Capítulo: 12.

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Las ganas de demostrarle a mi padre que era otra persona crecían.
Todas las noches estudiaba en línea la carrera que quería, la confianza que Calamardo me había brindado era tanta, conocía todos y cada unos de sus movimientos y sus cuentas yo era la que le administradora de su dinero y su empresa, ponía ideas las cuales no fallaban y sus ganancias aumentaban. Él admiraba mi trabajo e inteligencia en los negocios al igual que yo lo admiraba a él en muchos aspectos tanto que comenzaba a enamorarme de él.
Él era muy frío cuando se lo proponía a tal grado que sus sentimientos me confundían.
Poco a poco me hice la idea de que no era para mi y solo me veía como lo que soy, una simple empleada.

Mi hermana ya había dominado el español como me lo había propuesto desde un principio, no era tan chocante como lo había pensado desde un principio.

- veo que has cambiado un poco Kasandra- dijo mi padre algo sorprendido.

- sigo siendo la misma solo que en versión más madura- respondí sin malas caras y con un tono de voz seguro.

-si me permites te quería avisar que mañana viajaré a México para ver a mi mamá y a mis amigos que extraño- respondí imaginando un día con ellos.

- está bien si necesitas dinero ahora mismo te hago el cheque, eso si cuida bien lo que te doy por la empresa no tiene mucho fondo.

- no, no gracias no te molestes, yo pagaré mis cosas solo te vine a avisar - finalice para subir a mi habitación y acomodar mis cosas.
Moría de ganas de abrazar a mi madre, a Erik mi viejo amigo y a Adriana mi mejor amiga y hermana de la infancia.
Acomode mis cosas y me fui al aeropuerto, las horas de vuelo se me hacían cada vez más largas y mis ansias de llegar a México eran tan grandes, por otra parte firmar aquel documento de Calamardo que me trajo a México por ello.
Llegué al aeropuerto de México en donde me esperaba el Calamardo, me ayudó con mi equipaje en cuanto me vio.

- vamonos princesa que los socios nos esperan- dijo de manera atenta y haciéndome recordar que yo tenia que firmarlos.
Llegamos a la empresa y si los socios de él nos esperaban con los papeles en la mano, ahí estaba una mujer que nos miraba algo sospechosa.

- al fin llegan, firman los papeles por favor, como anteriormente les expliqué este negocio hará crecer tu empresa lo que se invierte se gana- dijo aquella mujer rubia con mirada fulminante.

-me permites los papeles para firmarlos- dijo calamardo.
La mujer le entregó los papeles a él y él me los entregó a mi.
Los comencé a leer a detalle y con algo de calma.

-para que los lees que acaso no ahí confianza- respondió la mujer con enojó.

- tengo que estar segura a quién le voy a firmar un papel si me permites continuar- dije de buena forma tratando de ocultar que ya me había enfadado.

- no tengo todo tu tiempo así que por favor firma ya, después que llegan cinco minutos de retraso- esta vez dijo gritando.
Respire profundo tres veces para no tener que callarla y sacarla de los pelos por que ya me había enfadado y acabado con mi poca paciencia.

- sabes que, aquí están tus papeles si me disculpas no firmare ningún contrato contigo por lo que veo este papel dice todo lo contrario a lo que anteriormente habíamos acordado.

-por qué tu jo sabes leer bien.

- haber por favor si yo si fui a la escuela y tengo educación y profesión- respondí mirándola de pies a cabeza.

- haber que insinúas presumida, quieres que lo solucionemos de otra manera o que- respondió con enfado y acercándose a mi para golpearme, en eso uno de sus compañeros la toma por la cintura para detenerla.

- gracias pero no me rebajó tanto a ese estilo pues no es lo mio- respondí miradola a la cara para provocarle aún más coraje rompí los papeles en su cara y los tiré al piso - vamonos calamardo ahí mucho más que hacer- finalice para salir de ese lugar.

En el transcurso del camino no hubo ni una sola palabra tal parecía que Calamardo esraba enojado conmigo por lo que acababa de suceder.
Pero en si eso ya no me importaba tanto, lo que esperaba era ver a mi mamá principalmente.

-gracias por lo sucedido pero mejor no hubieras dicho nada Kasandra- dijo Calamardo ppr fin.

-tenía que ponerla en su lugar, entre más te dejes es peor y ya sabes que para eso de poner en su lugar me pito sola- respondí soltando una carcajada al recordar a aquella vieja que había acabado con mi paciencia al igual él soltó una carcajada, por primera vez lo mire riendo después de tanto tiempo.

- de esas mujeres me gustan- respondió en un tono bajo para que yo no escuchara pero fue en vano por que lo había alcanzado a escuchar.

-si me permites me bajaré aquí necesito ver a mi mamá y a mi gente, nos vemos al rato para volver al país.

-claro princesas al rato vengo por ti, nada más te ayudo con tus maletas- finalizó para bajarse del coche y dejar mis maletas adentro de la casa de mi mamá y se marchó dándome un beso en la mejilla.

Al mirar a mi mamá rápidamente la abrace al igual que que ella, comencé a llorar por todo aquello que anteriormente hice todo por un error, aquel error que marcó mi vida y dejó un hueco que no puedo llenar con una botella.

- mi reina ya te echaba de menos- dijo mi madre en medio de un pequeño sollozo.
- yo también a ti mamá, quiero contarte tantas cosas mamá - respondí limpiando mis lágrimas.

Nos sentamos en la sala y comencé a platicar sobre todos y cada uno de los proyectos que tenía en mente al igual que ya había superado el alcohol y recuperado mi autoestima.
Platicamos por unas horas y comimos juntas como lo hacíamos antes de que me fuera con mi padre.

- hija quiero perdirte un favor antes de que te vallas- dijo algo preocupada y pensativa.

- si claro dime mamá - respondí mirándola a los ojos.
- ten mucho cuidado con él calamardo y sus negocios y cada letra que firmes solo eso te digo- hizo una pequeña pausa para tomar su bolsa - no perdona los errores, te dejo por que iré a trabajar- finalizó despidiéndose de mi.

 Con Los Ojos Abiertos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora