yo estoy en esta universidad y los mas pequeños están con mi tía. Por eleccion propia

Asintió.

- Yo tengo a mi tía, primitos y tío acá en Miami y mi mamá, papá y hermana en Colombia. Los extraño aún así.

- Es difícil tener a tu familia lejos... Pero no hay otra.

- Si... Es cierto.

Agarré la bandeja con pizza y seguí comiendo.

- ¿Donde te entra tanto?

Subí mis hombros.

- ¿No engordas?

- Poco y nada. ¿Por?

- Veo que comes mucho... Por eso.

- Es que de chica comía poco y creo que es por eso... Llegué a la anemia y desnutrición, asi que imaginate.

- Si... Me pasó pero no tan asi. De todas formas te recuperaste rápido.

- Por vivir tres años con mi abuela, si -Reí- Comía todo el tiempo. Ahora también pero mucho menos.

Asintió.

- Además te salieron buenisimas. Eso me hace seguir comiendo.

Rió.

- Eres bueno en la cocina.

- Y en otras cosas también.

Lo mire y reí a carcajadas.

- ¿Como qué?

- ¿En verdad quieres que te diga? ¿O lo demuestro?

Mi piel se erizó al sentir su mano bajar a mi entrepierna.

- Ehh... Sólo dilo.

- Bueno, las chicas con las que estuve dicen que soy bueno en la cama...

Me sonroje.

- Pues... Bien por ti.

Reí.

- ¿Nunca te dieron ganas de hacer eso con un hombre?

- Realmente, no. Al menos no hasta ahora.

- ¿Pero eres virgen?

Asentí con la cabeza, ya que estaba masticando.

- Sólo tuve relaciones con una mujer y no usó un... Ya sabés qué. Por lo tanto aún sigo virgen.

- Entiendo... ¿Y te parece linda alguien de acá?

- Lourdes si... Pero creo que no es lesbiana así que la dejo de lado. Después nadie más.

- ¿Y de Sara que opinas?

- Es linda pero no lo mío. Aparte sale con Raúl así que... La descarto.

- ¿Y Natalia?

- Mucho plástico.

- Es linda.

Lo miré mal. Dejé la bandeja de comida y me levanté.

- ¿Que?

- Nada. Quiero ir al baño.

Me molestó.

¿Por qué mierda me molesta? No entiendo...

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