Otro día de clases pasó como si nada, es decir, aburrido y monótono. Bueno, a decir verdad no fue de esa manera, esta vez me divertí un poco más gracias a JiSung y a sus locos amigos.
El exámen de hoy, creo que me salió más o menos bien. Los esfuerzos de ayer estudiando con el ruído de la obra, hicieron algo de resultado luego de que me rindiera por completo. Y no, no estudié esta mañana por pereza; la nota dependerá de Dios.
La mañana se convirtió en tarde de un momento a otro estando en la escuela, ya se me hacia costumbre cada día. Por lo menos el tiempo no había cambiado nada, prefería el sol abrumador antes que las nubes grises o negras llenas de agua dejando caer su contenido sin cesar.
Recogí todos los materiales escolares que estaban desperdigados por la mesa y los guardé en el estuche y en la mochila con ganas de irme ya. Me puse en la espalda la última cosa mencionada soltando un suplido mientras comenzaba a andar; pasé la palma de mi mano sobre la frente subiendo así el flequillo.
Hoy el niño nuevo, o como yo le llamo para mi mismo, el sonrisitas tontas, ha hecho de las suyas molestándome sin que él lo supiera. ¿Causa? No paraba de mover su cabeza de un lado para otro intentando visualizar lo que el profesor escribía en el enorme pizarrón, eso a mí me impedía ver bien también, me inquietaba de una manera tan mala que quería ponerle recto de una malditamente vez, pero me contuve.
Dejé de pensar en el mocoso y en la mala clase que me hizo pasar. Queriendo distraerme iba a sacar el móvil del bolsillo, pero... ¡No estaba! Toqué cada parte de mi cuerpo y nada. Mierda, estará en la mesa, me lo olvidé. Tenía que dar la vuelta e ir a la escuela sólo a por el aparato electrónico.
Giré cansado y con molestia, la necesidad de llegar a casa era enorme, pero a la vez, no podía vivir sin las redes sociales por mucho tiempo.
Tardé por lo menos 5 minutos en volver al edificio y otros 2 en subir las escaleras que parecían infinitas. Abrí la puerta esperando a que no hubiera nadie.
- Claro que no habrá nadie, tonto. - hablé conmigo mismo poniendo en blanco los ojos.
Fue una grata sorpresa encontrarme con SeungMin de espaldas mirando através de la grande ventana. Nótese el sarcasmo.
- ¿Qué haces aquí? ¿No te has ido a casa? - mi voz le asustó pegando un pequeño salto, dejando caer así algo fuerte al suelo.
Rápidamente recogió lo que se le cayó y me observó nervioso, sujetando detrás suya el objeto.
- H-HyunJin... - intentó formar una sonrisa forzada en sus labios, fracasando a los pocos segundos. - Estoy haciendo unas cosas... ¿T-tú qué haces aquí...? - sospechoso.
- Vine a por mi móvil, me le dejé sin querer en la mesa. - dije neutro caminando hacia esta, frunci el ceño confundido al no encontrarle, juraría que estaría ahí.
Miré de reojo a SeungMin, este tenía su mirada por los alrededores. Noté que se movió para que no me fijara en lo que escondía en su espalda. De verdad, vaya situación extraña.
- SeungMin. - hablé serio y tratando de sonar frío.- Enséñame lo que ocultas. - también puse la mirada fija en él, quería persuadirlo.
- No. - ¿Asi qué con que esas teníamos, pequeño cobarde, eh? - No lo haré. - dio pasos atrás con miedo.
¿Se puede saber qué me escondes, sonrisita tontas?
Con la misma mirada me acerqué a él. A medida que estaba más cerca, daba otros pasos en dirección contraria alejándose de mí; pero yo no me rendía fácilmente. Al final, como pensaba, chocó con la pared terminando con el espacio libre.
- Kim SeungMin. Dá-me-lo. - susurré en su oído estando a centímetros de distancia.
Sentí como tragó saliva y sonreí triunfante, pronto tendría en mis manos mi móvil. Desde un principio tenía una ligera sospecha de que el mocoso tuviera mi pertenencia.
Oliendo profundamente, el aroma dulce de días anteriores vino a mis fosas nasales de repente escasos milisegundos. Me encantaba esa fragancia, me resultaba tranquilizadora; necesitaba saber de dónde venía sí o sí...
Separé el rostro de la oreja contraria, le observé como si fuera un depredador a su presa y con velocidad robé lo que sujetaba en sus manos detrás, obteniendo mi móvil sano y salvo.
Negué haciendo sonidos de estar defraudado.
- Jugar conmigo está mal, pequeño, sacas a mi fiera interior. - sonreí de nuevo moviendo lo que era mío con mi mano derecha. - Adiós. - me despedí satisfecho con mi trabajo y salí del aula, dejando a SeungMin anonadado y creo que también sonrojado levemente.
De camino a casa, revisé las cosas por si había hecho algo; qué razón tenía. El sonrisita tontas me escribió su número, el nombre que se puso me hizo reír a carcajadas.
SeungMinnie el mejor♡
Hola~ siento haceros esperar con la actualización, pero tenía una semana llena de exámenes finales, ya sólo me falta uno la próxima semana :'D
Deseo que os este gustando la historia ♡
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Dulce Aroma. →HyunMin←
Kurgu OlmayanHwang HyunJin, el chico más lindo de su clase, es opacado por el nuevo alumno. Kim SeungMin, siempre lleva consigo un aroma único impregnado en su piel.