Capítulo 45

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Narra Ángeles.

Desperté antes que Juan.
Seguramente ni se va a acordar de lo de anoche.

Me levanté y tomé la pastilla del día después. No quería ser mamá ahora. Mejor prevenirlo.

Me puse a preparar el desayuno. Al rato, él se levantó y entró a la cocina. Lo miré y medio sonreí.

- Buen día alcohólico.

Rió.

- Hola... No por nada pero... ¿Que hicimos anoche? Recuerdo todo lo que dije y nada mas.

Le mostré el envoltorio de la pastilla y rió.

- Va, ya entendí.

- ¿Como llegaste con tremendo nivel de alcoholismo?

Pregunté dejando los waffles sobre la mesa.

- Salí de mi hotel, frené un taxi y recordé donde estabas. Luego pregunte tu habitación y ya.

Asentí y ambos nos sentamos a desayunar.

- ¿Pasó algo que tomaste así?

Suspiró.

- Natalia... Me tiene harto.

Rodé los ojos.

- Es... Perdón no... Pero es una inmadura.

- Si, ya lo se y de sobra.

Tome jugo y suspire.
Verlo tan bien, suponiendo que tenia una resaca o algo, es extraño.

- ¿Y la resaca?

Pregunté bromeando.

- No se, hasta a mi me parece extraño después de todo lo que tomé.

- ¿Que tomaste?

- Vodka, ron y whisky.

Abrí mis ojos mas de lo normal y negue con la cabeza.

- Tu celular no anda. Se mojó demasiado.

- Uff... Bueno, no importa.

- ¿Te arrepientes de lo que dijiste?

Me miró mientras tomaba café.

- Realmente, no.

- ¿En serio dejarías todo por mi?

Se levantó y acercó a donde yo estaba. Se puso de cuclillas frente a mi, tomando mis manos.

- Dejo todo por ti. Si es necesario dejo hasta mi carrera, con tal que estés conmigo.

Me sonroje. Verlo así daba mucha ternura

- Dejo a Natalia, dejo mi casa, dejo todo. En serio, estar contigo y que se vaya el mundo abajo.

- Dios.. Es que... Adrián esta en medio y... No se.

- No importa, dejalo en un tiempo.

- Pero...

- Te espero. Te espero toda la vida.

Interrumpió.

- Dejame pensar...

Sonrió. Se levantó y me dio un corto beso antes de terminar su desayuno.

- ¿Y mi ropa?

- La lavé y Sequé anoche... Esta en la habitación.

- Bueno... Así ya me voy y no molesto...

- No me molestas, quedate.. -Me miró y medio sonrió- Digo... No tengo nada que hacer y para no estar sola...

- Esta bien... Aún así al menos me pondré el bóxer.

Me sonroje y reí.

- ¿O quieres que lo haga mas tarde?

- Depende tu comodidad.

- Sé que querés.

- Shh.. Ni preservativos tenés y yo tampoco, y la pastilla tiene que hacer efecto.

- Voy a comprar.

Reí.

- Dale...

- ¡Bueno, ve! -Dije cansada y riendome- Manipulador.

- No dices eso cuando te doy fuerte. Sino "Ah, Juan, Ah"

Imitó gemidos. Lo miré mal y tiré jugo encima suyo

- ¡Eh! Mala.

- Idiota.

- ¿Acaso miento?

- Eres un idiota.

Salí de la cocina y empecé a reirme.

- Tan idiota no soy.

Sentí una nalgada. Lo empujé y rió.

- Ya... Voy a cambiarme así compro y vuelvo... ¿O querés venir?

- ¿A una farmacia para comprar condones y que todos sepan que vamos a tener sexo? No, gracias.

Rió y se acerco.

- Voy a comprarme un nuevo teléfono, y de paso damos una vuelta y compro eso. ¿Que decís?

- Mm... Me convenciste

Sonrió. Ambos fuimos a la habitación y yo busque ropa para cambiarme.

- Iremos primero a mi hotel así busco mi coche y lo que falta ¿Si?

- Esta bien.

Entre al baño y me cambie.
Luego de eso, ambos salimos del hotel en silencio y fuimos a buscar un taxi para poder llegar al suyo. No estaba muy lejos, pero no quería caminar y bueno.

Apenas llegar, entramos y fuimos al piso. Bajamos del ascensor y vimos a todo el equipo de Juan, incluso a Natalia ahí.

Mierda.

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