¿Hablamos de traición?

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Existían diferencias abismales entre un cachorro y un adulto, eso era de todos los especímenes  orgánicos, aunque su transición o el proceso de una etapa a otra, distaba de cada especie e individuo

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Existían diferencias abismales entre un cachorro y un adulto, eso era de todos los especímenes orgánicos, aunque su transición o el proceso de una etapa a otra, distaba de cada especie e individuo. Los Lepóridos se diferenciaban enormemente de los Roedores, aunque fueran cercanos, sus límites eran claros y odiaban ser confundidos. Los Conejos y Liebres tienen cambios mucho más abruptos que la mayoría, lamentablemente no pasaban por la pubertad, por lo que su transición de niño a un joven adulto era sin mentir, de un día para otro. La razón residía en que sus ancestros evolucionaron con el propósito de ser una plaga como forma de protección, donde su mayor ventaja genética era que su madurez sexual se daba de inmediato para tener camadas numerosas que fueran dependientes el menor tiempo posible. Esto aumentaba sus números exponencialmente en un año, por mucho que fueran mermados por depredadores.


Con el tiempo, esta habilidad fue puesta al servicio de los Zorros, que veían a las peludas criaturas como sirvientes recargables, prácticos y multiusos. Creando a lo largo de la historia, una relación de depredador-presa característica, llena de esclavitud, abusos y recaídas, muchas, que solo afianzaron el rencor entre las especies...después de todo los Conejos aprendieron a las malas, que esa era la naturaleza del Zorro, engañar con astucia, con su seducción natural enredaban a sus objetivos, para después tomar todo lo que necesitan y luego desechar al desafortunado.


Yoongi nunca quiso seguir ese camino, su padre se había enamorado de una Loba, una honorable Omega que le había enseñado buenos valores. Por eso le molestaba ser señalado de esa manera, porque a lo largo de su prolongada vida, había luchado por sí mismo, por absolutamente todo, desde la oportunidad de entrar al mundo Primogenio hasta su ascenso, por lo que estaba completamente orgulloso por sus logros. El problema era que su caso era único, aparte de su hermano, que veía la manipulación como una técnica baja. Le molestaba ser espectador diario de los embustes de sus semejante, de cómo usaban los dones naturales de la especie de formas tan malvadas, hasta con los propios, siendo la realeza zorruna, los Kitsune, los mayores embusteros.


Se frotó el entrecejo, sintiendo como la luz natural le quemaba la retina, saliendo al jardín mientras pensaba en la ironía de su pensamiento, quería convencerse que no iba hacerle daño a Jimin, que solo necesitaba un pequeño conejito, uno que no conseguiría de forma honesta, porque ninguno en su sano juicio confiaría en uno.


Bostezo llevándose una taza de café a los labios, no era una persona madrugadora, por lo que le sorprendía que los Conejos si lo fueran, después de todo habían escuchado que eran más nocturnos. Pero los instintos como los mitos son cuestionables, podía observar por breves periodos al Cachorro, que laborioso escava, sumergiéndose en la tierra con una facilidad comparable a la de su hermano mayor. Ambos Conejos pasaban minutos escarbando, solo podías saber dónde estaban porque por donde pasaban la maleza desaparecía, quedando pasto verde y suave, como magia.


Cuando salían dejaban hoyos perfectos para plantar, en una eficiencia que le parecía cada vez más impresionante. Jimin aún era muy pequeño, aunque crecería apenas cumpliera 15 años, estaría débil un año entero. No podía llevar a un cachorro a través del portal, eso ya lo sabía, estaba preparado para que su plan tomara tiempo, por eso creo toda la tetra, para que nadie sospechara. Tampoco seducir a un Conejo de la edad de SeokJin, su seducción era débil, no tendría el mínimo efecto, la única ventaja que le suponía era persuadir el miedo, hacer más fácil que un cachorro se sintiera a gusto y en confianza, lo demás, dependía de que tan bueno fuera enamorando al pequeño.


-Hey Jimin- Llamó al Conejito que salía de la tierra todo sucio. Le agrado ver como entre saltos el peludo animal frotaba su cabecita contra su palma. Con delicadeza sobo entre las orejitas mientras le ofrecía un vaso de agua.


Jin miro la escena con recelo, porque no terminaba de confiar en esa relación fraternal que parecía crecer entre esos dos, aunque en su cara peluda sus orejas solo estaba pegadas a su cabeza, mientras sus ojos se mantenían como rendijas, con su naricita moviéndose hiperactiva. A la vista de Namjoon, que se encontraba espiándolo con binoculares desde el segundo piso, el conejito parecía bastante molesto.


Sonrió en grande a la par que negaba divertido, de alguna forma lograron convencer a ese obstinado Omega de confiar, pero ahora él era quien estaba dudando de su hermano, porque era obvio que aunque todo pareciera una sucesión de casualidades, había un trasfondo elaborado, simplemente su hermano era un guerrero, su instinto era frío y realista, poseedor de un autocontrol envidiable y un humor comparable con Cancerbero; para que de repente cambiaria de un momento para otro, convenciéndolo que añoraba una vida tranquila. Allí había algo, Nam iba averiguarlo...además si se ponía de lado de Jin, tal vez no le caería tan mal, una complicidad secreta creaba lazos.


Miro hacia la tierna e inverosímil escena de su Hermano haciéndole cariñitos a un cachorro, buscando la típica incomodidad que este adoptaba cuando se forzaba a hacer algo de su desagrado. Yoongi parecía particularmente feliz, manteniendo un juego de mimos con Jimin, donde ninguno de los implicados mostraba intenciones de querer pararlo. El Zorro se sintió vigilado y miro en dirección a su hermano, dedicándole una mirada clara, donde fruncía cómicamente toda la cara, como si hubiera probado algo acido, haciendo reír a carcajadas al menor, ganándose la atención de todos. Namjoon pensó que era bastante cruel traicionar de cierta forma al mayor, solo para conseguir la simpatía de un Omega, aunqueee si no tenía más que ocultar que un extraño fetiche por los Orejas largas, todo estaría bien ¿no?


Una tos escandalosa doblo el pecho de Yoongi, mantener la magia de su animal al mínimo, como si no estuviera, era más difícil de lo que previó; más cuando este parecía alterado constantemente desde que llegaron. Era difícil dejarlo salir o trasmutar, porque lo primero que haría su Zorro, sería llamar a su hermano, jodiendo todo su teatro. Debía esperar a que Namjoon se aburriera lo suficiente para atravesar el portal un par de días o enfrentaría serios problemas.  


CONTINUARÁ

(Tome una flor querido lector, gracias por el apoyo, se le ama mucho)

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¡Que te seduce el zorro![1] /Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora