Gucci INK. [Larry Stylinson L.S.]

Capítulo 15.

— ¿Alemania? —

— Nein, sitzpinkler, deben ser vacaciones, no un lugar donde sienta que le están gritando o amenazando cada vez que diga algo. — refutó el rizado.

Hall y Harry se hallaban mirando un pequeño globo terráqueo mientras decidían dónde sería el lugar idóneo para pasar unas vacaciones y quitar el estrés de los tatuadores. Sabía que sería una semana bastante pesada para Louis y tuvo la idea de hacer algo lindo por él, por lo que tenía a su amigo barbudo quien le haría el favor de conseguir alojo a un precio bastante conveniente en el país que se les diera la gana.

No sabía como sería el proceso para conseguir tales sumas, pero prefería mantenerse en la ignorancia.

— Mmh, ¿qué hay de Francia? Ahí hacen un aligot excelente. — propuso el castaño, emocionado por la idea de una cena frente a la Torre Eiffel.

— Ugh, no, el aligot sabe a mierda. — la expresión de asco en Hall hicieron que Harry arqueara una ceja.

— J'aime le aligot. —

— Tú aime muchas mierdas, Styles. — Harry, luego de fingir sorpresa por el insulto, soltó una risa.

— Hace un rato me habías hablado en noruego, tal vez ahí sería una buena opción. — Hall le miró con algo de extrañeza, tratando de descifrar su mirada.

— Sí. Hay familia ahí, pero es un lugar muy frío por estas fechas. —

— Nada que un calentón no pueda quitar, ¿o sí? — una estruendosa y ronca risa fue soltada por el hombre de barba, contagiando un poco al ojiverde.

— Harry siempre está en lo correcto. — cuando su risa fue más calma, su expresión de seriedad volvió — También necesito algo. —

— Mientras no trate de algún cadáver puedes contar conmigo para lo que sea. — casi pudo sentir cómo caía de su sitio a causa del golpe "amistoso" que le había sido proporcionado.

Este hombre le caía muy bien.

— Gucci. —

— ¿Gucci? — Harry negó un par de veces — necesito algo más de información, amigo. —

— Traje Gucci. —

— ¿Para ti? — Hall asintió con la mirada abajo, casi avergonzado de su petición — ¿Se puede saber por qué? —

— Tú necesitas cabaña, yo necesito traje, no hay más allá. —

Harry asintió, comprendiendo que no querría saber mucho sobre los favores que se harían entre ellos — Un traje, bien. —

La noche había caído fría y las nubes, que amenazaban con comenzar una fuerte tormenta en cualquier momento, cubrían cada pista de un cielo estrellado para sus ojos.