RUTHLESS [Editada]

•Capítulo 40

EN MULTIMEDIA SCOTT PIERCE.

🖤🖤🖤

       
Pov's Damon.

Estacioné el auto viendo algunos policías en la zona. Bajo rápidamente buscando con la mirada a Ian y a France, viendo a mi amigo sentado en una ambulancia siendo atendido por una paramédica.

— Hey ¿Qué sucedió?- Pregunté en cuanto llegué a su lado.— ¿France está bien?

— Está en aquella ambulancia, está mejor que yo.- señaló con su cabeza.— Un coche venía con demasiada velocidad y nos impactó.- Respondió para luego pedirle a la joven que nos dejara solos.— No creo que haya sido un accidente, Damon, luego de impactarnos se echó para atrás y se fue igualmente rápido.

— Una persona normal no reaccionaría así de rápido para escapar.- asentí con el ceño fruncido.

— Exacto. Además parecía que venía a por nosotros, sabía lo que hacía.- asumió.

— ¿Quién podría...?- Me detuve al sentir vibrar mi teléfono.— Dame un segundo.

Me aparté para contestar aprovechando que volvió la paramédica. Era Adrián. Le conté lo que pasó y quedamos en vernos en mi apartamento. Colgué la llamada volviendo con Ian, me aseguró que estarían bien, pero aún así decidí esperar y llevarlos en mi coche después de firmar muchos papeles para que no fuesen llevados al hospital, con el compromiso que mañana irían a revisión para descartar daños internos.

Mientras conduzco pienso y pienso sobre quién y porqué haría algo así. Hace unos meses tomé la decisión de retirarme del oscuro mundo en el que estaba y hasta hace poco pude hacerlo del todo. Hasta donde sé me retiré sin enemigos.
Lo hice por mi familia y por mí. Aprendí que puedo cambiar el rumbo de mi vida antes de que fuese tarde, aproveché la gran oportunidad que me brindó la vida y la verdad es que desde que lo dejé duermo mejor.

No hay mucho que contar sobre mi vida en estos últimos meses, pero sí cosas que han sorprendido por completo a mis amigos y a mi familia comenzando por mi retiro de la mafia. Una de las cosas que también acepté que necesitaba es la terapia, si, estoy yendo a terapia por increíble que parezca. Llevo años cargando muchos traumas que me dejó la infancia que tuve así como también las malas acciones que he cometido como por ejemplo matar gente. Aunque a las personas a la cual les quité la vida eran malas e incluso peor que eso, me siento arrepentido de haberlo hecho, no soy juez supremo para dictaminar su fin.

Mis pensamientos se ven interrumpidos al timbrazo de mi teléfono.

— ¿Bueno?- contesté.

— Damon, soy Hanna.- reconocí su voz desde el principio.— Escucha, te llamo para preguntarte si Alaia está contigo por si acaso.

— Hola Hanna.- saludé.— No, ella estaba en la casa de mi madre. Me fui de allí hace hora y media más o menos, quizá siga allá. Te enviaré el contacto de mi mamá para que la llames.- acomodé el teléfono.— ¿Alaia no te contesta?

— No.- Respondió menos preocupada.— Llamaré a tu madre. Te lo agradezco.

— No es nada. Si no la hallas me avisas.- dije.

Colgué la llamada en cuanto nos despedimos y le pedí el favor a Ian que le enviara el contacto. France se preocupó un poco pero Ian la calmó, mientras yo pensaba en lo extraño que era todo esto. Aunque quizá se pusieron a echar el chisme y se les olvidó mirar la hora.

En pocos minutos llegamos a mi apartamento, mientras estaciono el coche y ellos van hacia el ascensor, recibo otra llamada de Hanna.

— Cuéntame, Hanna.- contesté mirando por el retrovisor para estacionar el auto.

— Alaia no está con tu madre, me dijo que salió casi al igual que tú porque ya era tarde.- Habló preocupada.— Quedamos en qué pasaría por mi casa para entregarme una cosa. Han pasado dos horas y no contesta.

— Dame unos minutos, te llamo luego.- dije deteniendo el auto.

Colgué e inmediatamente llamé a mi madre para decirle que mire las cámaras y me contestó que justo iba de camino con Xavier al cuarto de las cámaras. Esperé algunos minutos y un jadeo de mi madre me confirmó lo que me temía. Rápidamente me explicó y quedó de enviarme el video. Rápidamente salí del sótano mientras Siri llamaba a Ian, le explique lo que sucedía y pedí que avisara a Hanna.

Conduje rápidamente hacia la casa de Holly ¿Quién más puede ser? Ahora entiendo lo de la accidente de Ian, no era nada más que una distracción.

— ¿Bueno?- respondí al número desconocido.

— Hola, cariño mío.- reconocí la voz de de ella.— Veo que ya sabes la noticia.

— ¿Qué carajo buscas con todo esto?- apreté el volante.— ¿Tienes acaso mi teléfono chuzado?

— Cariño, ese es el menor de tus problemas ahora.- vociferó después de soltar una carcajada.— Te espero en el puente aquel a las tres en punto de la mañana. Ven tú solo, no te haré daño, amor, será solo para hablar.- colgó.

Golpeé el volante varias veces con furia hasta lograr calmarme un poco.

— Adrián.- dije en cuanto me contestó la llamada.— Llama a Volkov, necesito su ayuda.

— ¿Estás seguro? ¿No hay de otra?- preguntó preocupado.

— Seguro.- Miré fijamente hacia lo que tenía en frente.— La tiene Holly, esta vez no pienso subestimarla y arriesgarme a perder a Alaia.

— En seguida me comunico con él.- Respondió.— Nos vemos en el mismo lugar de siempre.

— Gracias.- fue lo último que dije y colgué.

Volkov es de la mafia, un antiguo socio. Es de los más peligrosos y deberle un favor sale costoso. Pero estoy dispuesto a hacerlo por ella, no ha habido ni creo que haya mujer en mi vida como Alaia y no la pienso perder.

¡Hola, bellezas! Disculpen la demora.
Intentaré subir más seguido.

¡Hola, bellezas! Espero que les guste.

Ya entramos a capítulos finales.

Prepárense.

Chau, babes!