El sudor comenzaba a manifestarse en mi cuerpo junto con un dolor de piernas inaguantable. ¿Hasta cuánto tendría que correr más? Por lo menos, ya llevaba 20 minutos persiguiendo al maldito de SeungMin, sí que tenía aguante para seguir y esquivarme sin problemas.
A lo lejos, pude observar de reflejo una cabellera rojiza meterse en una casa de más adelante. Entonces, ya tranquilo caminé regulando mi respiración agitada por una normal hasta estar en frente de aquella casa que parecía ser la de él.
- No escaparás de mí, mocoso. - me susurré sonriendo de lado y admirando cada detalle de la casa.
Era grande, parecía tener una buena parte exterior y... Podía ver a mi presa de espaldas através de una ventana de arriba. Perfecto. Esta vez sí que tendremos una conversación larga.
Di unos pasos hacia la puerta decidido, dirigí el dedo índice al timbre y lo toqué haciendo que adentro de la vivienda resonara el ruído de este. El nerviosismo estaba presente en mi cuerpo.
- ¿Quién es? - una voz femenina se escuchó mientras la puerta fue abierta de par en par viendo a una chica adolescente.- ¿Eres amigo de Minnie?
- Hola, buenas tardes. - me incliné para hacer una reverencia. - Sí, soy su amigo, venía para hablar con él... ¿Puedo pasar?
- Claro que sí. - mostró una enorme sonrisa y se hizo a un lado para que entrara.- Está en su cuarto, segunda puerta de arriba a la derecha.
- Muchas gracias. - la sonreí, pasé a la vivienda y subí en dirección a su habitación.
No sé quién era, pero tenía el presentimiento que su hermana mayor por varios rasgos. La chica ya me caía bien.
Delante de la puerta correspondiente, toqué la madera y me metí de lleno en lo que había venido. La cerré observando a SeungMin tumbado en la cama boca abajo.
- ¿Creías qué te escaparías de mí? Pues no, aquí me tienes. - hablé divertido con una sonrisa socarrona y cruzándome de brazos.
Su reacción fue la mejor que pude haber visto en años; primero se removió asombrado, luego quiso levantarse y falló cayendo al suelo de cara. Aguanté reír. Intentó levantarse y otra vez cayó por resbalarse, ahí ya me reí. Pude oír un gruñido molesto de su parte y se reincorporó por fin bien.
- ¿Qué quieres? - parecía que no tenía más remedio que hablar conmigo y por eso su tono algo frío.
- Quería saber por qué... - acorté distancia entre nosotros dos. - Estos últimos días, especialmente conmigo, no me diriges ni una sola palabra. ¿A qué se debe? - sus pupilas temblaban mientras tragaba un poco de saliva.
- Eso... - apartó la mirada para la pared. - No es de tu incumbencia. Ahora fuera. - me arrastró con sus manos en mi pecho hasta la salida, pero yo le paré.
- Hey, bichito. - inventé un apodo.- Me contarás todo en estos mismos momento, así que habla o habla para siempre. - hice fuerza un poco más abajo de sus muñecas mirándole a los ojos.
Ninguna respuesta. El silencio que se estaba prolongando de alguna manera me alteraba e inquietaba.
- Bichito, habla. - persuadi para que hablara y no se mantuviera calladito.
Nada todavía. Resoplé molesto.
- ¿Me vas a contestar o piensas estar con la boca cerrada? No me obligues hacer otros métodos. - ladee la cabeza a un lado y le seguí mirando así.
Hasta que dijo algo, tuve que aguantar unos largos minutos la compostura para no gritarle.
- ¿De verdad quieres saber? Si tanto quieres escucharme, lo haré. - su voz temblaba ligeramente, parecía que tenía miedo. - Bien, no te hablaba porque... Porque... - cuanto me irritaba que cesara así. - Porque escuché rumores sobre ti realmente malos. - ¿Rumores?
- ¿Qué clase de rumores? Nunca oí de mí, la gente me adora y ama. - puede que me pasara un poco con lo último.
Un presentimiento me decía que ignorara los siguientes rumores que entraran por mis oídos; seguro me mentiría.
- Por ejemplo... ¡Como que siempre terminas reprobando todas las asignaturas! - me reí fuerte, ¿eso era malo?
- Mejor déjalo, se te da fatal, ya no te obligo a responderme. Por hoy creo que mi labor a terminado. - revolví los cabellos del menor sonriendo normal.- Ah, por cierto, las mentiras si que son malas cuando las dices en un momento equivocado y de tensión, conmigo has tenido suerte ya que soy una persona divertida que se toma casi todo para bien. Ten cuidado. Adiós, bi-chi-to. - salí de su cuarto sin girarme a verle.
La estadía en la casa de él, fue una inesperada pero agradable. Aunque no conseguí mi objetivo, estaba satisfecho.
Me despedí de su hermana y de nuevo la di las gracias por dejarme entrar y estar con el pequeño de SeungMin. Es un chico raro con algo especial, no sé.
Mientras tanto cuando caminaba para casa, me di cuenta de el peculiar aroma que su habitación desprendía al estar con él antes... Creía haberlo olido en otro lugar, en ese instante no lo reconocí.
Gracias por apoyar la historia~ Me alegra muchísimo que ya haya sobrepasado los 100 votos ♡
Por cierto, alguien sería tan amable de hacerme una portada para este fic? ;; Se me da de pena hacerlas
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Dulce Aroma. →HyunMin←
No FicciónHwang HyunJin, el chico más lindo de su clase, es opacado por el nuevo alumno. Kim SeungMin, siempre lleva consigo un aroma único impregnado en su piel.