Capítulo 09.

2K 310 212
                                    

— Tengo dos citas programadas en veinte minutos y supongo que no tardan en llegar, así que me quedaré aquí con Liam para enseñarle mejor todo y poder recomendar su estilo de dibujo, ¿te parece bien? — comentó el moreno mientras se sentaba en el es...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Tengo dos citas programadas en veinte minutos y supongo que no tardan en llegar, así que me quedaré aquí con Liam para enseñarle mejor todo y poder recomendar su estilo de dibujo, ¿te parece bien? — comentó el moreno mientras se sentaba en el escritorio.

— Seguro. Harry quiere un tatuaje nuevo así que estaré con él en el box 3 para diseñar el pedido. — y así, sin más, desaparecieron de su vista por las escaleras.

El box tres era el más alejado y silencioso del estudio aún cuando la tienda no era excesivamente grande, sin embargo, se trataba del favorito de Louis ya que abarcaba toda la extensión del segundo piso. Él, con suma paciencia y dedicación, lo había pintado y decorado exactamente como lo había imaginado toda su vida, le había colocado luces de muchos colores y sentía que el aire circulaba excelentemente en ese lugar a causa del ventanal, una tontería, pero odiaba sentirse claustrofóbico.

Harry observó el sitio con fascinación y la boca ligeramente abierta en una sonrisa. Sí, definitivamente era el tatuador que había buscado toda su vida. A paso rápido, el ojiverde se sentó frente a un escritorio, agarró un lápiz que había por ahí junto con una hoja blanca y comenzó a garabatear en ella. Louis observó con gracia al chico y, dejando escapar una risa, se sentó a su lado con suavidad.

La diferencia en sus estaturas no era exagerada, pero notoria. Al principio a Louis le había parecido un poco molesto, pero ahora no sabía muy bien cómo se sentía respecto a ello.

— ¿Qué se supone que es eso? — Harry soltó el lápiz con exageración y le dio una mirada al azulino llena de indignación.

— Es la rosa, ¿eres ciego? —

— Pues creo que tendré que ir al oculista porque eso parece un árbol en épocas de otoño que fue chocado por un camión de los Transformers o algo así. — Harry rodó los ojos y volvió a su dibujo.

— Qué dramático eres. —

Louis rió otra vez. Le quitó la hoja con el dibujo y colocó otra nueva bajo sus manos.

— Vamos, inténtalo de nuevo. — alentó el tatuador, sabiendo que al final sería él quien tendría que dibujarlo.

A Harry no lo convencía ninguno de sus propios dibujos, sin embargo, no se daba por vencido; estaba siendo muy perseverante con el tema pero, cuando desechó la cuarta hoja, sintió la desesperación brotar por su cuerpo y soltó un bufido cargado de rabia y enojo consigo mismo, arrojando el lápiz a la mesa y cruzándose de brazos.

— Hey, no hagas eso... — Louis, tratando de acercarse despacio, deshizo el amarre que habían hecho los brazos de Harry sobre su pecho, volvió a tomar el lápiz y lo puso en la mano ajena, luego, puso su propia mano sobre la de él y le acercó una hoja blanca. — Primero comenzamos con el centro de la rosa... así. — Louis había movido la mano del menor sobre el papel y habían dibujado el inicio de su bosquejo — Luego hacemos el primer pequeño pétalo... ¡muy bien Harry! —

La voz de Louis era tan pacífica y calmada que Harry solo se dejaba hacer en ese instante. El tacto de sus manos se sentía tan bien y su temperatura tan tibia que creía que estaba en las nubes.

"¿Por qué no puedo ser como Louis?" se preguntaba.

Los ojos del más alto viajaron hasta sus manos unidas y notó la diferencia entre ellas; las del castaño eran pequeñas y apenas alcanzaban a cubrir las suyas con dificultad. Giró lento su rostro hasta encontrarse con un concentrado compañero a su lado observando el dibujo mientras movían sus manos.

Louis estaba levemente sonrojado y podía sentir que temblaba un poco sobre su mano, Harry no entendía por qué parecía estar tan nervioso, pero lo hacía lucir hermoso. De pronto, sus miradas chocaron y se percató de la corta distancia que los separaba, tan mínima que la respiración del contrario chocaba contra su rostro. Un susurró lo sacó de sus pensamientos.

— ¿Ves lo simple que es realizar un... — las palabras de Louis se habían visto interrumpidas por un inesperado beso que Harry había estampado contra sus labios.

No era pasional, ni mucho menos fogoso, se trataba de una simple presión en sus labios que los unió durante cuatro segundos, los cuatro segundos más dulces en la vida de Harry.

Al separarse, el rizado juntó sus frentes y, mientras mantenía sus ojos cerrados, una sonrisa surcó sus labios, la cual desapareció al instante de sentir cómo Louis se levantaba de su asiento en silencio y abandonaba la habitación.

Harry esperó un rato hasta que Louis volviera.

Pero no apareció.

Harry decidió irse.



Gucci INK. [Larry Stylinson L.S.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora