•Capítulo 9

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Pov's Damon.




Me sirvo un vaso de Whisky mientras reviso unos papeles importantes en mi apartamento. Ian está a mi lado en su laptop.

— Anoche te vi con Alaia.- habló con una mirada pícara.

— Es mi forma de llegar a la persona que tiene esas pruebas y además es mi estrategia para matarla a ella y su amiga Hanna.- Respondí sin quitar la mirada de los papeles.

— Pero mientras disfrutas cogiendo con ella, cabron.- Habló esta vez Adrien con una sonrisa burlona.

— Así es.- Me limito a decir.

— Según lo que me acaba de llegar al correo, Federico está aquí.- Dice Ian con el ceño fruncido.

— Ese mal nacido está deseando su propia muerte.- Dije apretando mis puños.— ¿Algún indicio de donde está?- Pregunté mirándolo.

— No.- Niega con la cabeza.— Pero ya mismo me pongo en esas.

Asiento y me paro del sofá para hacer una llamada. No dejaré que se quede con mi ciudad y mucho menos que intrometa sus narices en mis negocios.




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Entro al club de mala muerte y busco con la mirada a Jack, quien me dará información de Federico. Lo veo a lo lejos con dos prostitutas en sus piernas, así que me dirijo hacia él.

— Jack.- Digo llamando su atención.

— Ahora vienen chicas.- Dice empujando a una de ellas.— Damon Walterson.- Dice mi nombre con admiración.— Bien pueda y sientese.

— Al grano.- Dije con expresión neutra.

— Esta escondido en un taller de autos que está en San Diego. Es una fachada porque realmente ahí se hacen negocios sucios y según lo que me dijeron, esa gente que "trabaja" en el taller, es quien le ha estado dando información.- Dice mirándome.— Esta es la dirección.- Dice pasándome un papel.

— Aquí está tu dinero.- Dije pasándole un sobre amarillo con un fajo de billetes.— Como siempre tu buen trabajo es recompensado.

— A sus órdenes, jefe.- Dice revisando el sobre.

Asiento y salgo del horrible lugar. Jack, es un hombre de 40 años que es dueño de este club de mala muerte. Anda y conoce todo sobre el bajo mundo, así que para él es fácil con seguir mucho tipo de información. Lo que más me agrada del tipo es su lealtad.

Subo a mi auto y parto hacia el Club mío.
Una vez llego al club entro y subo las mismas escaleras de la otra vez, pero esta vez entro a la oficina que tengo aquí en donde puedo ver todo el panorama del club a través de una pared de vidrio, pero sólo se puede ver de acá hacia afuera. Me siento en mi escritorio y busco la dirección del lugar.

RUTHLESS [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora