•Capítulo 41

17.2K 1K 43
                                    



🖤🖤🖤

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




🖤🖤🖤


Pov's Damon.



Me desvío de la ruta que estaba siguiendo a la casa de Holly, para conducir hacia la avenida principal que me saca de la ciudad. Por cierto, llamé a Adrián desde otro móvil que tengo que no se puede rastrear ni intervenir.  El puente al que Holly se refiere es uno pequeño que conduce hacia unos cañaduzales donde años atrás teníamos un sitio donde se desaparecía a algunas personas. Un lugar que antes me parecía normal, pero hoy es turbio y me causa escalofríos.
Aprieto el volante recordando el monstruo que me convertí. Los recuerdos vienen como cascada cada vez que me acerco más al lugar. Así como llega la culpa y la voz dentro de mi cabeza que me recuerda lo peor de mí, aparece otra voz, la de mi terapeuta diciéndome que ello no define quien soy ahora y seré en el futuro, etc. Minutos después consigo mantener la calma y el equilibrio centrándome en salvar a Alaia, ella es la importante en estos momentos, no mi pasado ni presente.

En cuanto consigo llegar no veo a nadie en el punte que atraviesa un riachuelo. Es de noche y solo puedo ver lo que las luces de mi coche me permiten. Poco tiempo después aparece cruzando el punte Holly a pie. Me bajo del coche sin apagarlo sin la intención de caminar hacia ella, quien lo nota en seguida y sonríe deteniéndose en la mitad del estrecho puente donde apenas puede pasar un coche a la vez y cruza sus brazos.

— Haz venido solo. Buen chico.- Habló.

— Veo que lo tienes todo controlado.- espeté.

— Siempre.- sonrió cambiando de postura corporal.— Tengo casi una veintena de hombres rodeándonos, que no puedes ver gracias a la oscuridad de la noche. Digo, nada más te aviso por si acaso se te ocurre hacerme una jugada para salvar a tu putilla e irte con ella.- Habló con cinismo y sarcasmo.

— Gracias por avisarme.- sonreí y contesté de la misma forma.— ¿Qué quieres? ¿Para qué me citaste aquí?

— Bueno, tan solo quiero explicarte el juego y sus reglas.- sonrió con una alegría exasperante y cínica.— Somos cuatro jugadores, Alaia también está jugando.- comentó con diversión.

— ¿Quién es el cuarto jugador?- fui al grano. Si me pongo a decirle lo patética que es perderé tiempo y saliva.

— Adivina.- dijo con entusiasmo.

— Holly, no estoy estas ridiculeces.- apreté los dientes.— Dime exactamente que es lo que quieres, que es lo que debo hacer para que dejes a Alai libre y quien es el puto cuarto implicado en esto.

— Está bien.- fingió un puchero.— Igual quiero empezar ya el juego.- sonrió.— Es Gary.

Apreté los puños con fuerza. Sabía que él no había vuelto a buscar a Alaia con buenas intenciones.

— Así como yo estoy enamorada de ti, él lo está de Alaia.- espetó.— Y para ser justos solo pueden haber dos jugadores o quizá uno.- alzó sus manos al aire.— No lo sé. Los dos estamos dispuestos aún a morir luchando por lo nuestro.

— Eres patética.- proferí con desprecio sin poder contenerlo.

Su sonrisa desapareció y sacó el móvil pulsando algo y lo llevó a su oído.

— Primera regla rota. Hazlo.- dijo con frialdad.— Umm, lo lamento por ti, pero pactamos las reglas.- fingió tristeza.

Fruncí el ceño confundido para luego temer que le hicieran daño. Ella pulsó otra tecla y extendió el móvil hacia mí, lo siguiente que escuché fue un grito.

— ¿Qué mierda han hecho? ¿De qué puta regla hablas?- Me lancé hacia ella furioso y confuso con la situación.

Rápidamente apareció alguien de entre la oscuridad tomándome por el cuello por detrás.

— Hey, hey, calma, Tony.- dijo a quien me sostenía.— Suéltalo.

Antes de que lo hiciera lo golpeé en el estómago a lo que Holly se interpuso antes de que él reaccionara.

— Rompiste una de las reglas del juego.- Habló dirigiéndose a mí.— No insultar al oponente. Regla número dos.- sonrió.

— Ni siquiera las habías recitado, no se vale que aplicaras la pena.- proferí molesto.

— Reglas son reglas. No tengo la culpa de que te dejases llevar por tus impulsos.- caminó de nuevo hacia la mitad del puente.— Tú y Alaia son nuestros oponentes, Gary y yo somos sus oponentes. Regla número uno: no usar la fuerza ni violencia física con ninguno de los oponentes. Regla número dos: no insultar a ninguno de los oponentes. Regla número tres no llamar a la policía ni a ningún agente externo. Regla número cuatro, solo los anfitriones pueden hacerlo y esos somos Gary y yo.- sonrió.— Un poco injusto, lo sé, pero qué le vamos a hacer. Así es la vida. Regla número cinco, el juego es sin ningún tipo de arma ni aparato electrónico, excepto el móvil que se te entregará donde solo te podrás comunicar con nosotros.- hizo una seña.— Así que Ben te requisará y quitará todo lo que tengas en este mismo instante.

Apareció otro hombre quien me requisó y quitó todo lo que traía.

— Te acompañarán dos de mis hombres a las misiones que tienes que hacer. No intentes nada, cariño, porque tienen orden de lastimarte e incluso pueden dejarte inconsciente.- guiñó un ojo.— Son expertos en hacerlo sin matarte.

Me mordí la lengua para no insultarla, deseaba decirle hasta de que se iba a morir.

— ¿Tienes alguna duda?- Preguntó.

— ¿Qué pasa si incumplo alguna de las reglas? A parte de lastimar a Alaia.- estoy seguro que mi mirada era de odio absoluto.

— Oh, lo olvidaba.- sonrió.— La consecuencia de todas es la misma, ella será lastimada en caso de que tú incumplas alguna y tú serás lastimado en caso de que ella incumpla alguna.

— ¿Y ustedes?- alcé una ceja.

— Para que no digas que soy injusta, uno de mis hombres nos darán un pequeño golpe en caso de que incumplamos alguna.- su sonrisa era malévola.

Reí sin gracia, irónicamente.

— Ya se pueden ir a la primera misión.- ordenó mirando a Ben y otro que no conozco.— Recuerda, cariño, no cometas ninguna locura. Te amo.

Gritó mientras caminaba hacia donde me dirigían los dos gorilas. Así les llamaré de ahora en adelante. Me abstuve de mostrarle mi dedo del medio.

Me hacen subir a un coche y me entregan un sobre de Manila.

Estoy en manos de un par de desquiciados ¿A quien en su sano juicio se le ocurre hacer esto? Pensé que me secuestraría ella a mí, que haría algún intercambio o nos llevaría a los dos y le haría daño a ella para amenazarme. Me imaginé un montón de escenarios, pero nunca algo tan ridiculo como esto.









¡Hola bellezas! Perdón la tardanza. 😬
Ya casi acaba. Dos capítulos más y se termina.
Chau, babes!

RUTHLESS [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora