Seguí trabajando para tilapia no había de otra manera, saqué adelante la empresa y hoy estaba a punto de tomar una dura decisión.
Me vestí para salir a trabajar con el tilapia, lo principal la empresa ya no me importaba tanto, deje como segundo cargo a Erik, el cual no lo pensó mucho para darme una respuesta son rodeos ni preguntas, por una parte agradecí al cielo de no tener que contestar su encuesta policíaca.
Llegué a recibir la mercancía del tilapia, esta ves era de armamento por lo cual tenía que tener mucho cuidado, todo marchó en orden al menos por el momento.- dama ya llegó Rubí- dijo el gordo mirándome de mal genio.
- si, si ya sé lo que tengo hacer si- respondí molesta.
Firmé de recibido y revise que las armas estuvieran en perfectas condiciones.
Me fui a donde debía entrenar a Rubí, tan solo de nombrarla se me retorcía cada una de mis tripas.
Ahí se encontraba tilapia a su lado, platicando con ella, uff sentí como si me hubiesen aventado un balde de agua fría, estaba furiosa y no sabia el por qué.
En eso Rubí me miró y comenzó a reír.- ahora que lencería me vas a modelar querida- dije soltando una carcajada.
- dama por favor nada de peleas- respondió tilapia.
- ahora yo soy la que comienza- hice una pausa — yo tomé una decisión, no voy a enseñar a la niña fresa ni a nadie, mejor que la enseñé el pitufo haber si a él le hace mala cara- respondí con enfado, me di la media vuelta y me marché.
Cuando llego al lugar donde había estacionado mi carro, tilapia me toma de la cintura, sus brazos eran fuertes, comencé a enfurecer más de lo normal.
- sueltame, que te pasa estás loco, dejame- dije suplicando para que me bajara.
- deja de comportarte como una niña pequeña quieres, no te voy a soltar hasta que hablemos- respondió, me metió a su carro polarizado.
Me llevó a comer primeramente, después negociamos un rato sobre que pasaría con Rubí, y quien ocuparía mi lugar, a lo cual yo solo respondí que ese lugar lo ocuparía el pitufo.
Pitufo era una persona leal que tenía años trabajando en ese negocio, él era un asesino brutal que peleaba por su familia, siempre me hablaba de su hijo Iván un pequeño que quería mucho y por jugadas del destino no está con él, su esposa no le permitía verlo o tener contacto con él en lo absoluto.
Al final tilapia acepto que él ocupará mi lugar, algo que siempre me pedía era que me dejaría ir siempre y cuando no dijera nada sobre él, no quería levantar ninguna sospecha a lo que realmente se dedicaba.
- sabes la lealtad por delante- dije cogiendo su mano, pero luego reaccione y la quité rápidamente.
- te mostraré algo pero no quiero que digas nada de esto por favor- respondió cogiendo mi mano, solo afirme con la cabeza.
Pagó la cuenta y me llevó al parecer a su casa.
Era pequeña, contaba con una cámara de seguridad y una cochera amplia.
Nos metimos a su casa, era pequeña pero contaba con todas las comodidades, sus sillones de cuero, en sala portaba cuadro de gallos y caballos, rayos si que le gustaban los gallos a este hombre, dije en mi pensamiento.- mi apodo no es el tilapia como tu me conoces, yo soy el sargento, ese es me apodan, mi nombre es Efraín Linares González- dijo mostrándo algunas pertenencias de lo que realmente me hablaba.
- Qué?- hice una pausa — eres un mentiroso, trabaje con un sicario- respondí pasando mi mano por mi cabeza y despeinando mi melena, me gire para salir de ahí.
-Kasandra yo no te aria daño, tu me gusta y demasiado- dijo cogiendo mi cintura.
Me gire, lo mire fijamente, lo tenía tan cerca, comenzaba a escuchar su respiración al igual que la mía, sentí como sus labios rosaron los mios, fue un beso apasionado que comenzaba a aumentar su velocidad, poco a poco se fue perdiendo la cordura entre nosotros dos.
El beso aumento a más, nuestras quite su camisa pude ver su cuerpo marcado y con una cicatriz.- yo también siento lo mismo por ti- dije con mi voz entrecortada, él solo sonrió.
Los minutos no transcurrían en ese momento, poco a poco desprendimos cada una de nuestras prendas, su piel era suave, se porto todo un caballero en ese momento.
Las caricias eran clandestinas para nosotros, a de más que nuestro amor era algo peligroso, simplemente no me importaban las consecuencias a su lado.
Terminamos cansado y sumados, me quedé por unos momentos pensando al igual que él, nos dimos un baño juntos y nos vestimos, me llevó a mi departamento, se despidió de mi y se marchó.Entré a mi departamento con una sonrisa en los labios, acomode mis cosas, en eso Erik entró a la recámara.
-contigo quería hablar- dijo serio y frío.
- que pasa- respondí dejando de lado lo que estaba haciendo, me senté en la cama.
- tú padre solo quiere que tú trabajes la empresa- respondió serio y se sentó a mi lado.
- dile que digo yo, que la dueña soy yo no él- respondí con enojo.
- ya lo sé Kasandra pero a mi no me gusta que me humillen ni me traten así...
- ah te humilló, perfecto, buena razón para ponerlo en su lugar- finalice y me puse de pie.
En eso el dolor insoportable de estómago volvió nuevamente pero esta vez más fuerte y acompañada de unas grades náuseas, salí corriendo al baño.
No era en si una náusea normal, era sangre, comencé a preocuparme esta vez.- Kass estás bien- dijo Erik tocando la puerta de el baño.
- si, solo unas caritas que tilapia me invitó me hicieron daño- respondí lo más segura que pude.
- vamos al doctor para que te recete algo.
- no gracias, ahorita salgo y tomo algo no te preocupes.
Ya no respondió nada y se marchó, comencé a preocuparme, si seguía así esta vez iría al doctor.
Salí del baño con el dolor en mi estómago, me acosté en la cama y me puse a mirar la televisión para disimular que estaba bien, quede completamente dormida.
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Con Los Ojos Abiertos
Novela JuvenilKasandra una joven que tendrá que enfrentar cada prueba que la vida le pone para superar. La muerte de una persona la marca para toda la vida, aunque el caso se cerró tendrá que investigar sobre la muerte de ello, al igual que luchar por el amor y...