" Dormí increíblemente bien anoche, gracias por no soltarme en ningún momento.
Te veías muy lindo dormido, así que no quise despertarte, pero te cociné un estupendo plato de leche y cereales, disfrútalo.
Estaré en el estudio para cuando decidas levantarte.
Un beso.
— L. xx "
Una rosa roja reposaba junto a la nota que Louis había escrito a mano y había dejado en su velador. Harry estaba fascinado, encantado. Le había parecido el detalle más lindo que en su vida había recibido.
Dejo salir una suave risa mientras una sonrisa embobada se adueñaba de sus labios. Estiró una mano y tomó el bowl con cereales que el azulino le había dejado, negando con la cabeza por el esfuerzo que él había hecho, incluso si no sabía nada de cocina, lo comió con gusto.
Al acabar, se levantó lleno de energía y caminó hasta su closet, escogiendo el conjunto adecuado para el día. Un pantalón negro y una camiseta del mismo color de cuello y mangas largas, además de un pañuelo a juego y una chaqueta blanca.
Se duchó con calma, tarareando letras de canciones que llegaban a su mente y disfrutando de la cálida sensación de la lluvia artificial empapando su blanquecina piel. Cuando estuvo listo salió, se miró en el espejo y sonrió.
Hoy sería un buen día.
Mientras se vestía, se puso a pensar en cómo Louis estaba siendo un cambio para mejor en su vida. Antes de él todo se trataba de sonrisas falsas y simplemente continuar sobreviviendo.
Sí, había pasado ya bastante tiempo de que estaba solo y no solo en el ámbito amoroso, por ello, el haber encontrado al chico de ojos azules implicó que todos sus esquemas se derrumbaran y sus ganas de vivir la vida fueran únicamente en ascenso.
Se puso algo de su perfume favorito, Tobacco Vanille, arregló su cabello con sus manos, se dio unos cuantos golpes en la cara para relajarse y salió de casa hacia la tienda en diagonal a su hogar.
Al entrar, le pareció ver a la criatura más dulce y hermosa de todo el mundo.
Ahí estaba él, vestido con un jeans suelto, unas zapatillas blancas dejando ver un par de calcetines del mismo color y una sudadera negra bastantes tallas más grandes que la propia. Sus ojos color cielo sumidos en algún papel sobre el escritorio, con el cabello desordenado y su mano derecha concentrada en moverse con precisión para conseguir el dibujo deseado.
Louis era un ángel. Un pequeño y hermoso ángel.
— ¿Hola?, ¿estás ahí? — la mano de Liam se movió delante de su rostro mientras lo observaba con gracia — Parece que has quedado embobado, ¿no es así? — el tatuador rió, obteniendo una sonrisa avergonzada por parte del rizado.
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Gucci INK. [Larry Stylinson L.S.]
FanfictionDonde Louis trabaja como tatuador en un pueblo pequeño y su cliente habitual es un hombre extraño llamado Harry. 02/08, #1 en ranking "1d"