¿Cuál es la recompensa de una gran batalla? Preguntaban con sarcasmo los mortales, que preferían una vida tranquila y solo veían en la lucha una constante perdida. Yoongi es diferente, es de los que mira hacia el cielo, recordando todas las que había tenido con emoción y nostalgia, desde que eligió por convicción el camino interdimensional para fortalecer su espíritu animal, renunciando a una vida mortal de cambia-forma. Para él cada lucha era una ganancia; poder cuando se ganaba, experiencia cuando se perdía, conocimiento en cada momento de la misma. El Zorro era un aficionado a pelear, estaba en su esencia. Sin importar cuanto dolor y sacrificio supusiera subir el número de sus colas, el sentimiento de poder que lo embargaba con cada peldaño, lo compensaba absolutamente todo.
El problema es que no puede haber una gran cantidad de Kitsunes, aquellos ancestrales zorros espirituales de gran poder. El núcleo de energía tenía sus reglas, que solo permitían la pequeña cantidad de seis, donde la más poderosa era la guardiana definitiva de la dimensión Chitra con 9 esplendidas colas, siendo de menor rango los que decrecían hasta el último pero el primero para los mortales; Hoseok, que ostentaba 4 maravillosas colas.
Yoongi había alcanzado la meta de la mayoría de los guerreros de la dimensión, tres colas, su lugar en ese plano rebosante de magia y una longeva vida estaba asegurada, pero él fue avaricioso, quería más. Creyendo que lograría vencer al primer Kitsune, un Zorro con siglos de vida que fue un estratega de guerra para uno de los imperios más grandes y prósperos en la antigüedad. Fue una idea arriesgada y aunque al final perdió, la batalla le dio una valiosa ganancia. Durante su reflexión, supo interpretar lo que experimentó a lo largo del enfrentamiento, sintió que lo hubiera logrado, en su propia piel pudo percibir la victoria, hasta que su contrincante empezó a brillar, haciendo uso de la superioridad de su poder, venciéndolo en un golpe contundente que lo dejo en el piso por días.
Allí lo entendió, la jerarquía de los Zorros no permitiría que ningún extraño se hiciera con más poder, adrede no permitían que otros guerreros trascendieran, para ser los únicos, para no perder sus beneficios. ¿Quién le creería? Nadie se atrevería a cuestionar a los nobles Kitsune y era imposible vencerlo cuando poseían una ventaja que los volvía Inmortales.
Entonces a Yoongi se le ocurrió un plan alterno, uno muy peligroso, el solo conocimiento de que lo estaba llevando a cabo, lo pondría en un plano dimensional oscuro, en una condena perpetua. No le importaba, el riesgo lo valía, pero rompiendo su código moral, necesitaría involucrar a otro, un ser pequeño, que cumpliera las características físicas de ser ligero, ágil, con un sentido del oído desarrollado, que pudiera saltar muy alto y correr a través de túneles estrechos y oscuros. Además de una característica emocional, que le fuera totalmente fiel, un Omega manipulable dispuesto hacer cualquier cosa por él. Aquello solo se conseguía por medio del amor, ese sentimiento dependiente que el Zorro tanto aborrecía, pero que usaría por primera vez para su beneficio.
Sonrió al ver a lo lejos a Jimin acercándose, mostrándose temeroso, algo entendible porque la seducción que había utilizado sobre la voluntad del conejo, había perdido fuerza. Aun así le sorprendía que el cachorro se mantuviera firme en su trayecto hacia él, lo que auguraba una buena señal para su plan. El pequeño encontró algún apego emocional fuera de su hechizo, lo suficientemente fuerte para hacerlo volver aun en contra de su instinto. En definitiva Yoongi no se había equivocado, encontró al Omega perfecto para sus ambiciones.
El Conejo subió los peldaños, sin apartar su mirada de los cálidos ojos del Zorro, que cobraron la intensidad del naranja que combinaba a la perfección con la cabellera del adulto. Su sola presencia lo hacía sentir seguro, espantando todo sus miedos y dudas, le gustaba esa sensación, no quería volver a perderla. Saltando con alegría acorto la distancia –Señor Yoongi, perdóneme por todos los inconvenientes- Susurro apenado, mirando por poco tiempo hacia arriba, porque el Alfa bajo hasta su posición, sobándole la coronilla con ternura, caricia que agito el corazón del pequeño.
-No te preocupes pequeño, me alegra que tengas personas que se preocupen tanto por ti. Además con la ayuda de tu hermano no será un trabajo tan pesado, por lo que poder contarte historias sobre mi estadía en el portal ¿Qué te parece? ¿Quieres conocer más sobre mi especie?- Jimin asintió de inmediato, curioso por saber más sobre el extraño fenómeno que vio la primera vez que entro a esa casa aterradora, pero sobretodo más de Yoongi, sabía que era una buena persona, quería que sus hermano lo entendieran, porque su corazón parecía empeñado en estar cerca del depredador.
-Yo también le contare todo lo que se, será un experto sobre los conejos- Prometió inocente.
-Eso quería oír, ahora vamos con tu hermano para elegir las flores- Alzo en sus brazos al cachorro, que con una gran sonrisa, donde sus esponjosas mejillas escondieron en dos media luna sus pequeños ojos, encanto al Zorro, en definitiva esos esponjosos seres eran demasiado tiernos para no sentirse afectados en su presencia.
CONTINUARÁ
Hola, en este pequeño giro argumental quise presentar un poco más sobre Yoongi, afianzar aspectos de su personalidad y explicar la jerarquía dentro de los portales. Abordare luego algunas dimensiones y su funcionamiento en otros capítulos, todo con calma, cualquier duda pueden preguntar. Con cariño, Aqua.
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¡Que te seduce el zorro![1] /Yoonmin (Omegaverse)
FanfictionLos hermanos Jumper son muy conocidos por todos, por ser los tres conejitos más adorables que pudieras conocer en la pradera. Escandalosos al jugar, demasiado curiosos al saltar de aquí para allá, se meten en problemas con la misma facilidad que en...