6. ¡Te amo!

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¿No les ha pasado que aveces quieren volar y dejar que tú mente este completamente vacía para así poder disfrutar de lo que hay a tu alrededor?

Pues a mi me pasa, justamente hoy, justamente ahora. Estoy tan distraída y tan perdida del mundo que no me importa lo que hay alrededor, no me importa nada y sinceramente sólo quiero estar con mi próximo objetivo, mi próxima víctima a la cual sólo voy a tener por dos o tres noches y después nos despedimos. Esto es lo que hago, justamente esto es lo que soy. Los hombres dejaron de valer para mi, y no voy a caer con ninguno y jamás me volveré a enamorar.

Estoy actuando como una nena, lose. Pero todo el sufrimiento a los quince años por el que tuve que pasar me hizo ser como soy ahora.

Tenía los ojos vendados, no podía ver nada gracias a Elliott que quería que fuera una sorpresa.

¿A donde me lleva? No se. Sólo se que quería estar allí, con el.

Fue toda una aventura como nos encontramos. El no quiere que me vean con el, piensa que es muy arriesgado, y es la verdad. También si mi padre me ve, podría ser mi fin en Los Ángeles y no quiero culpar de nuevo a los hombres por mi fracaso, entonces si, me vuelvo lesbiana.

---¿Llegamos?.---pregunté desesperada.

Había hecho esa pregunta más de cinco veces, la verdad quería llegar.

---Si, ya llegamos.---respondió y quitó la venda de mis ojos. Yo me quede boquiabierta.

Era un yate. Un hermoso yate decorado con muchas luces en toda la orilla, está tan lindo que quería quedarme afuera a observarlo y no entrar, pero tuve que hacerlo.

Cuando entre había un camino decorado con rosas rojas y velas con aroma a fresa, todo era sacado de una telenovela. Ese camino conducía hacia una mesa para dos, también estaba hermosa. Tenía un mantel blanco y dos velas largas. Estaba rodeado de las mismas flores. Todo estaba tan hermoso.

Pero, ¿Porque el hace esto por mi?.

Le mire. Estaba tan perdido en la escena que no se dio cuenta que lo miraba. Así pensativo, se ve tan guapo. Me dan ganas de besarlo y nunca soltarlo ni dejar lo ir.

Recién me miro y sonrió. Se acercó y me tomó por la cintura.

---¿Te gusta?.---interrogó. Pero no hacía falta responder, así que sólo lo bese.

Nadie había hecho esto por mi nunca, ni siquiera cuando tenía quince años y tuve mi primer y único novio. Esto se sentía bien, se sentía bien que alguien se esforzara para hacerme sonreír, pero justamente tenía que ser el, la persona más prohibida del planeta.

Nos acercamos a la mesa y el cómo todo un caballero me saco la silla para que me sentará, luego el se sentó.

Había una pequeña campana en la mesa, la cual el tomó y tocó. Señal de que había un camarero en el yate. Ósea que no estábamos completamente solos.
Una chica salió se allí muy elegante. Tenía una camisa Blanca y una corbata negra, un pantalón negro y unos zapatos negros. Toda una camarera. Pero al verle la cara me quede petrificada. ¡Por Dios! Es Lucy.

Si. La misma Lucy de enfermería, la misma Lucy que le pregunté por Elliott, la misma Lucy que atiende a todos en la Universidad. ¿Que hace ella aquí y porque va vestida de esa forma? ¿Porque Elliott la escogió justamente a ella para ser la camarera? ¿No se supone que no quiere que nadie de la Universidad se entere?

---¡Buenas noches! ¿Que desean ordenar?.---pregunto. Yo sólo la miraba boquiabierta.

---¿Que quiere la señorita?.---Elliott se dirigió a mi. Y por más que tenga hambre y quiero comer necesito que me expliquen.

---Una explicación.---dije en susurros.

---¿Que?.---interrogaron al unísono.

---Quiero una maldita explicación.---dije exaltada. Necesitaba una explicación y el, sólo está como que no está pasando nada.

---Tranquila Samantha.---dijo Elliott mirándome sorprendido. No se podía creer mi reacción.---Lucy es mi prima, y es la culpable de todo esto. De que estuviera contigo en este momento, de que dejará de pensar sólo en mi.

Yo recién mire a Lucy. Ella es tan linda, pero nunca me imaginé que fueran primos y mucho menos que ella hiciera esto por nosotros.

---Mi primo no quería entrar en razón, sabía que moría por ti, sólo que no se atrevía.---ella dijo con voz tranquila. Yo suspire.

---Bueno, quiero pollo a la plancha.---ordenee y ambos rieron.

---Como órdene la señorita.---me guiño un ojo y se marchó de allí.

---Es chef y enfermera.---informó antes de que preguntará.---Por eso es la perfecta.

Reí.

Sus ojos me miran como si nunca habían visto mi rostro. El es perfecto, no se como una vez quise dejar todo así y no hacer nada para conquistarlo. Se nota de lejos que le gustó, y que le gustó bastante ¿Como pudo hacer para que no lo notará?

Cuando me gustaba no podía disimularlo, siempre estaba encima de el, no le dejaba de mirar y me ponía nerviosa con tan sólo un "hola" de su parte.

---¿Que piensas?.---interrogue y le tome de la mano.

El tacto de su piel me hizo sentir extraña, era como si todo mi cuerpo reaccionará a su frías manos. Sentí que el también se estremeció y acaricio mis dedos con las yemas de sus dedos. Ese toque me hacía sentir extraña, no se de que manera su caliente hace efecto en mi, Pero estoy segura que no es nada bueno.

Despegue mis manos de las suya y tuve que toser para romper el incómodo momento.

El lo había sentido, estoy segura. Había sentido como todo mi cuerpo se estremeció con su toque. Como vibraba sin ninguna culpa por el, había sentido que me gusta que me toque, que le deseo más que nada en estos momentos.

Se levantó de su silla y se dirigió a un pequeño radio, puso una música, una música suave, una música bastante romántica.

---¿Bailas mi doncella?.---me tendió su mano como todo un Príncipe. Yo reí. Está completamente loco.

Yo tomé su mano y el me apego de una manera brusca a su cuerpo. Podía sentir su corazón latir fuertemente, y no pude evitar mirarle a los ojos. Sus ojos claros me miran con deseo, el deseaba estar conmigo tanto como yo le deseaba a el.

Bajo sus manos a mi cintura y ahora era mi corazón que latía a mil por segundo. No puede tocarme de esa manera ¿Quiere matarme de un infarto?. Me apretó más a su cuerpo y pude sentir su masculinidad en una erección, moría por tenerle, moría por hacerle el amor aquí mismo.

El rozó sus labios con los míos y bajo a mi cuello. Me besaba mientras bailabamos al compás de la música. Un pequeño gemido salió sin permiso de mi boca. Quería quitar toda su ropa de un tirón y que me hiciera suya de una vez por toda. Apretó con fuerza mi piel y otro gemido salió de mi boca. Ya lo necesito dentro de mi.

El subió a mis labios y comenzamos a basarnos. Era un beso apasionado, un beso deseado desde hace tiempo. Nos despegamos y comenzamos a mirarnos fijamente, no era un momento incómodo, me gustaba.

---¡Te amo! 



Otro capítulo más. Voten y comenten.

---Ámbar 😚

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