11. Confesion

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Hoy no tenía ganas de nada. Han pasado tres días y sigo aquí en mi cama, pensando en si voy o no voy a la Universidad. No había dormido nada. Las ojeras resaltan en mis ojos como maquillaje y ni siquiera me he tomado el tiempo para quedarme un rato mirándome al espejo mientras me maquillo. No tengo ganas de nada. Y eso me asusta.

El fin de semana apague mi celular. Elliot me llamaba sin parar, pero no tenía ganas siquiera de tomar el teléfono e ignorar la llamada. Así que me resulto más fácil apagarlo.

El reloj marca las siete y media de la mañana. Y si voy a ir a la Universidad es mejor darme rápido. Unos toques en mi puerta hicieron que me levantará y quitará de mi cuerpo el diminuto vestido que llevó puesto como pijamas envolviendo una toalla en mi cuerpo.

---Pase.---dije y mi padre pasó. El me miro de pies a cabeza y sonrió.

---Venía a despertar a mi chiquita, pero veo que hoy tiene ganas de ir a la Universidad.---se acercó a mi y depósito un beso en mi frente.

---Claro.---respondí.

El salió de la habitación y yo rodé mis ojos. ¿Ganas? Si, claro.

(...)

Ya me encontraba en la Universidad. Y en la clase del profesor Elliot. Pero en realidad, no estaba prestando atención. La clase había empezado hace más de diez minutos y yo sigo con mi cabeza bajada. Escuchaba como la voz de Elliot en muchas ocasiones se dirigía a mi, pero no me importa. Todavía me siento como una estúpida, acosada.

---Señorita Samantha.---habló Elliot y me topo el brazo. Yo levante mi cabeza.---¿Porque no está prestando atención a la clase? ¿Se siente mal?

Se le veía en los ojos que estaba preocupado.

---No, no me siento mal.---respondí de mal humor y volví a bajar mi cabeza.

---Entonces deberías poner atención a la clase o...

---¿O que?.---levante mi cabeza. El me miraba extraño. No entendía porque me estaba portando así. Pero todo es su maldita culpa.---¿Me vas a invitar a salir de su clase? Tranquilo, yo salgo sola.

Recogí todas mis cosas y salí de allí sin mirar a nadie. No estaba de humor, no quería hablar mal a las personas que se preocupan por mi. Por eso por hoy, las quiero lejos.

Camine por el pasillo y me senté en una banca. Intentaba respirar para que las lágrimas no me salieran, pero no podía. Pensaba en todo lo que vi el viernes y cada vez que lo recordaba era como enterrarme una estaca en el corazón. Me quede allí, sola y sin pensar en nada.

*

*

*

---¿Sam?.---me despertaron moviéndome un poco. Abrí los ojos y allí estaba Scar.---Te quedaste dormida. Ya han tocado el timbre para entrar.

Me levante un poco confundida y frote mis ojos.

---¿El timbre?.---ella asintió divertida.---¿Que tiempo llevas aqui?

---Desde que tocaron el timbre para salir. Pero ven, vamos al salón.---me dio un pequeño empujón.

---Ve adelantando, yo voy ahora.---ella me guiño un ojo y se fue. Yo me dirigí al baño.

Estaba frustrada. Cada cosa que me hacen o hago es muy diferente a lo que hacía antes. Todo estaba cambiado, y justamente por el hombre más prohibido que conozco. ¿Se supone que le debo decir a papá que he estado con mi profesor? No dudaría en mandarme a Londres en el primer vuelo.

PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora