Capítulo 02.

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— ¡Joder, Tomlinson!, ¡estamos tarde! — Zayn entró al cuarto sin previo aviso, despertando a un entorpecido Louis que pronto llevaba una de sus manos a su rostro para frotar sus ojos como un niño pequeño.

— No me grites, ¿qué sucede? — preguntó, con voz adormilada.

— ¿Acaso no ves el sol? — Louis miró por la ventana. Era un día completamente nublado y oscuro como todos en Inglaterra. Negó con un leve puchero.

— No veo una mierda. — se giró en su lugar y agarró el reloj en un bostezo.

12:36 pm.

Louis abrió los ojos como huevos.

— ¡Zayn!, ¡el estudio abre a las 12!, ¿por qué no me despertaste antes? — el ojiazul salió de su cama de un salto y, sin esperar respuesta alguna, corrió a prepararse para el día de trabajo.

...

Caminaban a paso rápido y suspirando de cansancio de vez en cuando. Louis cargaba bajo su brazo un gran archivador lleno de dibujos y diseños sin terminar para agregar a la colección de la tienda. Se trataba de un pueblo pequeño, sí, pero el punto a favor era que varios motociclistas e incluso pandillas de ellos solían atravesarlo para llegar a sus destinos y ninguno de ellos se iba sin una marca de Louis Tomlinson, además, la paga no era despreciable. Eso es lo bueno de ser el mejor en tu trabajo.

- ¡Vamos, vamos!, pon esas piernas a marchar que vas a engordar con tanto rega... ¡hey! - Louis iba tan distraído mirando hacia atrás regañando a su amigo que, sin querer, chocó con algo, o alguien.

— Oops. — Harry sonrió de forma juguetona al ver el cambio de indignación a sorpresa en el rostro del ojiazul cuando lo vió.

— Hola. — dijo Louis, reincorporándose al notar lo tonta que había sido su reacción.

— Llegas tarde. — continuó el rizado con esa sonrisa que hacía que Louis viera pajaritos en el aire.

— Sí, bueno, ya estoy aquí. — respondió él. Se acercó a la puerta del estudio y puso la carpeta entre sus muslos mientras, con dificultad, trataba de encontrar la llave y abrir. - Vamos, basura, abre... - exclamaba fastidiado en aquella incómoda posición. De pronto, un toque indebido lo hizo girar en menos de un segundo, encontrando su carpeta en las grandes manos de Styles. Sus ojos se encontraron, pero Louis solo pudo atinar a volver a girarse rápidamente y en silencio para volver a la tarea de abrir la puerta. Sentía que estaba tan rojo que seguro explotaba.

— ¿También tendré que dejar a mi perro fuera hoy? — preguntó Harry en el umbral de la puerta. Louis ni siquiera había notado la presencia del animal.

— Seguro, no querrás que salive sobre tu tatuaje mientras lo hago, se infecte la herida y al final te de necrosis, ¿o sí? — respondió el chico, dirigiéndole la mirada solo al hacer la pregunta.

— ¿Sarcasmo hiperbolizado en el aire o solo soy yo? — el más alto amarró la correa del animal en un poste fuera del estudio y entró, asombrándose por segunda vez respecto a lo ordenado y artístico que era todo dentro de ese lugar.

— Solo eres tú. — Louis comenzó a buscar entre sus papeles del escritorio mientras Harry, sin previo aviso, comenzaba a quitarse la chaqueta y la camisa.

— ¿Desde cuándo dejé de ser "señor"? — preguntó con gracia.

Una sonrisa de satisfacción se posicionó en el rostro de Louis al encontrar el diseño de la noche anterior, la cual se borró apenas levantó la vista hacia su cliente que ya estaba únicamente con una camiseta blanca que le dejaba los brazos al descubierto, mostrando marcas de tinta previas en su piel. Su boca se abrió ligeramente, atinando a decir algo, pero nada salió de esos rosados y finos labios. Sus ojos se encontraron con los de Zayn, quien observaba la escena desde atrás en silencio e igual o más sorprendido de lo que estaba Louis, pero no por el ojiverde, sino por la reacción de su amigo.

— Amh... yo tengo otro cliente que atender, estaré en el box 2. — escapó el morocho, haciendo que Louis reaccionara.

— Debo ir a lavarme las manos, túmbate. — y a la vez, Louis también escapó.

Se encerró en el baño y apoyó sus manos sobre el lavabo, respirando agitado. ¿Qué estaba ocurriendo con él?

— Vamos, tonto, vamos, ¿qué sucede? — se preguntó a sí mismo, levantando la mirada y viéndose fijamente en el espejo, pegándose rápidas y leves cachetadas en ambas mejillas. — Es solo un rarito, un rarito tan rarito que te estaba esperando en la jodida puerta de tu estudio. — sus mejillas ya estaban rojas, y aún no sabía si era por los golpes o por lo ocurrido unos segundos antes. — Un rarito guapo... eso es lo que es, un rarito al que quiero hacerle una buena... —

— ¿Disculpa?, ¿estás bien? — unos golpes en la puerta y una voz grave tras ella provocaron su sobresalto y que sus mejillas se encendieran aún más.

— Una buena demostración de mi arte, una buena demostración de mi arte... — susurró tomando aire exageradamente. — ¡Todo bien, ve a tu sitio! — pidió con la mayor calma posible, sintiendo como los pasos se alejaban de la puerta. Soltó el aire que no sabía que había estado conteniendo y refrescó su rostro en agua, casi ahogándose en ella.

Salió con la mayor dignidad posible, como si nada hubiese sucedido, encontrándose con un Harry tumbado y de manos cruzadas sobre su abdomen que lo miró apenas apareció en la habitación.

Louis agarró el diseño, se sentó en una silla muy cercana al cuerpo del ojiverde y se lo entregó, esperando alguna reacción.

— Me gusta mucho. — y el rostro de Louis se iluminó — Quiero que esté aquí. — continuó el hombre, señalando una parte casi interna de su antebrazo izquierdo, un poco más abajo de su hombro — Louis asintió, agradeciendo que no fuese en algún lugar "peligroso".

— Bien, me prepararé. — el chico se levantó y caminó hacia un mesón en donde tenía todos los implementos necesarios para realizar el tatuaje. Se colocó unos guantes blancos, una mascarilla, y tomó los instrumentos, acercándose de nueva cuenta al ojiverde.

Louis tomó con cuidado el brazo de Harry y no pudo evitar el sentimiento de querer tocar su piel sin guantes de por medio, pero reprimió todo pensamiento para no fallar en su trabajo y quedar mal frente a él. Limpió el área del tatuaje y colocó el papel que le dejaría el bosquejo guía antes de comenzar a tatuar. Pegó el papel con prolijidad y de manera profesional, sintiendo la mirada atenta de Styles sobre él, pero no se desconcentró. Quitó el material con cuidado y, cuando la guía había quedado, soltó un suspiro de satisfacción al notar lo bien que quedaría ese tatuaje en él. La tinta morada de ese papel hacía que su piel luciera aún más bonita y pálida de lo que ya era.

— Sin duda eres el mejor en lo que haces, ¿no? — preguntó él con una notoria sonrisa, encontrándose con los ojos más hermosos que algún día hubiera visto. Louis había atrapado a Harry desde el primer día que llegó, en el momento que los descubrió a él y a su amigo observándolo sin cuidado por el ventanal.

— Bueno, debo serlo, sino probablemente estaría durmiendo en la calle ahora mismo. — Louis bajó la mirada, buscando la maquina para tatuar y tomándola entre sus dedos — ¿Listo? —

— Siempre. — y Louis comenzó a marcar su piel.

Gucci INK. [Larry Stylinson L.S.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora