Especial 1: Epílogo

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- Cántame alguna canción de Day6, la que quieras, bebé. Así también este niño revoltoso dentro de tu vientre puede que cese con sus patadas anormales. - hablé señalando y dando con el dedo anular la zona demasiado abultada de Minnie.

Hace por lo menos ya varios años sobre el comienzo de lo nuestro, y con el paso del tiempo, sucedieron varios eventos.

El primero fue nuestro compromiso, uno perfecto tal cual un cuento de hadas siempre soñado por infantes. Ocurrió en el campo, un terreno amplio nos rodeaba mientras estaba decorado con lo típico de una boda poco costosa. El mejor día de mi vida entera.

El segundo, después de dos años de casados, la grandísima noticia del embarazo de SeungMin; íbamos a ser padres primerizos. La emoción fue enorme al enterarnos, por eso tras dos semanas, lo anunciamos públicamente a nuestras familias. Ambas se lo tomaron bastante bien a pesar de impresionarse, pues pocas veces se podía encontrar a chicos que se embarazaran. Resultó ser una hermosa niña a la que dimos el nombre de YeHyun.

El tercero... Y el que estábamos viviendo ahora mismo, era el segundo bebé en camino después de año y medio del nacimiento de la niña. Esta vez era un niño, así que tendríamos a la parejita sin quererlo.

Cuando mi esposo comenzó a cantar una canción de un grupo famoso de su época, sonreí melancólico. Era la misma que escuché de sus audífonos un día de escuela. Ante su hermosa y dulce voz, empecé a balancear mi cabeza al ritmo que marcaba, pero paré porque un llanto interrumpió el momento, este se oía más cerca con unos pasos.

- P-papá... Papá... - vimos a nuestra pequeña hija caminando hacia nosotros llorando mientras decía esa palabra entrecortada.

Sus ojitos nos miraron y corrió lo que quedaba hasta llegar donde estábamos; abrazó mis piernas.

Me pregunto qué le habrá pasado, le habíamos dejado en su cuna para que descansara y ahora está aquí, con sus dos padres. ¿Cómo se habrá escapado? Misterios que nunca se resolverán.

Tomé en mis brazos a YeHyun, intentando que se calmara así. De nuevo empecé a balancearme, pero esta vez fue el cuerpo.

- ¿Qué le ha pasado a nuestra princesita, uh? Es hora de dormir... ¿No tienes sueño? - dijo Minnie en tono tranquilo y dulce. - Ven conmigo, YeHyunnie. - me robó a la bebé para llevársela a su pecho y abrazarla.

Yo visualizaba la escena atontado, recordando aquellos momentos antes de que naciera nuestra querida hija.

Fueron duros.

Recuerdo perfectamente las muecas de dolor que el menor expresaba por las fuertes y seguidas contracciones cada diez segundos o menos. Sentía lástima por él, por las lágrimas que sus ojos desprendían del daño... Por no poder estar dentro del quirófano en la cesárea. Hubiera anhelado quedarme a su lado en ese difícil instante sin preocupaciones, menos mal que nació saludable y sin ningún problema grave. Cuando me quise dar cuenta, unas gotas saladas ya se encontraban escurriendo por mis pómulos y barbilla; me las quité con el dorso de la mano rápidamente, pero para mi desgracia SeungMin se percató.

La niña ya estaba medio dormida tranquilizada, así que la tumbó con delicadeza sobre un hueco que no había nada del sofá. Después me miró queriendo saber lo qué me sucedió.

- Amor... Falta menos. ¿No estás feliz de tener en tus brazos a otro lindo bebé creado por nosotros? - atrajo mi cabeza a su hombro tomándola con sus manos; la abrazó.

Claro que estaba feliz, un nuevo integrante vendría a la familia en tan sólo dos meses más... Basta, mi maravilloso esposo me haría llorar otra vez, de verdad es lo mejor que el destino me pudo haber traído. Con él mis penas se desvanecen y un sol brillante en lo alto se asoma entre miles de nubes negras de tormenta. Más agradecido no podría estar, es un ser perfecto disfrazado de humano enfrente de mis ojos. No lo entregaría al cielo por nada del mundo ni al mismísimo dios.

No dije ninguna palabra, me mantuve mudo mientras el ambiente relajado daba una contestación mía sin necesidad de mover los labios. Sentía que este era mi sitio permanente, mi corazón también lo hacia diciéndome que este era su dulce hogar del que no quería despegarse.

Noté como un nudo en mi garganta, se hizo presente causando a mis ojos empaparse dejando escapar más lágrimas que en el anterior diminuto llanto silencioso. Amaba todo desde lo más profundo de mi alma y ser.

- Lo siento por mojar tu camisa, me vinieron muchas cosas maravillosas a la cabeza. - dije melancólico sorbiendo los mocos que tapaban mi nariz.

- ¿A si? ¿Cómo cuáles? - preguntó intrigado.

- Todo nuestro proceso hasta como estamos ahora... Han pasado ya seis años del inicio de nuestra propia historia. Quién iría a decir que duraríamos tanto. - Minnie dejó de sujetarme para verme y mirarnos a los ojos mutuamente.

- Y todavía quedan muchos años más, sé que mi futuro ya está hecho completamente a tu lado ya que mi amor por ti nunca acabará y tendremos una hermosa familia conformada por cuatro personitas. Así que no me vengas ahora con eso, Hwang HyunJin. - sonreí como un tonto demasiado enamorado al escucharle.

- ¿No quieres tener más hijos conmigo? Yo quiero por lo menos cinco como mínimo, si no me los das, buscaré a otro. - comenté gracioso sonriendo, pero cuando observé su cara mostrando tristeza y celos, la quité.- Ay, mi bebé sensible, lo decía de broma, no te lo tomes tan a pecho. - eso no había cambiado de él en absoluto.

- ¿Sabes qué con hormonas del embarazo te puedo mandar a la mierda, verdad? Cuida tus palabras, HyunJin. - mira quién lo dice.

- Perdón, perdón, sólo me apetecía bromear. ¿Sabes qué yo jamás trataría de lastimarte? - intenté estar en las mismas.

Suspiré al no conseguir lo que deseaba, pues, el menor se cruzó de brazos molesto girando la cabeza como si fuese un niño pequeño. Las hormonas no eran tan fáciles de controlar.

- Hwang SeungMin, cesa tu comportamiento infantil. Conoces mi carácter a la perfección en estas situaciones, así que, no sigas de esta manera. - me dirigí serio y con semblante directo.

Ahí pude ver miedo en sus ojos aunque estuviese de perfil. Nadie le conocía mejor que yo y su familia.

Entonces, puso una mano en su vientre dejándome confundido. A lo mejor JungCheol de nuevo estaba dando patadas como loco. Dí en el clavo.

- Aish, este niño no se cansa. Duérmete un poco. - musitó enfadado mientras me acercaba.

Resistirme a tocar su vientre cuando el bebé pataleaba, era inevitable. Daba una sensación de relajación increíble junto con otra de orgullo.

Mi mano rozó la del contrario haciendo que este me viese. Lo noté y le robé un beso rápido. La reconciliación había sido veloz y completada.































Parte especial 1: Epílogo; hecho✔

Hola~ Ha pasado un largo tiempo.
Sólo quiero comunicar que no haré un especial +18 y que uno será el final alternativo; preparad pañuelos. Los otros dos ni idea de qué hacerlos, ¿ideas?

Pd: Nuevo comeback de estos nenes~. ❤

Dulce Aroma. →HyunMin← Donde viven las historias. Descúbrelo ahora