Gucci INK. [Larry Stylinson L.S.]

Capítulo 24 1/2.

Viernes.

Desde aquella noche del miércoles habían pasado un par de días sin salir de casa.

Ya era viernes por la tarde y estaban deshechos en la cama, completamente exhaustos y sudorosos luego de volver a hacer el amor por... ¿cuarta vez? Y eso solo durante el día.

No sabían nada de Liam y Zayn, pero suponían que seguían vivos, o eso esperaba Harry al menos.

Él trato de salir, de verdad, pero aquel cuerpo pequeño metido en la cama, susurrando tentaciones en su oído, no se lo permitían.

Cada beso, cada caricia y cada gesto se volvían íntimos de inmediato y, de esta forma, la casa, rodeada por la nieve y los vientos infernalmente fríos, se encendía en llamas al segundo de ellos tocarse.

Todo parecía ir perfectamente bien. Ambos estaban sumamente cómodos con todo y el amor que dejaban ver con cada acción no dejaba de emanarse por montones a sus alrededores. Habían tomado mucha más confianza y se descubrieron en todas las formas que creían necesarias.

El sexo se había puesto más sucio, más rápido, más duro, y ellos lo amaban.

Unos insistentes golpes en la puerta los puso fuera de su trance por el otro una vez más. Sus compañeros habían estado viniendo durante ese tiempo para comprobar que estuviesen vivos aún o algo así. Solían ignorarlo, pero esta vez parecía serio.

— ¿Crees que debamos abrir? — preguntó el rizado en un susurro mientras acariciaba la espalda baja de Louis con el dedo índice de forma lenta, quien estaba pegado a su costado derecho, con una pierna encima de la propia.

— Han pasado un rato desde la última vez que vinieron. Tal vez sea hora... — respondió del mismo modo, dejando ver su rostro con aquellos ojos brillosos y llenos de vida. — Bien, iré. —

Se levantó de la cama como pudo y Harry, que comenzó a hacer sonidos extraños en forma de gruñidos como protesta, lo tomó de la mano.

— Al menos dejame comerte una vez más, por favor. — imitó la expresión de un cachorro triste con su rostro e hizo sonidos similares a este, aunque rió con gracia cuando una almohada fue estampada cruelmente en su cara mientras la risa de Louis se alejaba escaleras abajo.

El azulino, completamente desnudo, dio una mirada rápida a la plata baja de la casa y se acercó al sofá. — ¡Ya voy! — tomó uno de sus bóxers y una camiseta ancha de Harry que le llegaba hasta medio muslo y se la colocó, sintiéndose diminuto y cómodo.

Se acercó a la puerta principal y abrió, encontrándose con el moreno y Liam tras ella.

— Joder, Louis, estamos a dos grados bajo cero, ¿no tienes frío? — preguntó su amigo, adentrándose en la cabaña junto a su acompañante. Louis cerró apresuradamente tras ellos.

— ¿De verdad hace frío? — una expresión de completa confusión lo invadió y Liam rió. No era como si él y Zayn estuviesen congelados dentro de su morada tampoco.