5. ¿¡Nos besamos!?

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---¡AYUDA!.---grite. Pero el más chiquito me dio una bofetada

---Callate perra. Nadie te va a escuchar. Tú vas a ser de nosotros.---se acercó a mi y beso mi cuello.

---Dejen de tocarme, váyanse no me toquen. ¡AUXILIO!

---Fue mi culpa. Yo sólo quería que pusieras tus ojos en mi.---dije con un poco de dificultad.

---No, no. No tienes que venir así para que yo te mire y vea lo hermosa que estas, ya lo he hecho.---el rozó sus labios con los míos y me besó.

Y desperté.

Por increíble que parezca, esta pesadilla me ha estado persiguiendo durante tres días, tres días de reposo que no he ido a la Universidad. Sólo escucho voces, no puedo ver bien quienes son las personas que están allí.

No quería ir a la Universidad. Todo esto ocurrió allí. Pero no puedo quedarme y dejar que esto me vuelva aún más loca.

Unos leves toques en la puerta de mi habitación me asustaron un poco.

---Adelante.---ordene y de inmediato la puerta se abrió, dejando ver a mi padre.

---¿Vas a la Universidad hoy? ¿O quieres seguir descansando?.---esas preguntas eran una verdadera batalla para mi.

Si decidía quedarme, puede que vuelva a tener esas pesadillas de nuevo, con voces y rostros irreconocibles. Y si decidía ir, puede que enfrente lo que me pasó y poder recordar algo más.

Así que:

---Voy a la Universidad.---respondí y el sonrió. Beso mi frente y se marchó de mi habitación.

Yo estaba lista para ir. ¿En que lugar de la Universidad ocurrió eso? ¿Como podría recordar algo?. Ahora esas preguntas eran la que estaban en mi cabeza.

Mientras me alistaba pensaba que hacer para recordar algo. Sabía que si iba al lugar donde ocurrió eso podía recordar, el doctor me lo dijo antes de salir del hospital, pero ni del lugar me acuerdo, no recuerdo nada más que palabras y gritos.

Me subí a mi auto. Estaba conduciendo a toda velocidad. Un pequeño dolor comenzaba en mi cabeza, y había dejado los medicamentos que me recetó el doctor. No me quiero volver a drogar con esos antibióticos, me asustan.

Al llegar a la Universidad Scar me recibió con un abrazo al que correspondi de inmediato. Es muy buena amiga, me llamaba a cada hora para saber cómo estaba.

---Que bueno que ya estás aquí.---sonrió.

Yo estaba cansada y la cabeza me comenzó a doler un poco más que ahorita. Mis piernas perdían fuerzas por segundo, y mi cara de cansancio ya era notable.

---¿Te encuentras bien?.---interrogó Scarlett y yo le dije que si con mi cabeza.---¿Segura? Te puedo llevar a enfermería

Iba a responder, pero el timbre hizo acto de presencia.

---Vamos al salón.---le dije y ella asintió.

Me miraba. Estaba atenta a todos los movimientos que hacía. La verdad, ella, Emmy y mi padre son un ejemplo de la preocupación extrema.

Llegamos al salón y el maestro ya estaba en al aula.

Me miro.

---Señorita Brown, nadie me aviso que venía a clase.---fue lo primero que dijo.

---Fue una decisión repentina.---respondí con una sonrisa para disimular el dolor.

Me senté en mi silla y el comenzó a redactar su clase de hoy.

PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora